Las novelas de Francisco Suniaga son muy buenas. Las he leído
de un tirón a medida que van apareciendo. Se corresponden a realidades
concretas que hemos podido constatar en el pasado y hasta recientemente. En
estos días he tenido presente algunas consideraciones contenidas en “La otra
isla, la isla de los amigos”, con referencia a la falta de seguridad jurídica
existente en el país. Palabras más o palabras menos, referidas al pasado y al
presente, afirma que los libros de Derecho son obsoletos por el ritmo de las
leyes y las constituciones y, por supuesto, de las variantes interpretaciones
que reciben. Libros inútiles porque el ejercicio del Derecho estaba reducido a
labores de gestoría para las que no se necesita leer sino tener amigos viejos o
nuevos, verdaderos o comprados, pero suficientes para navegar con éxito por las
aguas turbulentas de las instancias administrativas y judiciales.
Esto tiene plena vigencia en el mundo de hoy, en las actividades
públicas y hasta en las privadas. Se ha hecho ley aquello de que vale más una
mala transacción que un buen juicio. Así el país ha caída en una perversa
rodada hacia la falta de ética en cuestiones fundamentales. Por todo eso y
mucho más, repito nuevamente que el régimen actual está corrompido, pero su
peor marca es la de ser el agente corruptor más serio de la República. Lo que
está por venir será muy severo con relación a este tema y la exigencia de
responsabilidades a los más responsables. De lo contrario caerá en lo mismo
progresivamente y se quedará corto el esfuerzo moralizador. Confieso
preocupaciones crecientes sobre la materia.
Estoy seguro que estas reflexiones son compartidas por la
mayoría de los venezolanos, por eso no basta. Ese pueblo tiene que demostrar a
corto plazo ser superior a quienes han pretendido dirigirlo. El llamado es a
defender nuestros principios y valores fundamentales mediante el ejercicio
activo y la defensa de nuestros derechos en cualquier circunstancia. Hay que
superar el clima de miedo y represión que tratan de imponer. Una fe tranquila,
pero decidida es la mejor arma para defendernos, enfrentar y derrotar para
siempre a un adversario convertido en
enemigo de la libertad.
@osalpaz
Lunes, 21 de septiembre de 2015
Excelente artículo, lo voy a compartir. Carlos Alberto Granier
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