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martes, 29 de septiembre de 2015
PASTOR Y POLÍTICO-DESDE EL PUENTE
Su Santidad Francisco, primer Papa latinoamericano y primer
jesuita en ocupar el trono de San Pedro, acaba de concluir una extraordinaria
jornada en el continente. Cuba y Estados Unidos fueron escenarios válidos para
que mostrara ante el mundo su condición de pastor y de político, ambas facetas
cumplidas a plenitud.
Algunos olvidan que Francisco es un Jefe de Estado. Nada más
ni nada menos que del Vaticano. Tiene obligaciones extraordinariamente serias
derivadas, entre otras cosas, de la exitosa intermediación entre los dos países
visitados, relaciones que avanzan, no sin serias dificultades, pero diremos que
los católicos cubanos están ahora mejor que antes y el pueblo, en general,
acaba de recibir una dosis de fe y entusiasmo hacia la libertad. El fervoroso
respaldo de la calle y el respeto por parte del gobierno ratifican nuestra
visión optimista del futuro.
He seguido atentamente todas las intervenciones de Francisco.
Tanto en Cuba como en Estados Unidos, en la Organización de las Naciones
Unidas, ONU y finalmente en Filadelfia con relación a la familia. Confieso
cierta melancolía al recordar nuestros primeros pasos en la política, desde las
filas de la Juventud Revolucionaria Copeyana y la Democracia Cristiana
Universitaria a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez. Las mismas lecciones
básicas, hasta con casi el mismo lenguaje de nuestros fundadores y primeros
maestros. Se trata de una vuelta a las raíces que mucha falta hace en este
tiempo perverso de Venezuela. Ojalá y los actuales dirigentes de COPEI,
independientemente del bando en que estén ubicados y los millones de
socialcristianos alejados de la actividad partidista, se tomen un tiempo para
analizar y asimilar los mensajes de Francisco.
En mi opinión hay un relanzamiento de la Doctrina Social de
la Iglesia, sin dogmas de fe que no tendrían cabida. Se trata de un camino
claro y factible para quienes no son comunistas, ni socialistas, ni
socialdemócratas indefinidos, ni neoliberales rabiosos y excluyentes. También
para todos estos en la medida que estén dispuestos a luchar por la dignidad de
la persona humana, es decir, del individuo y su familia, por la perfectibilidad
de la sociedad civil y por la justicia social como instrumento para alcanzar el
bien común.
Pongamos punto final a la politiquería baratera de este
tiempo dando una nueva dimensión a la lucha por la democracia.
@osalpaz
Lunes, 28 de septiembre de 2015
REGRESANDO A LAS RAÍCES-EXPRESO, Lima
Desde el inicio de su pontificado hemos estado atentos a las
palabras y a las acciones de Su Santidad Francisco. Unas y otras en absoluta
correspondencia con lo que son principios y valores fundamentales de la
Iglesia. El viaje que acaba de concluir, un interesante periplo por Cuba y
Estados Unidos, fortalece nuestra convicción sobre la importancia y grandeza
del Papa Francisco. No se necesita explicar la eficiente labor política y
pastoral para entenderlo.
Hay quienes olvidan que Francisco es un Jefe de Estado. Nada
menos que del Vaticano. Tiene obligaciones que lo obligan a comportarse como
tal, especialmente en lo relativo a la extraordinaria gestión que como intermediario cumple para el
restablecimiento y normalización de las relaciones entre ambas naciones. Hasta
hace pocos años parecía imposible, pero hoy es una realidad favorable a la
vista, aunque aún esté lejano el día del retorno a una democracia plena en la
Isla. El fervor popular alrededor de su visita y la respetuosa conducta del
gobierno, respaldan la naturaleza de su discurso. Sin caer en extremismos fuera
de sitio y lugar, el mensaje tuvo una significación y alcances de frutos que se
recogerán a corto plazo.
Debo confesar que los discursos fundamentales, ante el
Congreso de Estados Unidos y en la Organización de las Naciones Unidas, ONU, me
hicieron recordar nuestros primeros pasos en política, desde las filas de la
Juventud Revolucionaria Copeyana y la Democracia Cristiana Universitaria, DCU.
Las mismas lecciones básicas, casi que en lenguaje similar al de nuestros
fundadores y maestros. Ojalá y los actuales dirigentes de este COPEI,
independientemente de sus ubicaciones grupales, y los millones de
socialcristianos alejados de la actividad partidista, estudien a fondo todos
los mensajes de Francisco desde el principio del mandato hasta el día de hoy
con el relativo a la familia.
El relanzamiento, moderno y claro, de la Doctrina Social de
la Iglesia ofrece un camino abierto y viable para quienes no son ni comunistas,
ni socialistas, ni socialdemócratas, ni neoliberales rabiosos. También para
quienes desde diversas trincheras hacen oposición activa y pasiva a los
regímenes totalitarios y dictatoriales que van quedando en el mundo. Venezuela
a la mano de Cuba, es hoy día ejemplo primario de lo que no puede aceptarse. La
lucha por la dignidad de la persona humana, es decir la libertad y el respeto
hacia el individuo, la perfectibilidad de la sociedad civil y la justicia
social como instrumento para alcanzar el bien común adquieren una nueva dimensión
para darle piso a quienes aspiran a vivir en una verdadera democracia. Gracias
Francisco.
Sábado, 26 de septiembre de 2015
@osalpaz
martes, 22 de septiembre de 2015
EL FINAL ESTÁ PRÓXIMO-EL NACIONAL
No me refiero a las aún inciertas elecciones parlamentarias
del próximo 6 de diciembre. Ellas forman parte de lo que está por venir, pero
es útil recordar que la verdadera naturaleza del problema de Venezuela no es
electoral sino existencial, de valores y principios muy erosionados por los
bárbaros que controlan al régimen. Cada día crece el descontento, el rechazo
profundo de una población hastiada de tanta ineficiencia y corrupción. Está en
el ambiente. El cambio no puede esperar más. Se trata de algo más que obtener
unas cuantas diputaciones adicionales en diciembre. Hablamos de la
reconstrucción democrática de un país en ruinas. Los caminos están a la vista.
Como diría nuevamente El Libertador, “vacilar es perdernos”.
2015 se aproxima al final. Otro año perdido para una
Venezuela que no se detiene en el proceso de destrucción que sufre. Pero llegó
el tiempo de duplicar esfuerzos para revertir hacia lo positivo las negativas
tendencias del presente. Sigo atentamente todos los pronunciamientos de las
fuerzas políticas del país. De gobierno y de la oposición. Lamentablemente
siento abandono de algunos temas que para mí han sido fundamentales, básicos
para mantener viva la llama de la fe indispensable para iluminar el camino
hacia un mañana mejor. Me parece acertado el acento en la libertad de los
presos políticos y el regreso de los exilados, pero no basta.
Quisiera sentir en la oposición el clamor de la Venezuela
profunda por la descentralización política y administrativa, por la autonomía
de los Estados y Municipios, por la regionalización de la Justicia y de los
servicios fundamentales de educación y salud, de las competencias en materia de
seguridad y orden público y la promoción de un serio debate sobre el verdadero
rol de las fuerzas armadas. Sobre estos y otros tanto o más importantes, ni una
palabra. Tampoco sobre la libertad económica, la libre empresa y el mercado
como instrumento generador y distribución de riqueza de conformidad con un
ordenamiento jurídico sabio y estable, al cual debe someterse todo el mundo,
pero primero y principalmente quien lo dicta que es el propio Estado. Quisiera
saber que están pensando quienes dirigen la lucha electoral y quienes, abierta
o de forma encubierta, aspiran gobernar en los próximos años.
Otro aspecto importante se refiere a la libertad de expresión
e información. Los medios de comunicación, silenciosa o discretamente, están
esperando un compromiso serio con cara al futuro.
Ese futuro empezó ayer. El cambio viene. Nada podrá
detenerlo. No olvidemos que con frecuencia, la imparcialidad es el disfraz
tramposo de los oportunistas.
@osalpaz
Domingo, 20 de septiembre de 1015
EL “AMIGUISMO” CORRUPTOR-DESDE EL PUENTE
Las novelas de Francisco Suniaga son muy buenas. Las he leído
de un tirón a medida que van apareciendo. Se corresponden a realidades
concretas que hemos podido constatar en el pasado y hasta recientemente. En
estos días he tenido presente algunas consideraciones contenidas en “La otra
isla, la isla de los amigos”, con referencia a la falta de seguridad jurídica
existente en el país. Palabras más o palabras menos, referidas al pasado y al
presente, afirma que los libros de Derecho son obsoletos por el ritmo de las
leyes y las constituciones y, por supuesto, de las variantes interpretaciones
que reciben. Libros inútiles porque el ejercicio del Derecho estaba reducido a
labores de gestoría para las que no se necesita leer sino tener amigos viejos o
nuevos, verdaderos o comprados, pero suficientes para navegar con éxito por las
aguas turbulentas de las instancias administrativas y judiciales.
Esto tiene plena vigencia en el mundo de hoy, en las actividades
públicas y hasta en las privadas. Se ha hecho ley aquello de que vale más una
mala transacción que un buen juicio. Así el país ha caída en una perversa
rodada hacia la falta de ética en cuestiones fundamentales. Por todo eso y
mucho más, repito nuevamente que el régimen actual está corrompido, pero su
peor marca es la de ser el agente corruptor más serio de la República. Lo que
está por venir será muy severo con relación a este tema y la exigencia de
responsabilidades a los más responsables. De lo contrario caerá en lo mismo
progresivamente y se quedará corto el esfuerzo moralizador. Confieso
preocupaciones crecientes sobre la materia.
Estoy seguro que estas reflexiones son compartidas por la
mayoría de los venezolanos, por eso no basta. Ese pueblo tiene que demostrar a
corto plazo ser superior a quienes han pretendido dirigirlo. El llamado es a
defender nuestros principios y valores fundamentales mediante el ejercicio
activo y la defensa de nuestros derechos en cualquier circunstancia. Hay que
superar el clima de miedo y represión que tratan de imponer. Una fe tranquila,
pero decidida es la mejor arma para defendernos, enfrentar y derrotar para
siempre a un adversario convertido en
enemigo de la libertad.
@osalpaz
Lunes, 21 de septiembre de 2015
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