lunes, 18 de diciembre de 2017

LA DESVIACIÓN ELECTORALISTA



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

LA DESVIACIÓN ELECTORALISTA
2017 ha sido uno de los peores años en la historia de Venezuela. No me atrevo a decir que el peor, pero está muy cerca de merecer tal calificación. En lo social, en lo económico, en lo internacional, en lo político y, entre otras cosas, en materia de seguridad nacional y defensa integral de la soberanía. Que yo recuerde, jamás habíamos estado peor. A veces trato de ser cuidadoso con el lenguaje para evitar exageraciones. Después de hacerlo pienso que me quedo corto ante la realidad que trato de describir con prudencia.
De las últimas cosas importantes del inconcluso año, podemos señalar la prohibición de viajar a Lima a 120 niños y a quienes los representaban, con todos sus papeles en regla. Les anularon los pasaportes y al régimen no le importaron los enfermos. Iban a encontrarse con sus padres para estar juntos al menos en Navidad y Año Nuevo. En medio de tanta tragedia y desesperanza esto pareciera una tontería, pero no lo es. El señor Maduro se fue a Turquía, con varias escalas repetidas de ida y vuelta. Suma su voz a la de los más radicales islamitas en contra de Estados Unidos y, al igual que Chávez, maldice a los judíos y ofende gravemente a Israel. Viaja en avión cubano y utiliza un lenguaje más condenable que el de sus protectores y jefes reales. Pobre país el nuestro, gobernado como sabemos.
No es necesario continuar la descripción de jornadas deplorables que se suman a la miseria alimenticia, sanitaria, de servicios y al deterioro de la planta física de la nación. Pareciera un ejercicio adicional de masoquismo como desahogo sin mayores consecuencias prácticas. Lo hago para ratificar mi convicción de que mientras este régimen exista no hay, ni habrá, solución posible a ninguno de los problemas existentes. Básicamente, porque la existencia del régimen es el problema y es lo que debemos resolver por encima de todo lo demás.
Las conversaciones, diálogos, negociaciones, paseos conjuntos o lo que hacen en Santo Domingo, lejos de generar esperanza y animar la ilusión de cambio, siembran desconfianza y recelo con relación a los verdaderos objetivos de la parte no gubernamental. Luego de observar y analizar detenidamente cuanto sucede, concluyo en que, por lo menos a mí, no me representan. Están enfermos de electoralitis aguda. Lo electoral es importante, pero no es lo único. Ni siquiera lo más importante.
Para el cierre de este año reafirmo principios y valores que en esta hora tienen más vigencia que nunca. Están cada día más y mejor representados por la Conferencia Episcopal Venezolana. Bajo su orientación podemos ver con mayor claridad el camino.
°° Esta líneas volverán a publicarse en la segunda quincena de enero 2018.
Lunes, 18 de diciembre de 2017
@osalpaz

lunes, 11 de diciembre de 2017

REFLEXIONES DESORDENADAS



DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

REFLEXIONES DESORDENADAS
Escribo en domingo. Aún no conozco los resultados de la actividad electoral convocada para hoy por el régimen y avalada por importantes personeros no formalmente oficialistas. La verdad es que no me preocupa demasiado el tema. Todo está dado para que el régimen mantenga, con alguna ampliación, el control de la mayoría de las estructuras municipales.
 Y lo que es más grave, desconozca la mayoritaria voluntad del pueblo zuliano que eligió recientemente a Juan Pablo Guanipa como gobernador. A pesar de ese meritorio triunfo contra la maquinaria oficial, lo destituyeron por negarse a prestar juramento ante esa constituyente madurista, rechazada por fraudulenta por propios y extraños. Mi reconocimiento a la actitud principista, honesta y propia de su condición y herencia de este nuevo valor del liderazgo democrático. Lo inaceptable, a mi juicio, es que desde la “oposición” avalaran las actuaciones del régimen postulando como candidato a quien debería haber sido el primero en reconocer el triunfo de Juan Pablo y cuestionar todo lo sucedido.
Pero, nada nos sorprende. Con verdadera indignación vemos cómo avanza el drama de la destrucción institucional del país. Nada funciona. Todo camina de mal para peor. Está fortalecida, día a día, nuestra convicción de que no hay solución posible para ninguno de los problemas existentes mientras este régimen exista. Por tanto, todos los que compartimos este criterio tenemos la obligación de trabajar sin descanso por el cambio necesario en el menor tiempo posible.
No me siento feliz con lo que pienso en esta hora tan difícil y traumática. Pero si no logramos entender adecuadamente la realidad y la magnitud de las dificultades existentes, será imposible alcanzar el objetivo. Lo grave que muchos “opositores” lo entienden, pero actúan en dirección contraria a sus convicciones e incluso a sus propias trayectorias. Me cuesta mucho creer que sea por ingenuidad o por ignorancia. En algunos ni siquiera por comodidad o cobardía. Se podría tratar de complicidad abierta o encubierta. Esto siempre tiene un precio. Se conocerá más temprano que tarde. Recordemos que no hay secretos eternos.
Mientras tanto ¿qué podemos pedirle al ciudadano común, al pueblo que ciertamente sufre la situación actual?, ¿más paciencia? O, antes por el contrario, organizarlo para actuar en base a la rebeldía constitucional y práctica que las circunstancias exigen. Esto se dice fácil pero es extremadamente difícil y riesgoso para quienes asuman la responsabilidad de dirigir las acciones. Pero no hay de otra. Es ahora o será imposible detener la destrucción de la república, ya de por sí bastante deteriorada. No olvidemos que siempre se puede estar un poco peor. En la vida sólo se toca fondo cuando las cosas que se hace mal empiezan a hacerse bien.
Lunes, 11 de diciembre de 2017
@osalpaz

lunes, 4 de diciembre de 2017

PELIGROSA INCERTIDUMBRE



DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

PELIGROSA INCERTIDUMBRE
Cada venezolana sacará sus conclusiones sobre la reunión que se desarrolló, una vez más, en Santo Domingo. Bastantes generalidades y algunas contradicciones están contenidas en las recientes declaraciones de los protagonistas del gobierno, de la oposición y de los testigos cooperantes. Mucho relleno y poca sustancia por parte de todos los declarantes en un momento en que se llega al final del viciado proceso electoral para elegir alcaldes el próximo 10-D. Se mantienen las mismas condiciones irregulares de la pasada elección de gobernadores, pero en condiciones un poco peores pues no se atendieron, ni fueron corregidas, las múltiples irregularidades denunciadas con claridad por los participantes.
Todo este peligroso juego de estira y encoge, de asomar, disimular o esconder aspectos importantes de cuanto sucede contribuye al incremento de la incertidumbre y del escepticismo. Cada día la gente cree menos en la posibilidad de salir de esto “por las buenas”, pero no tiene claras las oportunidades de lograrlo “por las malas”. Tampoco el rol que le tocaría jugar para no seguir esperando que otros resuelvan hacer lo que a cada uno le corresponde. En fin, estamos en lío tremendo sin soluciones fáciles.
Sin embargo, hay cosas que podemos exigir con fuerza y bastante autoridad moral y política. Todo cuanto se hace o se haga debe ser con transparencia absoluta. Sin este requisito, nada funciona. Todos sabemos que el régimen trata de retener indefinidamente el poder sembrando el miedo y el temor, usando hasta el abuso los instrumentos para reprimir mediante la violencia física e institucional.
Tenemos que asumir la defensa de la libertad manteniendo firme y tranquila nuestra fe, pero concretándola de manera activa y decidida en todas y cada una de las circunstancias en las que nos corresponda actuar.
A todo lo señalado podemos agregar algunos factores adicionales. A lo largo del proceso castro-chavista-madurista, casi dos décadas ininterrumpidas, han sido constantes los escandalosos casos de corrupción y peculado. Suficientemente documentados, pero sin resultados efectivos. Ahora estalla algo conocido desde hace bastante tiempo. Me refiero a lo de PDVSA y CITGO, a todo lo que tiene que ver con Rafael Ramírez y Elogio Del Pino como cabezas visibles de todo y de unos cuantos más que son señalados, entre otras cosas, para desviar la atención de lo fundamental. En el fondo no sabemos bien de lo que se trata. La corrupción es harto conocida, pero ¿a qué se debe la virulenta reacción del representante de la constituyente madurista Tarek W. Saab? No creo que la solución mejor haya sido la militarización total de la industria petrolera y sus derivaciones. Hay una lucha sorda por el control del poder político y sobre todo, del poder económico y financiero del país. Todo esto huele muy mal. Peor que lo comentado al comienzo de estas modestas reflexiones. El país no les importa. La nación reaccionará pronto.
Lunes, 4 de diciembre de 2017
@osalpaz