lunes, 14 de noviembre de 2016

TRES REALIDADES PREOCUPANTES-EXPRESO, Lima



 TRES REALIDADES PREOCUPANTES
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

Como era previsible los resultados electorales de Estados Unidos sacudieron al mundo. Iba a suceder independientemente de los resultados, pero mucho más, si como sucedió, Donald Trump es ahora el presidente electo de esa gran nación. El 80% de los pronósticos fallaron, incluidas las encuestas y los análisis electorales de los más importantes medios de comunicación. Algunos han mantenido actitud crítica y tratan de sembrar más incertidumbre a la existente con relación al futuro inmediato.
Confieso mis simpatías por el Partido Republicano, aunque con reservas frente al candidato escogido en esta oportunidad. Sin embargo no me imaginaba nunca ver a la señora Clinton como Presidenta. Los esfuerzos del propio Obama fueron insuficientes. Triunfo en 20 Estados, mientras que su contendor lo hizo en 30. Se avecina una etapa difícil, complicada y peligrosa, pero se trata de un país con fuerte estructura federal, democracia consolidada e instituciones que funcionan dentro de un ordenamiento jurídico estable, base de las actuaciones de todas las ramas del poder público. Estados Unidos es y seguirá siendo, por mucho, la cabeza del mundo libre tanto en lo político como en lo económico y social y, por supuesto, la primera potencia militar sobre la tierra.
Las elecciones de Nicaragua reflejan todo lo contrario. Daniel Ortega pareciera querer imitar a la vieja dinastía somocista. Se ha hecho elegir tres veces y durante cuatro períodos él y su esposa manejan la nación a su manera. Dictadura del siglo XXI. Partidos eliminados, diputados despojados de su condición, control total de los mecanismos electorales han hecho posible su propósito reeleccionista. Se acabó la esperanza democrática. Peligro de un renacer violento de consecuencias dramáticas para toda América Central. El altísimo nivel de abstención refleja una faceta de la crisis y encubre buena parte del rechazo creciente al régimen neosandinista.
Venezuela ofrece el tercer caso. El régimen castro-chavista que encabeza Nicolás Maduro se proclama dictadura. Desconoce la Constitución, el ordenamiento legal existente y la autonomía de la Asamblea Nacional integrada por dos terceras partes de diputados opositores. El país está sumido en un ambiente de hambre, escasez de medicinas, deterioro de la planta física de centros de salud, educación y habitacionales  y convertido, además, en el país más peligroso del continente y uno de los peor ranqueados del planeta. Todas las salidas pacíficas y electorales son bloqueadas por el régimen. “No volverán, ni con votos ni con balas”, repite Maduro, incluso ante la presencia del mediador enviado por el Vaticano para ser testigo fundamental de un “diálogo” condenado al fracaso. Los demócratas ratifican su decisión de lograr el cambio necesario… por cualquier vía en el menor tiempo posible.
Viernes, 11 de noviembre de 2016
@osalpaz

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