martes, 26 de enero de 2016

IMPOSIBLE PERDER MÁS TIEMPO-EL NACIONAL



 
Venezuela entera está convencida de la necesidad de un cambio radical, profundo y urgente, que revierta hacia lo positivo las negativas realidades del presente. Me refiero a todos los venezolanos. A los que giran alrededor de la alternativa democrática y los partidos que integran la MUD, también al ciudadano común que no vive de la política, ni de los partidos, sino de su esfuerzo personal y familiar para mantener en alto la dignidad que merecen y, por supuesto, a los millones de decepcionados compatriotas que ahora señalan a sus ídolos de pocos años atrás, como los responsables de la destrucción del país.
El problema se dramatiza porque el tiempo avanza y todos los terribles anuncios con relación al año que se inicia se hacen realidad. Los males del país está sobre diagnosticados y las posibles soluciones son conocidas, repetidas en infinidad de ocasiones por expertos en cada una de las actividades nacionales. Pero seguimos perdiendo un tiempo valioso que quizás no se mantenga demasiado.
La primera gran conclusión es que no hay solución posible mientras se mantenga el poder en manos de eso que llaman el alto gobierno cívico-militar de la revolución encabezada por la dupla Maduro-Cabello. Si estos personajes conservaran una mínima dosis de dignidad y decencia, facilitarían el camino hacia el cambio renunciando a sus responsabilidades actuales para que se instale una etapa de transición para la reconstrucción institucional y ética del país. Han desperdiciado todas las oportunidades de rectificación y siguen empeñados en profundizar los errores y violentar una situación de peligrosa confrontación que, de continuar, arrasará con cualquier signo del reciente pasado chavista, socialista a la cubana.
Nicolás Maduro debe renunciar antes de que la Asamblea Nacional accione la vía constitucional más rápida y práctica, para obligarlo a irse. No puede ni debe continuar. Nadie tiene derecho a jugar con el país como lo está haciendo este señor. Más allá de la falta de legitimidad relativa a su designación como cabeza del poder ejecutivo, no ha cumplido con ninguna de las obligaciones, de los deberes expresamente señalados en la Constitución. ¿De qué cosa se ocupa? ¿Hasta dónde estirará la cuerda para mantenerse en el poder como sea?
La Asamblea Nacional está cumpliendo con su deber. Es depositaria de la confianza, de la fe y de la esperanza de Venezuela. Esperamos que profundice el acertado camino que transita hacia el cambio necesario. La Fuerza Armada Nacional se mantiene en una especie de expectativa vigilante, con idéntica fe en el destino superior que merecemos.
@osalpaz
Lunes, 25 de enero de 2016

SE AGOTÓ EL TIEMPO-EXPRESO



Ojalá y nuestros hermanos peruanos no tengan que revivir etapas muy superadas del pasado. Al liderazgo de ese querido país le pido que sigan con atención los sucesos de la Venezuela actual, de los últimos dieciocho años y especialmente de los casi tres que Nicolás Maduro lleva como cabeza del poder ejecutivo. Un verdadero desastre que puede reproducirse en cualquiera de nuestras naciones. Por supuesto, sobre la base del dinero, del disimulo y la mentira, de la corrupción, de la demagogia convertida en regla existencial del régimen y de la subordinación de todo cuanto se hace o deja de hacer, al interés de permanecer en el gobierno como sea, a cualquier precio y sin concesiones. Todo en nombre de esa revolución que utiliza como recurso retórico lo de “socialismo del siglo XXI”.
Es difícil de explicar y, para muchos, hasta de entender, como es posible que un país con las mayores reservas de hidrocarburos del mundo, que gozaba de una economía bastante diversificada y unos elevados niveles de vida medidos en seguridad personal y familiar, vivienda, salud, educación y empleos, esté en la ruina más espantosa. Organismos internacionales muy calificados y voceros nacionales del primer orden, anuncian una inevitable crisis humanitaria a corto plazo en Venezuela. Cuesta aceptarlo, pero es una realidad a la vista.
En una votación sin precedentes, el pasado 6 de diciembre los venezolanos elegimos la nueva Asamblea Nacional. La oposición democrática alcanzo las dos terceras partes de los nuevos integrantes lo cual le da un enorme poder para fiscalizar, controlar y legislar con la idea de forzar un cambio de rumbo del gobierno en un lapso prudencial el cual, de no lograrse como pareciera ser el caso, obligaría a impulsar el cambio integral del régimen socialista a la cubana que gobierna. La Constitución Nacional señala diversas alternativas para hacerlo y la dirección del parlamento anuncia su disposición de trabajar en esa dirección. No será fácil. El régimen ya está apelando a todo tipo de maniobras al margen del Derecho y de la Constitución para sabotear al poder legislativo, pero lejos de avanzar sus propósitos van de fracaso en fracaso.
Por de pronto el anhelo nacional se concentra en exigir la renuncia de Maduro y de todo eso que llaman el alto gobierno cívico militar. Se trataría de iniciar una etapa de transición para la reconstrucción de la República con bases constituyentes muy claras. El debate está planteado. Hay que prepararse para cualquier escenario posible.
@osalpaz
Viernes, 22 de enero de 2016



CAMBIO RADICAL Y URGENTE-DESDE EL PUENTE




Si Nicolás Maduro fuera un hombre medianamente inteligente, o aunque sin serlo tuviera una mínima dosis de amor por Venezuela, hace rato habría renunciado a la posición que las circunstancias colocaron en sus manos. Es impresionante como ha desperdiciado las enormes oportunidades que ha tenido para demostrar lo que vale y para qué sirve. En la coyuntura actual creo que ya no es útil para nada y para nadie. Todo lo contrario. Acelera en la dirección equivocada. Provoca enfrentamientos innecesarios y profundiza los conflictos a su alrededor. La paciencia de todos está agotada. La necesidad de cambio es un anhelo nacional inaplazable. Con los esquemas actuales no hay solución posible. De allí la urgencia en concretarlo con el menor trauma posible para la nación, pero también en el menor tiempo que se pueda.
Lo de radical tiene su explicación. Ser radical es ir a la raíz de los problemas sin agotarnos exclusivamente en las consecuencias de los mismos. Claro que deben ser atendidas de inmediato, pero se hace indispensable ir directo a las causas. Son conocidas por todos, pero ignoradas por muchos consciente o inconscientemente. Los problemas del país está sobre diagnosticados. También existen múltiples soluciones y gente competente para resolverlos. Pero, por supuesto, si la gente necesaria se sigue buscando donde mismo, los resultados serán iguales o peores a lo que tenemos. Allí no están. La mirada escrutadora debe centrarse en  eso que llamamos la sociedad civil. Es decir, en los sectores económicos y sociales, en las universidades y academias, en los gremios profesionales, en las iglesias y, en fin, entre los ciudadanos de a pie hombres y mujeres de trabajo que dominan su área y están dispuestos a darlo todo por una causa justa y necesaria. Lo que no es posible sería continuar con el espectáculo de ver  ministros enfrentados existencialmente a los sectores que deberían representar.
Se necesita un gran entendimiento nacional, tanto para la sustitución del régimen como para la reconstrucción institucional y ética de la República. La Constitución señala caminos y alternativas posibles. Lo que no debe ni puede continuar es la situación actual. Se agrava el enfrentamiento entre la Asamblea Nacional recién instalada y las demás ramas del poder público, anarquizadas, sin rumbo positivo y al margen del Estado de Derecho que señala las atribuciones y alcances de cada una de esas ramas.
“Sostener y defender, cumplir y hacer cumplir, la Constitución y Leyes de la República”. Así juran todos los integrantes de los poderes públicos. La mención se dirige en esta hora, especialmente, a los miembros de la fuerza armada nacional. 
@osalpaz
Lunes, 25 de enero de 2016

martes, 19 de enero de 2016

ENTRE EL DERECHO Y LOS HECHOS-DESDE EL PUENTE


¿Por qué no entienden? 

Me he cansado de repetir algo elemental, aprendido en las clases de Introducción en primer año de Derecho y de Filosofía de la misma disciplina cuando cursábamos tercer año. Se trata de lo siguiente: en una revolución, si es verdadera o pretende serlo, primero van los hechos y después el Derecho. No puede estar sometida a una camisa de fuerza permanente como es una Constitución o un ordenamiento jurídico estable. Se paralizaría el proceso. Estaría condenada a fracasar. El piso jurídico, nunca  estable, viene después de los hechos que se consideren necesarios para el avance y profundización del proceso revolucionario. Así ha sido en todas partes del mundo bajo la dirección de regímenes de inspiración socialista comunistoide. También en los tiempos del nacionalsocialismo hitleriano o en la Italia fascista. Por supuesto que ha sido lo mismo en la Cuba castrista y en países con la carga totalitaria de sus gobiernos, independientemente del acento ideológico que los guía.
El nuevo Vicepresidente de la República, a pesar de sus antecedentes, está comprometido en cuerpo y alma con este “socialismo del siglo XXI”. Una de las declaraciones que más me ha llamado la atención fue cuando dijo, palabras más o palabras menos, que esto “no es un gobierno sino una revolución que gobierna” Todo lo demás sobra. Las consecuencias de tal afirmación caminan en la dirección que hemos señalado. Quien no quiera entenderlo que no lo haga, pero que no interfiera con la profunda lucha a la que estamos convocados los compatriotas que creemos en el Derecho como instrumento fundamental para regular la vida en sociedad, las relaciones entre los ciudadanos y las relaciones de éstos con el estado-gobierno.
El Mensaje del señor Maduro a la Asamblea fue deplorable en el fondo y en la forma. No hubo en sus palabras ni arrepentimiento, ni dolor de corazón y mucho menos propósito de enmienda, requisitos exigido para el perdón de los pecados. En este caso son muchos. Mayores las omisiones que lo someramente relatado culpando a terceros de lo que no tiene excusa. No habló de la inseguridad, ni de los problemas de salud para sólo citar dos casos a la vista de todo el mundo. Por omisión también se peca en todas las religiones.
Debemos hacer un justo reconocimiento a la claridad y el coraje de Henry Ramos. Puso los temas en su punto. Lo que viene es duro. Este año será terrible. El decreto de emergencia económica es un desastre que profundiza todo lo malo del presente sin corregir nada. Si el régimen no cambia y no lo hará, pues hay que cambiarlo en nombre de la libertad y la democracia perdidas.
@osalpaz
Lunes, 17 de enero de 2016




ENCRUCIJADA MUNDIAL-EXPRESO



Las noticias se producen aceleradamente. La magia comunicacional de estos tiempos permite que conozcamos, día a día, la grave situación que atraviesan tanto China como Rusia. Además de otros problemas muy serios, me refiero a la parte económica y financiera de ambos países con una enorme influencia en los cinco continentes. Bastaría con citar solamente que China representa el 18% del producto interno  bruto de la humanidad entera y el 14% de las exportaciones, vitales para algunos países hasta de Latinoamérica, Venezuela incluida por supuesto. En la situación de Rusia visualizamos problemas que a la larga pueden ser mayores. Está condicionada por la baja espectacular de los precios del petróleo. Caen dramáticamente,  pero se incrementa la inflación, también cae su principal producto de exportación, se reduce la producción industrial y con ella el PIB hasta niveles alarmantes, bastante por encima de los niveles del salario mínimo. Rusia debe soportar, además, las sanciones ocasionadas por sus aventuras internacionales, sobre todo vinculadas a Ucrania y Siria. También parecieran aumentar los niveles de desempleo.
Tengo la impresión de que los chinos se están moviendo en búsqueda de respuestas útiles para el corto y mediano plazo. Los rusos parecieran entrampados con el asunto del petróleo y sus actuaciones concretas en política internacional. Todo son malas noticias.
Venezuela es una de las víctimas de ambas situaciones. El desnaturalizado régimen que gobierna los convirtió a ambos en socios y aliados por excelencia para distintos propósitos, algunos muy cuestionables. El objetivo ha sido conseguir financiamiento para varias áreas, incluido el equipamiento militar que Rusia ha dado llave en mano. Se desconoce la verdadera naturaleza de la mayoría de los convenios firmados por Venezuela con estos y otros países, incluso de este continente. Lo poco que se sabe es el enorme despilfarro de los recursos recibidos, la ineficacia en la administración de los mismos y la corrupción del gobierno. A su condición han agregado la de grandes corruptores de la sociedad.
Sin embargo, la retórica contra Estados Unidos y todo lo que se le parezca, incluida la Unión Europea, es víctima de agresiones, insultos y descalificaciones. A ellos se atribuye el protagonismo de una supuesta “guerra económica” para acabar con la “revolución socialista del siglo XXI”. Mientras tanto crece la indignación y el rechazo de un pueblo harto, fatigado de las mentiras oficiales, en medio de la crisis humanitaria profunda que asoma en todas las áreas de la actividad nacional.
Estamos a las puertas de definitivos enfrentamientos institucionales entre las dos terceras partes de una Asamblea Nacional controlada por los sectores democráticos y la desesperación de quienes no entienden su fracaso y prefieren arrasar con todo.
@osalpaz
Viernes, 15 de enero de 2016