lunes, 15 de agosto de 2016

PUNTO DE ESTALLAR-EXPRESO, Lima



 A PUNTO DE ESTALLAR
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

La situación de Venezuela es grave y cada día se pone peor. Tanto en lo interno como en lo internacional los conflictos toman características dramáticas. Se respira un ambiente de odio irreconciliable e irreversible, al menos por ahora. Nos aproximamos a una confrontación definitiva de cuyo resultado dependerá la recuperación democrática o la extensión de la dictadura por tiempo indefinido.
En lo internacional estamos pasando por la vergüenza provocada por el régimen con relación a MERCOSUR. Una estructura netamente mercantil y comercial han pretendido convertirla en otro instrumento político al servicio del actual gobierno. Por supuesto provocando el rechazo de los miembros fundadores y originarios de la institución. Las acciones del gobierno han puesto en peligro su unidad y hasta su existencia. Hay hechos en pleno desarrollo.
En lo interno la situación es insostenible. El hambre y la ausencia de medicamentos básicos para la salud en general, el deterioro hospitalario y de toda la planta pública del Estado, la inflación más alta del mundo y la inseguridad de las personas y de los bienes, todo sumado a otras realidades concretas, tienen a la nación a punto de explotar. Se pide a gritos la renuncia de Nicolás Maduro como primer paso para el cambio de régimen. Desde las alturas se responde con más represión y violencia física e institucional. La gente no se atemoriza, sino todo lo contrario. Se indigna y manifiesta disposición a profundizar la lucha hasta las últimas consecuencias.
La oposición democrática, luego del espectacular resultado de las elecciones parlamentarias del pasado 6D-15, con el control de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional y con el objeto de implementar salidas constitucionales y pacíficas a la crisis, planteó la realización de un referendo revocatorio contra el señor Maduro. De realizarse este año sería destituido y tendrían que convocarse elecciones presidenciales en un lapso de 30 días. De no ser así, demorándolo hasta el año próximo, Maduro quedaría fuera, pero asumiría el vicepresidente hasta terminar el período en 2019.
Todas las ramas del poder público, bajo control del ejecutivo, trabajan para burlar la voluntad de más del 80% de los venezolanos que quieren un cambio inmediato. El gobierno está jugando con fuego. Todos los días asoma nuevos pasos en su estrategia para impedir que el pueblo se exprese. Sin embargo, de una u otra forma el rechazo está a la vista. Si Maduro actuara con sensatez y amor por su país renunciaría, abriendo la puerta para un cambio inteligente capaz de aglutinar a todos los sectores.
Miércoles, 10 de agosto de 2016
@osalpaz

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