RETO A LOS DEMÓCRATAS
Oswaldo Álvarez Paz
EL NACIONAL
Si los habitantes de Venezuela queremos conservar lo mucho o
poco que tenemos, entre otras cosas la vida, la libertad o el derecho a
trabajar en paz, estamos en la obligación inaplazable de despertar de lo que
para algunos sería sólo una pesadilla y rebelarnos frente a la dictadura. Lo
que está en peligro final es la existencia misma de la nación. No es un juego
de palabras. Es el reflejo de una realidad a la vista de propios y extraños. No
se puede perder más tiempo.
Sabemos que hay miedo acumulado en algunos espíritus y
comodidad oportunista en otros. Vacilan recelosos esperando que sean terceros
los que acudan a resolver. Pero también sabemos que la indignación y la rabia
están en crecimiento acelerado superando todo temor, impulsando a la acción
para lograr el cambio definitivo. El abuso de poder no ha tenido límites. El
régimen destruyó el Derecho como instrumento regulador de la vida en sociedad,
de las relaciones entre la gente y de ésta con el estado-gobierno. Ineficiencia
y corrupción ideologizadas lo han convertido en una pandilla de náufragos
sedientos delirando bajo el calor con el sol en la frente. El país sufre, pero
supera la resignación pesimista que se había apoderado de algunos ante la lógica
incertidumbre del desenlace. Reclama mayor presencia y acción a un liderazgo
que invierte demasiado tiempo en análisis y reflexiones que el pueblo tiene muy
claros. Se necesita coraje y entender el anhelo de las grandes mayorías
nacionales.
En la campaña electoral que culminó con la enorme victoria
opositora del 6 de diciembre pasado, las consignas básicas fueron la lucha para
la liberación de los presos, el cese a la persecución y el acoso, así como el
retorno de los exilados. Con la misma fuerza se planteó un lapso de seis meses
para determinar la ruta para salir de maduro, primer paso largo para el cambio
de régimen. Para lo primero se manejó lo de la amnistía, por ley o por decreto
legislativo. Para lo segundo se han explorado diferentes vías poniendo el
acento en lo del referendo revocatorio y manoseando tímidamente alternativas
mucho más rápidas y decisivas como lo de la doble nacionalidad o la
destitución. Todas constitucionales.
Los impulsos deben dirigirse a cumplir con las expectativas
creadas. No podemos confundir los objetivos prefijados con los instrumentos,
como es el caso del revocatorio. Estamos dentro de un esquema precario de
acuerdo a lo que sucede. Puede servir o no, pero ello dependerá de las torpezas
del adversario y de la inteligencia y coraje del liderazgo democrático.
Domingo, 8 de mayo de 2016
@osalpaz
Una oferta electoral es un proyecto, y todo proyecto requiere de una ejecución para llevarlo a cabo, pero todo va a depender de que existan las condiciones que hagan posible concretar el diseño. Nuestra AN - como sabemos . está atada por el TSJ -régimen de Maduro - y al terminar este comentario se corre la voz de que ha sido totalmente despojada de todas sus atribuciones constitucionales. Hay que hacer otra cosa para cumplir con los proyectos electorales ¿qué hacer?, realmente yo no lo sé.
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