lunes, 25 de julio de 2016

ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS



 ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

Estados Unidos es un gran país. Parecería una necedad decirlo, pero siento la necesidad de ratificar esa profunda convicción que me ha acompañado toda la vida. El temple permanente se hace más presente cuando las dificultades internas y externas son mayores. Continúa estando en el centro de todos los acontecimientos mundiales y con mayores y menores aciertos, también con costosos errores, es la referencia para cuanto acontece.
El hecho de discrepar ocasionalmente de aspectos concretos en la orientación de la política exterior no disminuye nuestra admiración por la nación norteña. En ocasiones hemos llegado a cuestionar severamente actuaciones incomprensibles para mí en materia de política exterior, pero seguramente  han estado bien sustentadas por quienes dirigen estos asuntos en el gobierno.
He reconocido y aplaudido aciertos de algunos presidentes del Partido Demócrata y cuestionado en profundidad  los errores y vacíos de otros. Entre estos últimos ubico al actual presidente Barak Obama. Creo que tanto Estados Unidos como el resto del mundo estaban mucho mejor hace ocho años, antes de que asumiera el mandato correspondiente, que en este momento de tanta confusión y guerras asimétricas. Pero el sistema funciona y este año habrá elecciones para elegir, entre otras cosas al próximo presidente.
Apasiona seguir el proceso de ambos partidos para escoger su candidato. El pasado jueves fue proclamado oficialmente Donald Trump. Fue la conclusión de una larga contienda entre 16 aspirantes con infinidad de debates controversiales entre ellos. Confieso mi simpatía por el Partido Republicano y las dudas con relación a quien resultó ser su abanderado. Con muy pocas reservas, las dudas han sido despejadas progresivamente y, para el día de hoy a esta hora, pareciera ser el próximo presidente.
Pero las elecciones son en noviembre y el Partido Demócrata “también juega”. Esta semana será su Convención y posiblemente sea proclamada por unanimidad la señora Clinton. Estamos a las puertas de una campaña dura, cerrada, de resultados inciertos, pero definitorios para el destino inmediato de Estados Unidos. No todos los principios que animan las candidaturas son iguales. Tampoco las trayectorias existenciales de ambos. Todo, absolutamente todo, será puesto sobre la mesa y triunfará quien logre conectarse con el corazón del estadounidense medio, más allá de lo estrictamente cerebral propio del calculado juego político electoral.
Gana quien gane no será una tragedia. Lo que decíamos al principio tiene plena vigencia. Se trata de un sistema que funciona regido por los principios fundamentales de la vida en democracia y libertad. Nada de eso podrá modificarse.
Viernes, 22 de julio de 2016
@osalpaz

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