martes, 22 de septiembre de 2015

LATINOAMERICA INCIERTA-EXPRESO



La incertidumbre reina en esta parte del continente. No hay un panorama claro con relación al presente y futuro de América Latina. Si bien es cierto que Venezuela es el más amenazado de todos los países del área, no es menos cierto que hasta las eventuales potencias como Argentina, Brasil, Chile y México, para sólo citar algunas realidades, presentan claros síntomas de descomposición que determinan estancamiento y hasta retroceso en muchas de sus actividades vitales.
Lo grave es que la responsabilidad de cuanto sucede es exclusiva y excluyente de los liderazgos nacionales. En la mayoría de nuestros países es alarmante la mediocridad existente en el mundo de la política, de la economía, en el mundo social y en todas las actividades claves incluidas la militar y la académica. Pareciera que el virus terrible de la ineficiencia, alimentado con escandalosas dosis de corrupción, se extiende por todas partes. Hasta escándalos impensables en el pasado se dan en el mundo del deporte y las artes desde el Río Grande hasta la Patagonia. La globalización, incluidas las redes sociales y la facilidad de comunicación, ha convertido muchos delitos en internacionales, de responsabilidad compartida por mucha gente al mismo tiempo. Ejemplo, los tentáculos del crimen organizado al servicio del narcotráfico y del terrorismo.
Todas las experiencias socialistas a la cubana han quedado condenadas al fracaso. También las que han estado basadas en retórica “populista” o “progresista” con la cual pretenden disimular la carga ideológica que las alimenta. Pueden engañar parcialmente por un tiempo, pero no a todo el mundo todo el tiempo como ha sido dicho.
La realidad exige definiciones claras y coraje para revertir hacia lo positivo las negativas tendencias del presente. Lo lamentables es que algunos, más por oportunismo que por convicción, se pliegan a esa retórica populista y demagógica tratando de evitar que se les califique de liberales a pesar de los antecedentes y credenciales que los identifican.
Tenemos que volver a las raíces, Vayamos de nuevo al encuentro con los principios y valores fundamentales que nos trajeron a la vida pública. Es necesario simplificar. Muchos males podrían superarse si centramos nuestras acciones en la defensa de la persona humana y sus derechos básicos. Siempre defender al individuo frente al Estado, a los gobiernos y frente a la misma comunidad. Es el primer gran paso hacia la perfectibilidad de la sociedad civil. La persona con dignidad podrá desarrollar espíritu de superación para vivir mejor  sin someterse a nadir. En lo único que debe confiar el pueblo es en su propia fuerza.
@osalpaz
Viernes, 18 de septiembre de 2015

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