lunes, 30 de mayo de 2016

SE AGOTAN LAS VÍAS PACÍFICAS-EXPRESO, Lima



 SE AGOTAN LAS VÍAS PACÍFICAS
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

Pocos analistas y opinadores políticos llegaron a imaginar, hace veinte, diez, cinco o menos años, el desmoronamiento institucional y humano de una República tenida como sólida y ejemplar. Venezuela está en el peor momento de su historia como nación independiente. Ocho de cada diez compatriotas quieren que esto se arregle “como sea”. Las cifras indican que se trata del país más inseguro del mundo por el número de asesinatos y actos de violencia con saldos enormes de heridos e incapacitados. Fallas graves en la alimentación y en la salud, destrucción del aparato productivo privado y colapso escandaloso de todas, sin excepciones, las empresas del sector público incluida PDVSA –Petróleos de Venezuela-, fuente de recursos que parecía inacabable. Hoy está en caída libre en cuanto a producción de hidrocarburos, sobre poblada por parásitos oficialistas que han triplicado la ineficiente nómina laboral. Los escándalos de corrupción a lo largo de casi cuatro quinquenios, salen a la luz pública como consecuencia de la crisis general.
Ante todo esto y mucho más, la oposición ha solicitado la realización de un referéndum revocatorio contra Nicolás Maduro. Ha sido exageradamente conservadora en el cumplimiento estricto de las exigencias constitucionales para tal fin. El régimen reprime, amenaza y trata de impedir que se realice dentro de los lapsos legales. Usa para ello la fuerza bruta y el control férreo y manipulado que posee del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral, es decir, la violencia institucional que puede ser peor que la física.
Calificados sectores oposicionistas plantearon formalmente la destitución de Maduro. La Constitución vigente señala que quien ocupe la vicepresidencia no puede ser candidato, electoralmente hablando, a la presidencia. Fue el caso del actual titular, al margen de la Ley suprema. Pero además, dice expresamente que para ser Presidente de la República es indispensable ser venezolano por nacimiento y no poseer otra nacionalidad. Maduro no ha podido acreditar lo primero y lo segundo está más que confirmado con relación a la nacionalidad colombiana que tiene y no ha podido ni desmentirlo, ni renunciar a ella. A estos vicios que anulan la legalidad de su situación, se unen centenares de disparatadas actuaciones nacionales e internacionales que quitan todo signo de legitimidad a su infortunada gestión.
Mientras tanto el pueblo sufre. Serios enfrentamientos en las calles indican un “sálvese quien pueda” dentro y fuera de las fuerzas de orden público, militares incluidos. Con presos políticos y sin revocatorio saboteado por el régimen, no hay diálogo, ni entendimientos que puedan funcionar.
Sábado, 28 de mayo de 2016
@osalpaz

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