miércoles, 28 de febrero de 2018

PRINCIPIOS Y VALORES ETERNOS



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

    PRINCIPIOS Y VALORES ETERNOS
Nunca me cansaré de repetir que mientras más difícil e incierta se torne la lucha, mayor es la obligación de aferrarnos a los principios y valores que nos trajeron a la política. Son los que alimentan la vida en libertad y la vigencia plena de la democracia. Todo lo demás pasa a ser secundario, incluidas las ambiciones personales y los intereses de grupo o de partido. Sin embargo, la exagerada dosis de pragmatismo y la falta de formación en cuanto a los temas fundamentales, genera desviaciones graves que producen lamentables consecuencias.
Confieso que a estas alturas de la vida siento, como nunca antes, el intenso frío de la soledad. Casi en solitario, junto a muy pocas personas, cuesta confiar en terceros. Los hay, pocos pero existen. Con ellos se puede discutir y hasta pelear ocasionalmente, pero cuando se duda de la buena fe y de la integridad de una persona, es difícil mantener una relación estable. De esta manera el círculo de amigos y compañeros se va cerrando por una parte y, por la otra, tímidamente se amplían las coincidencias con algunos hasta ahora ubicados en trincheras distintas.
Es la vida en tiempos difíciles. Quizás por esto me molesta tanto el electoralismo agudo que da rienda suelta a cuanto deberíamos evitar. En la oposición venezolana unos cuantos se han alejado de los objetivos fundamentales. El objetivo deja de ser el cambio de régimen que debería iniciarse con la salida de Maduro y se agota en la peregrina exigencia de “condiciones electorales”, de espacios para mantener la convivencia o en el desarrollo de una pasión irracional en los candidato-maníacos que conocemos.
Es increíble pero cierto. La Comunidad Internacional  está actuando con gran claridad. Lo mismo podría decir de la Conferencia Episcopal Venezolana, las Academias, las Universidades, los gremios profesionales, los empresariales y laborales y, en fin, muchas estructuras al margen de las político partidistas. Venezuela está mal y camina para peor. Ningún problema será resuelto por un gobierno convertido en el problema mayor que el país debe resolver.
Todos, absolutamente todos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, pobres y ricos, patronos y trabajadores debemos unirnos con el objetivo del cambio como punto de encuentro y avanzar hasta alcanzarlo. Hambre, miseria, escasez de comida y medicinas, presos y perseguidos políticos, emigración millonaria, corrupción al por mayor, inseguridad de las personas y de los bienes, violación del orden constitucional y jurídico, son algunas de las manifestaciones más importantes de la crisis. No se puede continuar echando baldes de agua fría a los factores claves de esta confrontación que se acerca a un desenlace definitivo e irreversible. El drama no es solamente venezolano. Afecta al vecindario completo y a buena parte del mundo. Ya basta de diagnósticos que agregan poco a lo que todos sabemos y padecemos, pero distraen. Acción con cabeza corazón y coraje.
Lunes, 26 de febrero de 2010
@osalpaz

domingo, 18 de febrero de 2018

ABSTENCIÓN Y LIDERAZGO REAL



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

ABSTENCIÓN Y LIDERAZGO REAL
Es impresionante constatar como en Venezuela se cumple a la perfección aquello de que el pueblo es superior que sus dirigentes. Eso explica la crisis de todos los partidos, tanto opositores como oficialistas. Además de abandonar la carga de valores y principios que han justificado su existencia durante muchos años, se agotan los dirigentes actuando en círculos viciosos que han excluido su razón de ser, pero que mantienen estructuras para incrementar cuotas de poder, espacios desde los cuales se faciliten las acciones destinadas a lograr objetivos personales de muchos de los dirigentes. Se vale todo. Por supuesto la demagogia, las trampas y zancadillas tanto internas como externas permiten ver el cuadro de corruptelas éticas y materiales que llevan al ciudadano común a mantenerse alejado de la mayoría de las organizaciones actuales.
Por todo eso y mucho más ratifico mi convicción de que la llamada abstención no es la causa de los problemas del país, tampoco de las derrotas electorales sufridas por la oposición, ni de la enorme dosis de decepción e incredulidad existente. Es la consecuencia de lo señalado en el párrafo anterior. No se puede atribuir a quienes rechazan el trampismo fraudulento del régimen las causas del desastre. Si la dirigencia política de los partidos no ha sido capaz de justificar sus acciones y omisiones, ni de generar un mínimo de confianza en las bases, es insólito que las consecuencias se endosen a quienes marcan distancia de  aquellos a quienes no entiende o rechaza.
Es hora de una reflexión profunda y honesta, de revisar serenamente la situación actual y decidirnos a corregir las fallas y enmendar los graves errores cometidos. Esto es urgente. No admite más demora. El tiempo se agota y el país lejos de mejorar se deteriora aceleradamente. Ya los índices económicos y sociales, con relación a los derechos humanos y a la seguridad de las personas y de los bienes, nos ubican en la cola del planeta. Nada indica que este régimen sea capaz de revertir hacia lo positivo la negativa realidad de hoy. Mientras se mantenga todo irá hacia peor. Ese es el problema mayor que tenemos que resolver concentrando todo el esfuerzo en alcanzar el objetivo del cambio, primer anhelo colectivo de los venezolanos.
Tenemos con qué lograrlo y sabemos cómo hacerlo. Contamos con el apoyo de una comunidad internacional que a diario expresa su respaldo a la causa de la libertad y la democracia e igualmente, su creciente rechazo al régimen que preside el señor Maduro. No podemos enfriarla con las prolongadas indecisiones en temas que deberían estar resueltos hace rato y, también por doloroso que resulte, tenemos la obligación de apartar y denunciar a los colaboracionistas de buena o de mala fe, sin agotarnos en el tema ni equivocarnos en la escogencia del enemigo.
Lunes, 19 de febrero de 2018
@osalpaz

lunes, 12 de febrero de 2018

DESILUCIÓN Y ESPERANZA



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

DESILUCIÓN Y ESPERANZA
Estas líneas las recibirán con atraso poco común. Escribo desde un bello pedazo de llano en pleno Estado Guárico aunque relativamente cerca de Apure. Lamentablemente no hay internet y las cosas, en consecuencia, deben esperar. Lo siento, pero se reafirma mi convicción de que estamos rezagados, a la cola del mundo, incluido todo el vecindario. Algún día, más temprano que tarde, Venezuela volverá a estar a la altura del desarrollo tecnológico en todas las áreas. No sucederá mientras el actual régimen continúe. El cambio a que aspiramos es indispensable para marchar hacia adelante recuperando el tiempo y las oportunidades perdidas.
Recorriendo una vez más calles y pueblos conocidos, se constata la enorme desilusión de quienes alguna vez creyeron en este devaluado socialismo del siglo XXI. Crece la indignación y la rabia al mismo ritmo de la esperanza de que realmente estemos al final de estas dos décadas terribles. Siento que la inmensa mayoría está harta del electoralismo agudo que tiene enferma a buena parte de la dirigencia opositora y, con relación al gobierno, es tanto el descaro que se le ven las costuras a la bola. Ni se molestan en disimular la intención continuista que caracteriza todas sus actuaciones. Se trata de conservar el poder que aún les queda así tengan que arrasar con todo. Incluso con la Constitución y el ordenamiento jurídico en general. Mataron el Derecho como instrumento regulador de la vida en sociedad. El país está en manos de los caprichos, la mediocridad, la ineficiencia y las corruptelas de los gobernantes.
Los encuentros, diálogos, negociaciones o como quieran llamar lo sucedido en la República Dominicana termina siendo un enorme fracaso para los actores protagónicos de ese circo. Todas las partes perdieron, incluso algunos países testigos de lo que allá aconteció. El gobierno firma su documento, pero rechaza el de la oposición y pareciera no darse por notificado de lo planteado por los terceros. En el fondo los tres documentos se parecen bastante por la superficialidad y las trampitas escondidas en algunas de las consideraciones. No valió la pena. En el fondo no creo ni en el Presidente Danilo Medina ni mucho menos en Rodríguez Zapatero.
En consecuencia, tenemos que pasar la página. Sin amarguras ni resentimiento. Basta ya de reproches improductivos en el campo opositor en búsqueda de la unidad de ser y de destino que impone la hora. Unidad para luchar todos juntos por el cambio urgente de régimen. Lo electoral vendrá después. En libertad y en pleno ejercicio del pluralismo democrático que debe reconstruirse. Una verdadera unidad cívico-militar es indispensable para alcanzar el objetivo. Estamos frente a una dictadura que debemos liquidar. Hoy es el día de la Juventud en honor a la Generación de 1928.
Lunes, 12 de febrero de 2018
@osalpaz

domingo, 4 de febrero de 2018

"EL CIELO ENCAPOTADO..."



DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

“EL CIELO ENCAPOTADO…”
En estos días vienen a mi mente con demasiada frecuencia las frases fundamentales de aquellas consignas utilizadas en la guerra federal del siglo XIX. Era el anuncio de una tempestad inevitable. El costo fue terrible.
La masacre de El Junquito, la arbitraria e incomprensible detención en la madrugada de ese recio roble de la democracia que es Enrique Aristigueta Gramcko, la prohibición a Primero Justicia para validarse y demás actuaciones del CNE, la orden de Maduro para que se fije fecha a la elección presidencial dentro inconstitucional marco existente y, entre muchas otras cosas, la corruptela de las cajas de los CLAPS y la gira del Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson por Latinoamérica y los propósitos anunciados en Austin, Texas, todo sumado a la receptividad del vecindario y de la Unión Europea son signos inequívocos de que la guerra de baja intensidad que vivimos actualmente, puede adquirir dimensiones terribles.
El rechazo a las elecciones convocadas ha sido integral por parte de una nación harta de este régimen. No confunde democracia con elecciones amañadas y fraudulentas. Conoce el valor del ejercicio pleno de la libertad responsable. Está convencida de que de este régimen comunistoide y corrompido no se saldrá por las buenas. Sabe también que las otras vías no serán obra del Espíritu Santo sino del coraje y de la claridad de propósitos que alimenten a los líderes de la gesta. Ya basta de confundir la abstención con apatía e irresponsabilidad. La abstención no es causa de derrotas aceptadas resignadamente. Es consecuencia de los errores, omisiones y disparates, para no utilizar calificativos peores, de quienes no han estado a la altura de las circunstancias. Debe entenderse, aunque todo cabe, como la protesta silenciosa de un pueblo que encuentra en esta vía la forma de expresarse.
La única negociación posible es sobre la renuncia de Maduro para dar paso a una transición que conduzca a un nuevo régimen basado en los principios y valores fundamentales de la democracia. Todo lo demás es “paja mala”, envenenada e inútil para evitar el final que se avecina.
Centenares de presos políticos, miles de perseguidos y acosados, millones de exilados y asilados en el exterior, millones de compatriotas sufriendo la escasez de medicinas y alimentos, la destrucción de la planta física de la República incluidos hospitales, escuelas de todo nivel y el control severo de las estructuras del narcotráfico y del terrorismo sobre áreas fundamentales obligan a actuar sin más demora.
Las líneas fundamentales de acción están trazadas en los documentos de la Conferencia Episcopal y las pastorales y homilías de sus integrantes.
Lunes, 5 de febrero de 2018
@osalpaz