lunes, 25 de septiembre de 2017

HONRADEZ INTEGRAL



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

HONRADEZ INTEGRAL

Todas las actividades de la vida necesitan de honradez total para que sus consecuencias sean realmente positivas. Normalmente confundimos honradez con honestidad y esta última denominación queda reservada para los que no roban ni estafan, para quienes en el ejercicio de funciones públicas o privadas, políticas, profesionales o de cualquier naturaleza, mantienen una línea impecable de conducta. Para algunos son ejemplo a seguir, pero para otros son unos idiotas que desaprovechan oportunidades para superarse o acumular riqueza material y poder en el sentido más amplio de la expresión.
Planteadas las cosas en estos términos, bastante abreviados por cierto, la dirección política del país necesita una dosis extrema de honradez  tanto por parte del oficialismo como de quienes se han convertido en voceros del enorme sentimiento democrático de la nación. Los primeros están claramente identificados por sus estrafalarios comentarios, juicios descabellados, mentiras, disimulos y diarios escándalos derivados de su probada ineficacia y de la alta dosis de corrupción que marca sus ejecutorias. El mundo entero reacciona frente a ellos motivado por la creciente convicción de la presencia protagónica que en Venezuela tienen las estructuras operativas del narcotráfico y del terrorismo. Las alarmas suenan tanto en el continente americano como en el resto del planeta. Las consecuencias son progresivas y crecientes. Se ven y se sienten.
Con relación a los segundos, me refiero a los voceros de la democracia, la exigencia es urgente. No sólo con relación al dinero, a los fondos para financiar sus movimientos y actividades, cuyo origen y destino tiene que ser transparente, sino también a la sinceridad de sus declaraciones y a la claridad que reclama la confianza nacional que necesitan. Me sumo a quienes piden poner punto final al “secretismo”, a esa concepción politiquera según la cual las conveniencias tácticas, incluso estratégicas, pueden servir para sobrevivir, para cuidar espacios o conquistar nuevos, para mantener una relativa “estabilidad” que pudiera ser buena dentro del electoralismo que empaña la visión de algunos de los más importantes voceros. Por supuesto que esas conductas pueden servir para beneficio de personas o grupos, pero nos alejan del objetivo final de cambio profundo por el que tanto sacrificio se ha acumulado.
No me refiero exclusivamente a la próxima elección de gobernadores a realizarse el 15 de octubre. Para ese día las cartas están sobre la mesa. Las consecuencias se verán de inmediato y cada quien deberá asumir la responsabilidad que le corresponde. Pero con relación a los participantes y a los candidatos a gobernadores, con contadas excepciones, veo las campañas en un estilo tradicional y populista preocupante. Pocos mensajes de fondo sobre el cambio, sobre la descentralización, sobre la construcción de una verdadera Federación integrada por Estados y Municipios autónomos. Pocas o ninguna mención a Cuba, al problema de la droga o al terrorismo. No siento convicción en la lucha para poner punto final al centralismo presidencialista. Demasiado de más de lo mismo, aunque quizás un poco mejor.
Lunes, 25 de septiembre de 2017
@osalpaz

lunes, 18 de septiembre de 2017

LA POLÍTICA COMO CIENCIA Y ARTE



DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

LA POLÍTICA COMO CIENCIA Y ARTE

Desde muy jóvenes aprendimos que la política es ciencia y arte, siempre al servicio del bien común, es decir, de terceros que no necesariamente significa que esa ciencia y ese arte estén al servicio exclusivo de quienes la practican o de los grupos que puedan estar al servicio de esos propósitos personalistas.
En consecuencia, rechazamos las demasiado frecuentes manifestaciones de alta hipocresía, del disimulo y la mentira en las acciones u omisiones de los dirigentes con los cuales deberíamos estar plenamente identificados.
Lamentablemente se hacen demasiado frecuentes actitudes que dejan mucho que desear. Aclaro que estas consideraciones son absolutamente personales. No comprometes a nadie más que a mí, pero luego de meditarlo profundamente, siento la necesidad de este modesto desahogo motivado finalmente por las circunstancias que han rodeado lo sucedido en República Dominicana.
Aún están frescas las declaraciones del alto gobierno, Maduro incluido junto a otros calificados voceros del régimen, sobre supuestas o reales conversaciones, sostenidas con voceros de la MUD con miras a un diálogo que hasta ahora sólo ha generado frustraciones y desengaños. Las oficialistas lo daban siempre como un hecho. Lo hacían hasta en tono amenazante como para amenazar a los participantes en las reuniones cuando las ponían en duda o guardaban inexplicable silencio. Con esta actitud creció la idea de que los voceros oficialistas mentían y, por lo tanto, no valía la pena hacer aclaraciones innecesarias.
Lo grave es que la dirigencia opositora, especialmente los voceros de la MUD, recibieron mandatos claros tanto con la elección de la Asamblea Nacional como del plebiscito ciudadano del inolvidable 16 de agosto. Muy poco de lo prometido en aquella oportunidad y mucho menos lo relativo a los tres claros acuerdos votados masivamente por un pueblo emocionado y dispuesto, ha sido atendido como es debido.
La exitosa línea de acción democrática que tenía al régimen contra las cuerdas y con las piernas flojas, se desvanece ante la abierta o encubierta política de reconocimiento a la cuestionada autoridad del Consejo Nacional Electoral, del Tribunal Supremo de Justicia y sobre todo, a las decisiones de la fraudulenta asamblea constituyente cubanoide rechazada por el mundo libre y, especialmente, por la inmensa mayoría de la nación que manifestó una voluntad de rechazo millonaria al no acompañar la farsa de su elección.
Ahora está el trauma de las elecciones regionales. He manifestado con claridad irreductible posición. Por supuesto que aspiro a cambios profundos en algunos estados como el Zulia, por ejemplo, deseándole éxito a Juan Pablo Guanipa y no criticaré a quienes por cualquier motivo asistan a votar en cualquier parte del camino. Pero yo estoy acostumbrado a ser fiel y leal a mis principios y convicciones: no me aparto del objetivo central de la lucha: el cambio de régimen que comenzará con la salida de Maduro. Estoy contra todo cuanto entorpezca, atrase o negocie estos propósitos.
Lunes, 18   de septiembre de 2017
@osalpaz

lunes, 11 de septiembre de 2017

EN ESTADO DE COMA



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

EN ESTADO DE COMA
Venezuela está en estado de coma, abandonada en un pasillo infame de cualquiera de los hospitales del país sin poder atender ninguna de las urgentes necesidades básicas. Tampoco tiene acceso a las unidades especializadas de cuidados intensivos. En ellas aumenta la esperanza por la presencia de los pocos especialistas que van quedando en el país, aunque también con las conocidas carencias que impiden el ejercicio pleno de sus conocimientos y habilidades prácticas.
Venezuela se niega a morir y no morirá. Los países nunca mueren, pero siempre pueden estar un poco peor. Ese es el caso. La única solución está en revertir hacia lo positivo las negativas tendencias del presente. Apelar a las mejores reservas humanas de la nación es indispensable sin demora y con el coraje necesario para provocar la salida del régimen actual en el menor tiempo posible. Sólo así será viable la recuperación y el retorno a una vida pletórica de libertad, progreso y democracia verdadera. Será imposible mientras los mismos sigan haciendo lo mismo cada vez peor, como viene siendo dicho desde hace miles de años.
A estas alturas pocas cosas me impresionan en materia política o en el análisis del régimen que cuestionamos. Pero debo confesar que fui víctima de un estremecimiento profundo, dañino e indignante, al escuchar los anuncios en materia económica y social de Maduro en la mal llamada constituyente, pocos días antes de emprender su extraño e inconstitucional viaje oficial a Kazajistán con escala en Argel. Hasta donde yo sé, no está autorizado por la Asamblea Nacional, única institución oficial con base de legalidad legítima y constitucional.
Pero, más allá de estas consideraciones circunstanciales, los anuncios fueron increíbles disparates que profundizarán la crisis y agravarán el coma de la República. No hay propósito de enmienda. Tampoco voluntad de rectificación. Al contrario la idea, es  ir más a fondo con los disparates de políticas probadamente perversas e ineficaces que han logrado la proeza de colocarnos a la cola del continente americano y en deplorables estados de hambre y miseria con relación al resto del mundo.
Bolívar debe revolcarse en su violada tumba, entre otras cosas, por lo que han hecho con la moneda identificada con su nombre. Desprestigiada y manipulada hasta límites inaceptables. Ahora se ha iniciado una campaña absurda en contra del dólar americano, base del sistema monetario internacional. El dólar nunca ha dejado mal a nadie en ninguna parte, bien sea naciones, personas jurídicas o personas naturales de carne y hueso. No son descabelladas las calificadas voces de quienes hablan sobre la necesidad de iniciar un proceso de dolarización de la economía venezolana.
Podríamos continuar profundizando sobre el tema. Pero lo básico es la libertad plena, personal y empresarial dentro de un marco de seguridad derivado de un orden jurídico sabio y estable.
Lunes, 11 de septiembre de 2017
@osalpaz

lunes, 4 de septiembre de 2017

EL TIEMPO SE AGOTA



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

EL TIEMPO SE AGOTA

Ninguno de los problemas de Venezuela será solucionado mientras el régimen que la gobierna exista. Todo lo contrario. La experiencia de los últimos quinquenios demuestra que se harán peores. Me refiero a todos ellos. No sólo a los directamente vinculados con la política, también a los Derechos Humanos, lo internacional, la salud, la educación, la seguridad de las personas y de los bienes y a lo que en ocasiones perecieran olvidar muchos, la defensa de la Soberanía Nacional y la integridad territorial. El drama es terrible sin solución en las condiciones actuales.
Pero sí hay solución. La primera y más importante es el cambio de régimen. Hay diversas vías e instrumentos para lograrlo. Casi todos adecuados para lograrlo en democracia y libertad, pero inútiles para enfrentar y derrotar a una dictadura tiránica que en nombre de la revolución desconoce la Constitución de su autoría y destroza el ordenamiento jurídico existente, en buena parte también de su autoría.
Algunos no quieren entender que un régimen forajido no puede someterse a la camisa de fuerza de una Constitución. Tampoco a normas estables que limiten su actuación impidiendo el uso indebido del poder y el abuso descarado para enriquecerse los protagonistas y retener el poder. Para ellos primero van los hechos y después el Derecho adecuado a los intereses de cada circunstancia.
Tampoco parecieran tener claro el propósito de la mal llamada constituyente como “súper poder” institucional. Todo ha sido pensado con meridiana claridad. No se puede menospreciar a las cabezas pensantes del régimen aunque nos burlemos de la vergüenza generada por las incompetencias y corruptelas de la mayoría de ejecutores. Basta con escuchar, si es que hay paciencia, las declaraciones y discursos de los voceros más calificados del régimen. Pero el tiempo pasa y la simple retórica oposicionista no basta, ni bastará, para lograr el cambio necesario.
Por supuesto que hace falta tener clara una estrategia que incluya un gobierno de transición para sustituir al actual y volver a la democracia. Sin embargo, a quienes repiten tanto esto frente a cualquier otra alternativa, les pregunto. ¿Creen que se logrará por las buenas? No me los imagino pensando que las gestiones de Rodríguez Zapatero y compañía incluyen la renuncia de Maduro y el alto gobierno cívico-militar a corto o muy mediano plazo, con garantías de impunidad y vida segura en cualquier parte a la que se tengan que retirar. Es más, no sé si esto está en los planes de algunos dirigentes supuestamente opositores que empiezan a santificar al español.
La calle sigue siendo indispensable. La memoria de los más de cien asesinatos de las últimas protestas, los trescientos mil sumados de estos años, los presos, exilados, acosados y perseguidos y la presencia activa del narcotráfico, macro y micro, nos obligan a hacer lo correcto junto a la comunidad internacional y la Iglesia.
Lunes, 4 de septiembre de 2017
@osalpaz