Finalmente se concretó el primer paso formal para la
normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Muy difícil no
estar de acuerdo con la reapertura de las relaciones diplomáticas entre ambos
países. Hasta un toque emocional han generado las ceremonias en las sedes de
las respectivas embajadas. Esas dos banderas han tenido importantes
significados para el continente y el mundo.
Cuba ha sido para nosotros muchas cosas al mismo tiempo. Hermanos
latinoamericanos y caribeños, supieron hacer escuela musical que aprendimos
desde niños. También hemos apreciado de cerca los valores deportivos, sociales,
culturales y humanos producidos por la Isla a lo largo de su historia. También
la Revolución triunfante en 1959 deja un balance controversial en medio de una
polémica interminable entre partidarios y opositores. El desarrollo marxista
leninista de la misma llevó a Cuba a convertirse en una de las naciones más
pobres y miserables del planeta. La mística revolucionaria ha sido insuficiente
para esconder o maquillar una realidad a la vista. Es el más grande ejemplo del
fracaso del socialismo comunistoide en estos tiempos. También fueron altamente
intervencionistas. Como ejemplo están las actuaciones políticas y militares de
los años sesenta en Venezuela, Colombia y Bolivia. También en África. El caso
de Venezuela hoy es diferente. Intervienen en todo y hasta son financiados para
que actúen en una relación que sólo encuentra explicación por la sumisión del
chavismo al castrismo y a la necesidad cubana de recursos para sobrevivir.
Igualmente las actuaciones concretas en organismos internacionales siempre han
estado dirigidas por políticas ideologizadas contrarias al ideal de libertad y
democracia que alimenta nuestra razón de ser. Sin embargo, se nota cierto
cambio de rumbo, una de cuyas expresiones es la reanudación de relaciones
diplomáticas con su mayor y más poderoso adversario, Estados Unidos.
Para Estados Unidos la situación es diferente. Cuba dejó de ser
una amenaza hace tiempo. Millones de cubanos han encontrado en territorio
norteño la posibilidad de vivir en libertad y con garantías que no tienen en la
patria de origen. El presidente Obama acaba de dar un paso largo en la
dirección adecuada, pero se equivoca al calificar como negativas las políticas
desarrolladas por sus antecesores. Gracias a ellas Cuba tuvo que abandonar la
idea militarista de intervención y hasta de injerencias políticas más allá de
sus fronteras. Ahora actúa y mira hacia Estados Unidos y la Unión Europea en
búsqueda de instrumentos para retomar el camino del desarrollo. Ojala y
progresivamente abra las puertas al pluralismo democrático y garantice la
vigencia plena de los derechos humanos. Es nuestra aspiración.
oalvarezpaz@gmail.com14 agosto 15
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