lunes, 31 de octubre de 2016

REALISMO, ESPERANZA Y FE - DESDE EL PUENTE



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

REALISMO, ESPERANZA Y FE
Saludamos con fe y esperanza la presencia de El Vaticano, en la persona del Nuncio Apostólico de Su Santidad en Buenos Aires, entre nosotros. Con reuniones plurales o por separado y aún sin ellas, a estas alturas debe tener noticias exactas de la dura y peligrosa realidad venezolana. Todos los esfuerzos para evitar que esta etapa final de la confrontación entre los demócratas y la tiranía pueda culminar con indeseables derramamientos de sangre, son bienvenidos. No se perderán. Hemos tenido suficiente, aunque no estén directamente vinculados a la controversia política. Pero ya basta.
El cambio necesario necesita de un indispensable primer paso. La revocatoria o la destitución de quien se desempeña como cabeza del poder ejecutivo. De allí se derivarían las consecuencias necesarias para legitimar las instituciones que se han apartado de sus obligaciones y deberes para convertirse en instrumentos de la tiranía, para retener el poder y continuar en esta insólita acción destructiva, conservar los bienes mal habidos y traten de cumplir a cabalidad el mandato castro-chavista hacia un socialismo del siglo XXI, más fracasado que todas las experiencias del siglo XX, incluida la cubana.
El régimen ha cerrado toda posibilidad de alcanzar ese primer paso para el cambio al impedir el referendo revocatorio este año y, según algunos de sus voceros, también el año próximo. Además de eso, violan descaradamente la Constitución al negarse convocar las elecciones de gobernadores y Consejos Legislativos Estadales. A los actuales se les vence el período a finales de año y  deberían celebrarse en diciembre a más tardar. Es decir, bloquean y cierran el pacífico camino electoral mediante el cual debería expresarse el pueblo, depositario de la soberanía nacional. La debería ejercer mediante el voto. “¿Elecciones para qué”? dijo Fidel Castro hace unos cuantos años en presencia de varios líderes latinoamericanos domesticados por su carisma. La interrogante es clave en un régimen socialista a la cubana, aunque los resultados estén siendo peores para el día de hoy a esta hora.
Sin Constitución que valga, sin ordenamiento jurídico estable y respetado por todos, con instituciones como el Tribunal Supremo de Justicia o el Consejo Nacional Electoral en estado de putrefacción y de actuaciones ajurídicas para atender las órdenes de los jerarcas, para sólo mencionar algunas y una situación social y económica increíble e injustificada, nos preguntamos qué debemos hacer para estar a la altura de las exigencias de esta hora.
Ningún demócrata puede cruzarse de brazos. Civiles y militares tenemos que organizarnos para ponerle punto final a este régimen. Cualquier violencia callejera, física contra personas naturales o jurídicas, o institucional es de la exclusiva y excluyente responsabilidad de la tiranía.
Lunes, 31 de octubre de 2016
@osalpaz

DISIMULOS, MENTIRAS Y TRAICIONES - EL NACIONAL



DISIMULOS, MENTIRAS Y TRAICIONES
Oswaldo Álvarez Paz
EL NACIONAL

Jamás Venezuela había sentido los rigores de una tiranía como la que ha implantado el régimen dirigido por Nicolás Maduro. Es muy poco lo que podemos agregar a lo que está a la vista de propios y extraños. Uno de los factores más insólitos de todo esto es la reiterada acusación de golpistas que el régimen formula contra los dirigentes democráticos y el anuncio sobre inminentes golpes de estado. Se trata de complejos de culpas pasadas y presentes. Este país es, sin duda alguna, el que tiene en su seno la mayor cantidad de golpistas por metro cuadrado en este continente. Buen competidor con relación al mundo entero.
Todo, absolutamente todo, es sobre la base del disimulo, de la mentira y del engaño. En lo político, en lo social, en lo económico, en lo militar y hasta en lo religioso mirado desde perspectivas éticas indispensables para medir la conducta de quienes detentan el poder. Próximos a cumplir dieciocho años del inicio de esta trágica experiencia nadie tiene derecho a llamarse a engaños. No hay “imparcialidad” que valga. La indiferencia es una suerte de traición a los valores y principios fundamentales de la vida en libertad y democracia.
De compartir estas afirmaciones sólo queda pasar a la acción para alcanzar un cambio radical en el menor tiempo posible e iniciar el proceso de construcción de un país fundamentado en esos valores que hemos citado. Sin desestimarlo, esto trasciende lo estrictamente electoral. No vacilo en hablar de una verdadera revolución en libertad para que la dignidad de la persona humana, la justicia social como instrumento para alcanzar el bien común y la libertad dentro de un ordenamiento jurídico sabio y estable sean las características fundamentales de la nación.
Nuestra invitación es, una vez más, a dejar de lado todo cuanto pueda separarnos en esta hora que reclama unidad. Puede ser dinámica y hasta diferenciada, pero unida en cuanto al objetivo del cambio y los principios fundamentales que deben regir la nueva etapa. No es fácil. La oposición es hija legítima del pluralismo democrático y en ella existen visiones distintas y hasta aspiraciones encontradas que a veces dificultan la marcha común. Pero es necesario exigirlo y plantearlo con todas las fuerzas que podamos.
Repitamos, con aquella estrofa de la guerra federal “El cielo encapotado anuncia tempestad”, que quien vive entre tinieblas no distingue los peligros. LO primero que hizo Dios fue la luz. Tenemos que ser como el águila que en la tempestad agita con más fuerza sus alas. La vida de Venezuela se abre hasta el infinito. Está en nuestras manos un futuro que ya empezó.
Domingo, 30 de octubre de 2016
@osalpaz

HACIA UNA VERDADERA GUERRA-EXPRESO, Lima



 HACIA UNA VERDADERA GUERRA
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

La confrontación política en Venezuela adquiere dimensiones de una verdadera guerra. No declarada formalmente, es cierto, pero no por ello menos terrible. El mundo entero conoce ya la situación dramática que sufre la nación en términos sociales, económicos y políticos. También sabe que la responsabilidad exclusiva y excluyente de esta situación la tiene el régimen socialista a la cubana que dirigen Nicolás Maduro y una extra constitucional figura que llaman “alto mando cívico-militar”. Al fracaso ideológico se han sumado factores determinantes de la tragedia como la ineficacia general y la corrupción más escandalosa que se recuerde en la historia del país.
Pero es así. Hay más muertos, heridos y lesionados irreversibles por la violencia que en cualquier otra parte del planeta. Estamos por superar los 30.000 asesinatos este año y de pasar los 300.000 en los diecisiete años de gobierno del régimen. Aunque crean que exagero, es una cifra superior a todas las victimas mortales de las FARC y el ELN en Colombia durante más de sesenta años el primero y de cuarenta el segundo. Todo funciona mal y camina hacia peor.
La oposición democrática, apegada siempre a las normas constitucionales, apeló a uno de los recursos establecidos en el texto máximo. Se trata de la consulta directa al pueblo mediante un referéndum revocatorio que debería realizarse este mismo año. La revocatoria del mandato a Maduro forzaría unas nuevas elecciones presidenciales en un plazo no mayor de 30 días. Significaría el inicio de una transición democrática, pacífica y electoral para cambiar el rumbo mediante un gran entendimiento nacional.
¡Pero no! El revocatorio ha sido saboteado y la única institución de origen popular, la Asamblea Nacional, está siendo acosada, amenazada, invadida físicamente, ofendida desde las alturas del poder y sus directivos e integrantes democráticos –las dos terceras partes de sus miembros electos- sometidos a permanentes agresiones físicas e institucionales. Los poderes judicial y electoral, son caricaturas penosas al servicio de ese “alto gobierno” que mencionábamos.
El problema para el régimen está en que cerca del 90% del país quiere que Maduro se vaya, derrocado, por renuncia o por posible destitución por parte de la Asamblea con indiscutibles fundamentos constitucionales. Ese país está dispuesto a ejercer sus derechos, bien a través de los diputados opositores o, como empieza a suceder, directamente en la calle. Los acontecimientos están en pleno desarrollo.
Esta confrontación puede convertirse muy pronto en una verdadera guerra declarada entre la nación indignada y resuelta y una camarilla hamponil que teme ser despojada del poder, de sus privilegios y sometida a la justa rendición de cuentas. Los escándalos se multiplican en el exterior por el dinero mal habido de algunos y los nexos con el narcotráfico de operadores y lavadores de distinto nivel. Es la hora de la OEA y la Carta Democrática.
Viernes, 28 de octubre de 2016
@osalpaz

lunes, 24 de octubre de 2016

VENEZUELA EN PELIGRO - DESDE EL PUENTE



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

VENEZUELA EN PELIGRO
Cuando suceden tragedias no vale decir “yo sabía y lo dije” y en recordarlo no se encuentra tranquilidad. Tampoco la necesaria serenidad para continuar la lucha. En más de una ocasión algunos allegados me dijeron que estaba pesimista con relación a lo que estaba sucediendo. Invariablemente les respondía que, en estos tiempos, ese calificativo corresponde a un optimista realista.
Las actuaciones del régimen violentando la Constitución, desconociendo el ordenamiento jurídico establecido, tratando de liquidar la Asamblea Nacional como legítima expresión de la soberanía popular, la violencia física e institucional contra organizaciones y personalidades democráticas, nos proyectan ante el mundo como un país en guerra. No declarada, es cierto, pero es el único calificativo válido al estar convertidos en uno de los países más inseguro del mundo. La tasa de mortalidad por asesinatos de variada naturaleza, de heridos e invalidados, el hambre, la escasez, el deterioro de toda la planta física pública y privada y la masiva salida del país de centenares de miles de compatriotas en busca de alternativas de sobrevivencia digna, no deja lugar a dudas.
Lo único cierto es que nada cambiará mientras se mantenga la tiranía actual. Caminaremos hacia peor, teniendo claro que los países nunca tocan fondo. Esto sucede cuando las cosas que se hacen mal y con perversa mentalidad empiezan a hacerse bien. Con este régimen es imposible. En consecuencia todos cuantos creemos en los principios y valores de la democracia, tenemos la obligación ciudadana, política y moral de luchar con todo hasta concretar el cambio radical que la hora reclama.
Ya basta de caer en un juego dialéctico diabólico que busca mediatizar, entretener y desmoralizar las filas opositoras. Aquí debe entenderse, entre otras cosas, que el enemigo no está a los lados, aunque existan infiltraciones cada día más a la vista. Está frente a nosotros. Cada día más solitario y aislado, pero en consecuencia, más peligroso y dispuesto a jugársela completo para retener el poder. Saben que su destino ya no es tan incierto. La rendición de cuentas en el plano nacional y en lo internacional, será inevitable. No olvidemos nunca que el perdón, la reconciliación y los entendimientos necesitan de la justicia para perfeccionarse.
Soy optimista con relación al futuro inmediato. Lo sucedido recientemente pone punto final a una etapa de muchas incertidumbres. Ahora tenemos que mirar hacia adelante con fe y esperanza. Venezuela tiene cómo salir adelante. Todos los sectores saben que hacer y cómo hacerlo en sus respectivas áreas. También la gente competente para dirigir el proceso. Las fuerzas armadas tienen una responsabilidad fundamental en la tarea de “sostener y defender la Constitución y leyes de la República”.
Lunes, 24 de octubre de 2016
@osalpaz

EL MIEDO ES LIBRE - EXPRESO, Lima



 EL MIEDO ES LIBRE
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

El miedo es libre. Puedes acumular todo lo que puedas y no pagas impuestos. Se trata de un viejo decir venezolano que adquiere plena vigencia. El régimen acaba de suspender el proceso constitucional que conduce al referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro. El anuncio ha sido hecho minutos después de la partida de ese señor hacia el Medio Oriente, en un supuesto “viaje relámpago” relacionado con los precios del petróleo. El procedimiento empleado ratifica nuestro reiterado decir con relación a la muerte del Derecho en el país. La autoridad electoral, el Consejo Nacional Electoral, anunció que acogía las decisiones de varios jueces pénales de primera instancia en algunos Estado de la República anulando lo actuado hasta este momento. El CNE, el mismo organismo que había validado la recolección de las firmas solicitantes necesarias para iniciar el proceso. En conveniente informar que al hacerlo, fijaron los días 26, 27 y 28 de este mes para cubrir la fase siguiente que obligaría a la inmediata convocatoria del revocatorio. Ahora todo se vino al suelo.
 Esto es fácil decirlo, pero las consecuencias prácticas son delicadas. El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Monseñor Diego Padrón, acaba de calificar la situación como un duro golpe al pueblo. La oposición organizada en la Mesa de la Unidad Democrática, anuncia su posición para las próximas horas. La indignación es general. También la disposición de profundizar la lucha por todos los medios hasta lograr el cambio radical que la hora reclama. La tiranía se ha ocupado de cerrar los caminos “pacíficos, constitucionales y electorales” que tanto ha pregonado la oposición.
¿Qué pasará ahora? No lo sabemos, pero lo cierto es que las cosas no se quedarán estancadas, en punto muerto. Todo lo contrario. La previsible confrontación final se adelanta. La violencia que pueda generarse es de la absoluta responsabilidad, exclusiva y excluyente, del régimen imperante. Además de liquidar el revocatorio, dicta medidas de prohibición de salida del país en contra de importantes dirigentes opositores, entre ellos Henrique Capriles, Andrés Velásquez, Jesús “Chuo” Torrealba y otros del más alto nivel de los sectores democráticos.
Para evitar una tragedia mayor que puede incluso desembocar en una guerra civil abierta, la comunidad internacional tiene un papel importante que jugar. Llegó la hora de someter a prueba, nuevamente a la OEA y a las organizaciones correspondientes de la ONU y hasta de la Unión Europea. La nación venezolana los necesita como nunca antes. Necesitamos de su activa presencia entre nosotros.
Viernes, 21 de octubre de 2016
@osalpaz