jueves, 29 de octubre de 2015

DESTRUIDA Y EN RUINAS - EL NACIONAL



Las recientes declaraciones del Fiscal del Ministerio Público Franklin Nieves, relativas a su actuación grave y penosa en el juicio contra Leopoldo López, estremecieron la sensibilidad de una Nación que pareciera inmunizada con relación a los vicios del régimen gobernante. La declaración no excluye su responsabilidad con relación a lo sucedido y a lo que puede venir, pero son un importante llamado de atención que refleja una situación real que mantiene en prisión o privados de sus más elementales derechos a una gran cantidad de venezolanos. Todos, sin excepción, presos políticos, exilados, restringidos en sus derechos constitucionales por razones políticas, tienen que ser liberados plenamente. Cada caso tiene su historia, pero todas ellas unidas por los mismos factores inaceptables en cualquier democracia que se respete a sí misma. Por supuesto, no es el caso de la Venezuela actual.
Lo que vivimos confirma el dicho de que no hay secretos eternos. Todo se sabe, más temprano que tarde en este caso, aunque llevemos cerca de diecisiete años en esta rumba donde el disimulo y la mentira marcan la pauta.
La dupla mayor, Maduro-Cabello, se está equivocando de plano. No entienden, o no quieren entender, el rechazo generalizado a cada una de sus múltiples presentaciones. No les llega el clamor de un pueblo harto, hastiado, de tanta infamia y corruptelas a granel. El control casi total que tienen de los medios de comunicación social se convierte en el peor enemigo del alto gobierno civil y militar. Todos los disparates quedan registrados y repetidos hasta el infinito. El ciudadano común, sufre y espera. La mayor decepción y el mayor resentimiento no están en los tradicionales sectores de la oposición democrática. En este campo no se espera nada nuevo o distinto. Está en el mundo del chavismo ingenuo, del ciudadano común que puso sueños y esperanza de un mejor vivir, hoy golpeado por la realidad de la mayor traición que pueda haberse hecho a pueblo alguno de este continente.
La justicia es como el trapiche de Dios, tardía pero segura. Del oficialismo sólo escuchamos más y mayores disparates. Se trata de un empeño por perfeccionar la tragedia. Más de lo mismo, pero peor. No hay rectificaciones indispensables, ni propósito de enmienda. En lo económico, social, político y militar cuanto se anuncia es una especie de masoquismo que perfecciona los errores cometidos sin tratar de corregirlos.
No hay forma legal o legítima que pueda favorecer al régimen frente al 6D. La rabia supera ampliamente al miedo y al temor que pretenden sembrar. Ese día daremos el primer gran paso hacia el cambio integral que Venezuela necesita.
@osalpaz
Domingo, 25 de octubre de 2015

NO HAY SECRETOS ETERNOS - DESDE EL PUENTE




Todo se sabe, más tarde o más temprano. Progresivamente conocemos las denuncias y declaraciones de personeros civiles y militares del régimen agonizante. Se multiplican los residuos de un esquema de gobierno basado en el disimulo y la mentira. Casi todo es una farsa que llega a su final. No me refiero exclusivamente a las elecciones parlamentarias del 6D, aunque también. En esta oportunidad la sociedad venezolana ha sido estremecida con las declaraciones del Fiscal Franklin Nieves, quien parece haber llevado la carga mayor en contra de Leopoldo López quien fue condenado a casi catorce años de prisión. Entre otras cosas, dijo textualmente: “Decidí salir con mi familia de Venezuela en virtud de la presión que estaba ejerciendo el ejecutivo nacional y mis superiores jerárquicos para que continuara defendiendo las pruebas falsas con que se había condenado al ciudadano Leopoldo López”. Esto no excluye la responsabilidad que tuvo en el proceso, pero leídas integralmente sus declaraciones, se impone la anulación total de ese juicio y la inmediata liberación de Leopoldo.
Tengo la certeza de que todos los presos políticos han padecido el mismo calvario. Fiscales al servicio del Ministerio Público y jueces tarifados bajo la presión del dinero o de las ordenes “superiores”, han logrado destruir la confianza en la justicia agregando mayores elementos a la convicción de estar en un país institucionalmente destruido por un régimen que actúa al margen y en contra de la Constitución. Parece mentira, pero nada funciona bien. Todo camina hacia peor creciendo, no ya sólo el mundo opositor sino la decepción y tristeza en la mayoría de ciudadanos comunes que tuvieron esperanza de vivir mejor bajo el régimen inaugurado por Chávez hace casi diecisiete años ya. Frustración, rabia y anhelo de cambio se unen frente a los responsables de la tragedia.
Se acerca la inevitable rendición de cuentas. El próximo paso, sin ser definitivo, será trascendente. Venezuela necesita una Asamblea Nacional verdaderamente democrática que protagonice las tareas que el cambio exige. No hay manera legal ni legítima que permita al gobierno retener el control de este importante organismo. Ya no confían ni en ellos mismos. Las contradicciones e intrigas en el oficialismo crecen geométricamente. Se percibe una especie de “sálvese quien pueda” en la mayoría de las actividades de la nación. Esto incluye, por supuesto, al convulsionado mundo militar. La erosión avanza.
@osalpaz
Lunes, 26 de octubre de 2015

SOLIDARIDAD ÚTIL - EXPRESO



En repetidas oportunidades hemos resaltado la falta de solidaridad activa de instituciones y gobiernos de América Latina con quienes sufren la dictadura de Venezuela y con los que luchan para alcanzar la reconstrucción democrática de la nación. Debo decir que esta situación cambia aceleradamente. Quizás se deba a la proximidad de las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre y a la pública y escandalosa actividad ventajista e ilegal del régimen para sembrar terror en la población y evitar una derrota cantada.
Las autoridades electorales del país, controladas de manera absoluta por el gobierno, rechaza en todos los tonos y circunstancias la posibilidad de que estén presentes observadores internacionales, ni representantes calificados de gobiernos u organizaciones públicas y privadas que puedan dar fe de lo que va a suceder. Solo acepta “acompañantes” de Unasur dirigidos por el cómplice Ernesto Samper, director general, y del ALBA, esperando que la agotada chequera de los petrodólares genere sentimientos de gratitud y apoyo. Se rechaza la presencia de observadores calificados, verdaderos especialistas en lo electoral, de la ONU, de la OEA, de la Unión Europea y de líderes políticos continentales y mundiales que han expresado su deseo de estar presentes. La tensión interior crece, pero también la solidaridad democrática de buena parte del mundo. Con ellas también crece el optimismo. El cambio avanza indetenible.
La semana anterior se reunió en Madrid el Congreso del Partido Popular Europeo. Al igual que el PP español, el evento manifestó su solidaridad con la lucha democrática. Condenó las violaciones directas a la libertad de expresión, el acoso a los medios, el atropello a periodistas y contra dirigentes políticos ilegalmente detenidos, condenados u obligados a salir del país por tener en peligro la vida, las propiedades y la familia.
Destacó el respaldo absoluto e incondicional dado a Miguel Henrique Otero, presidente-editor del diario El Nacional, presente en el Congreso y autor de la ponencia “La democracia en el siglo XXI para América Latina”. El Nacional, conjuntamente con el diario Tal Cual dirigido por Teodoro Petkoff y La Patilla de Alberto Federico Ravell, son ejemplo vivo de la represión y el atropello contra los medios y sus dueños, directores o principales. Destacamos las actuaciones del senador español Dionisio García y de los voceros del PP Europeo, Luis de Grandes y Daniel Serrano.
Mientras tanto, los voceros del régimen afirman que “no entregarán la revolución”, que ganarán “como sea” y si no lo logran el futuro será de “masacre y muerte”, en palabras textuales del señor Nicolás Maduro. Están derrotados y lo saben. Nada podrá detener la voluntad de una nación dispuesta a darlo todo por la libertad y la democracia.
@osalpaz
Viernes, 23 de octubre de 2015

martes, 20 de octubre de 2015

CORRUPCIÓN Y NARCOTRÁFICO - EXPRESO



La corrupción generalizada está acabando con los débiles  pilares de los gobiernos del continente. No se trata sólo del problema del dinero, de cogerse o dejar coger dinero ilícitamente a un funcionario o a uno de sus preferidos. Por supuesto que es grave e injustificable, pero tanto o más es el simple tráfico de influencias, las comisiones a granel hasta para conseguir audiencias, la irresponsabilidad en el trabajo diario, en el incumplimiento formal de los horarios de trabajo, en la habilidad para conseguir excusas y pretender legitimar cualquier hábil tramposería de ocasión. Son muchas las facetas de esta enfermedad que hace metástasis en el cuerpo humano de nuestras naciones. El sector privado no escapa a la enfermedad. Recordemos siempre que donde hay funcionarios corruptos hay corruptores que contribuyen a la expansión del mal. Esto está cada día más a la vista y quizás, por eso mismo, la gente se va adecuando progresivamente a las exigencias que le imponen para satisfacer sus necesidades. Hasta conseguir audiencias es hoy un negocio lucrativo. Impresionante el crecimiento de las gestorías de todo tipo para cualquier cosa.
Pero, más allá de estas consideraciones generales, los males y desviaciones derivadas del narcotráfico de unos veinte años a esta parte, han terminado por desnaturalizar la vida pública, las instituciones fundamentales hasta del sector privado y se convierten en el más serio de los problemas que nuestros países tienen que afrontar sin demora.
Los tentáculos del narcotráfico han liquidado el hampa común. Hoy se trata de crimen organizado. Están presentes en la economía, en las finanzas, en el mundo social. En la política con fichas activas en los partidos, en las ong´s y en los medios de comunicación. Tanto o más grave que todo esto, está el relativo protagonismo que mantienen desde posiciones claves de las propias fuerzas armadas. En el macro y micro tráfico de drogas está la mayor explicación de la irrupción del sicariato en nuestras sociedades y las inexplicables alianzas con organizaciones terroristas nacionales e internacionales. A diario los medios nos hablan de crímenes horrendos, decapitaciones, desmembramiento de cadáveres, asesinatos con saña de todo lo cual no teníamos noticias como ahora.
A pesar de que en cada uno de los países del área se tienen fundadas sospechas de las responsabilidades hay una especie de silencio cómplice para no ir al fondo, a las raíces del mal. Con debilidad se enfrentan las consecuencias, pero se esconden las causas por temor, comodidad o complicidad. El hecho es que el problema se agrava y la indiferencia crece.
@osalpaz
Viernes, 16 de octubre de 2015