martes, 25 de agosto de 2015

LA EMERGENCIA ES TOTAL - EXPRESO



Normalmente tratamos de medir las palabras para no incurrir en excesos innecesarios. Sobre todo cuando hablamos sobre Venezuela. Hay amigos que, sin embargo, a veces piensan que estamos exagerando cuando en realidad nos quedamos cortos en las informaciones o análisis que hacemos de la realidad que nos ha tocado vivir.
No importa. Esa realidad es la mejor mensajera. Cada quien la verá a su manera, sacará conclusiones, actuará o seguirá como espectador pasivo de la mayor amenaza que hoy existe en este continente tan extraño. Se trata de una emergencia total. La ineficiencia y corrupción del régimen no se detiene. Sus acciones caracterizan la actividad toda de la maquinaria gubernamental en un país sin Ley ni orden, con una Constitución desnaturalizada que sirve para todo menos para ser cumplida por quienes deberían dar el ejemplo. La anarquía general es ya la norma de vida y el “sálvese quien pueda” el estado de ánimo de la población.
Toda persona responsable, consciente de su responsabilidad superior está en el plan de defender lo suyo frente a las amenazas que lo acechan. Defender la vida y los bienes, a la familia, a su centro de trabajo, a las actividades profesionales y técnicas, a su empresa grande, mediana o pequeña. Todo está en riesgo. Frente a ello el régimen reacciona con violencia desproporcionada. Apela a la represión, a la violencia física e institucional, al insulto y a la amenaza. Miles de muertos, presos y exilados, amenazas a discreción a personas naturales y jurídicas y multiplicación propagandística y publicitaria de una supuesta guerra económica dirigida por el “imperio” mediante sus aliados políticos y económicos en el mundo. Hoy los ubica en Estados Unidos, Guyana y nuevamente en Colombia donde supuestamente Álvaro Uribe Vélez encabeza las acciones desestabilizadoras para tumbar al régimen. Esta insana mezcla de nacionalismo exacerbado con socialismo rabioso, nos recuerda aquel nacional-socialismo NAZI que apeló a todos los instrumentos existentes para garantizar su dominio y expansión. Hasta que todo acabó, como suele suceder.
En Venezuela estamos llegando al final de estos dieciséis años de retroceso en todas las áreas. La indignación y rabia de la gente es muy superior al miedo que lograron sembrar. Es sabido que cuando la rabia supera al temor no hay muro que contenga las acciones libertadoras.
Es el caso. La exagerada concentración de poder en la cúpula gobernante les empañó la mirada. No ven claramente la realidad. Quienes sí lo hacen, se apartan cautelosos o se radicalizan en contra pasando a ser objetivos políticos y militares de la “revolución”: frente a esta emergencia agravada diariamente, no caben excusas ni indiferencias cómplices.
@osalpaz
Viernes, 21 de agosto de 2015




No hay comentarios:

Publicar un comentario