lunes, 31 de julio de 2017

TODO ESTA A LA VISTA



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

TODO ESTA A LA VISTA
Nadie se llama a engaño en la Venezuela actual. Todos sabemos de qué se trata y hacia dónde quieren conducirla quienes tienen la responsabilidad fundamental de dirigirla. No hay espacio para la duda. Tampoco podrá justificarse ambigüedad alguna o ciertas “imparcialidades” que responden más a complicidad que a convicciones profundas.
La supuesta elección de la constituyente comunal ha sido una clara demostración de la validez de cuanto hemos venido diciendo a lo largo de estos años. El fraude, el disimulo, la mentira y la violencia física e institucional no han sido suficientes para doblegar la vocación libertaria de nuestro noble y bravo pueblo. La lucha final se profundiza ahora, en estos días terribles  en los cuales la confrontación subirá de tono y pondrá al régimen contra las cuerdas, con las rodillas flojas y la mente distraída sin entender que llegó el final. No hay solución posible a esta crisis sin la salida de Maduro y ese indeseable alto gobierno cívico-militar, Cuba incluida. Ya se trata de una lucha de liberación nacional que trasciende un simple cambio de quien ejerce la jefatura del poder ejecutivo. Abarca la reinstitucionalización de todas las ramas del poder público, con la sola excepción de una Asamblea Nacional electa democráticamente con más de las dos terceras partes de sus miembros enfrentados al régimen.
Particular importancia adquieren tanto el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y el mal llamado Poder Moral con la sola excepción de la titular de la Fiscalía General, aunque la institución también deberá ser revisada. Todo este drama de tristeza y vergüenza llegará pronto a su final definitivo e irreversible. Deben erradicarse para siempre, entre otras cosas, los insultos, las ofensas y las amenazas en las luchas estrictamente políticas, inaceptables en  cualquier sociedad democrática. También el desprecio por la comunidad internacional, continental y mundial, hoy enfrentada mayoritariamente a este régimen y solidaria con la valiente lucha que libran nuestros heroicos combatientes. Especial mención debemos hacer de la Conferencia Episcopal Venezolana, ejemplo de responsabilidad y certera guía en la lucha por la liberación.
Venezuela está preparada para enfrentar exitosamente el futuro desde el presente. En todos los ámbitos y para todos los problemas, incluidos salud, educación y economía, hay planes y proyectos concretos. También la gente capacitada para adelantarlos con éxito.
Sin que desaparezca el optimismo debemos prepararnos para la etapa que ahora se inicia. Quizás sea más dura de lo que hemos vivido en estos meses. Pero, la victoria está próxima. Nadie ni nada, podrán impedir que Venezuela viva en los próximos días una de las páginas más gloriosas de su historia.
Lunes, 31 de julio de 2017
@osalpaz

lunes, 24 de julio de 2017

NO HAY RETROCESO POSIBLE



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

NO HAY RETROCESO POSIBLE
No exagero al decir que esta es quizás la más difícil y delicada de todas las columnas escritas en mis ya largos cuarenta años como escribidor. Imagino que todos entienden lo que quiero decir. Esta semana es crucial para el presente y futuro de Venezuela. Demasiadas cosas están siendo sometidas a pruebas definitivas. Mantengo firme la fe y la esperanza alrededor de la salida a esta tragicomedia. También en la confianza de disponer de todo cuanto necesita el país para avanzar hacia un destino mejor. Ojalá y no falle la voluntad de quienes tienen la responsabilidad de dirigir las acciones. El pueblo, una vez más, pareciera estar por encima de un liderazgo relativamente contradictorio, aunque el objetivo final sea el mismo. Hay de todo. Buenos, regulares y unos cuantos ejemplares deplorables. Pero, no es tiempo de hacer el inventario. Todo lo contrario. Imprescindible profundizar la tarea de la unión por sobre todas las cosas.
El régimen está mal. Muy mal. Sus dirigentes desesperados ante la eventual pérdida del poder político y económico acumulado en estas casi dos décadas. Necesitamos reivindicar lo político como apostolado al servicio de terceros y no solamente como instrumento para alcanzar poder y riquezas. Este régimen ha tratado, con éxito parcial, de ensuciar la política poniéndola al servicio del clientelismo y del dinero mal habido. Principios y valores eternos que alimentaron todas nuestras luchas son inexistentes para quienes detentan el poder y duermen tácticamente (¿?) en muchos compañeros que tendrían que estar jugándoselo todo por la Libertad, la dignidad de la persona humana, la perfectibilidad de la sociedad civil y la justicia social como instrumento para alcanzar el bien común. Menos mal que la gente, el ciudadano común, está tan claro que se convierte en el protagonista fundamental arrastrando a la dirigencia a dar la batalla decisiva que, a mi juicio, ya empezó.
A lo largo de mi vida pública siempre he tratado de visualizar los peores escenarios posibles y prepararme para afrontarlos. Si no se dan, pues gracias a Dios, pero si se dan que no me sorprendan. Este es el caso actual. Ojalá no lleguemos a un enfrentamiento tipo guerra civil atípica, pero está a las puertas. Más de cien asesinatos políticos, millares de presos y exilados, represión abierta y encubierta, insultos a granel y amenazas de todo tipo, son expresiones que tienen alerta a la comunidad internacional, entre otras cosas, por el peligro que la situación venezolana significa para el vecindario. Hasta Cuba guarda un extraño silencio que sirve para encubrir muchas de sus acciones, pero también asoma el pragmatismo ante un desenlace no deseado pero imposible de evitar.
Este régimen es el supremo responsable de cuanto pueda suceder. Hay que sustituirlo para dar la bienvenida a un futuro mejor.
Lunes, 24 de julio de 2017
@osalpaz

domingo, 16 de julio de 2017

JULIO PARA LA HISTORIA



 DESDE EL PUENTE
 Oswaldo Álvarez Paz

JULIO PARA LA HISTORIA
Escribo a la caída de la tarde de este domingo 16 de julio de 2017. Lo hago con la profunda emoción creada por la extraordinaria manifestación de voluntad del pueblo venezolano. Millones de compatriotas comprometidos con el cambio están terminando de expresar deseo de luchar sin descanso contra la tiranía. Hombres y mujeres, viejos y jóvenes, profesionales de todo tipo, empresarios de la ciudad y del campo, obreros y trabajadores de las diversas disciplinas existentes, religiosos y seglares civiles y militares, en fin, Venezuela entera en la calle dispuesta a dar la vida en esta lucha que no tiene retroceso. No hay marcha atrás. Mañana comienza la etapa final. Todos a cumplir con el mandato recibido en la consulta popular.
Todos en contra de la fraudulenta “constituyente” que pretende elegir el régimen el próximo 30 de este mismo mes y todos a exigir y respaldar las acciones de la Asamblea Nacional para renovar unos poderes públicos bastante prostituidos. Vaya nuestro abrazo solidario y fraterno para todos cuantos han hecho posible la jornada de hoy. En especial a esta generación auroral del año 17, valiente y aguerrida, llena de mártires que jamás serán olvidados. Su recuerdo fortalece nuestra obligación de darlo todo para que su sacrificio no haya sido en vano.
Así como los demócratas hemos obtenido una sólida victoria, coronada con la millonaria manifestación de voluntad de hoy, el régimen vive su hora más menguada. Sabe que se le acabó el tiempo hasta para rectificar o corregir los equivocados rumbos que han convertido al país en un triste y lamentable territorio gobernado por la ineficacia y la corrupción más espantosa de la historia. Con él tienen que irse también los tentáculos del narcotráfico, macro y micro, que tanto daño han causado a la nación.
Nicolás Maduro tiene que comprender la inutilidad de sus pretensiones. No ha sabido o no ha querido entenderlo. Debería saber que cuando el pueblo habla deben callar las demás voces. Pero todo lo contrario. Cada día añade disparates y hasta ofensas contra todos, incluidos algunos que sin ser incondicionales cómplices, tampoco han sido sus enemigos. Se acabó. No da para más.
Todavía hay compatriotas en colas para manifestar su voluntad de cambio. Espero que los pocos incidentes registrados hasta ahora, algunos muy graves, provocados por las hordas oficialistas, terminen de una vez por todas y podamos iniciar mañana la etapa final de este proceso.
Ánimo y fe. Cabeza, corazón y coraje son los elementos indispensables para coronar exitosamente los esfuerzos de estos meses. Pero cuidado. Pocas cosas son peores que gobernantes enloquecidos. Pueden ser capaces de cualquier cosa. Que no se atrevan. Será peor para ellos. Estamos listos.
Domingo, 16 de julio de 2017
@osalpaz

lunes, 10 de julio de 2017

UNIÓN Y MÁS UNIÓN



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

UNIÓN Y MÁS UNIÓN
Nos acercamos al desenlace final de la confrontación entre los demócratas venezolanos y los socialistas comunistoides atrincherados en un régimen que ha perdido toda legitimidad, además de haber destrozado el ordenamiento jurídico existente.
El objetivo del cambio es un anhelo nacional fácilmente constatable. La apática comunidad internacional se pronuncia a favor con creciente intensidad en todas las instancias. En mi opinión, solo la desunión producto de desbocadas ambiciones personales o de grupo, las vanidades y excesos de ego en algunos opinadores, podrían ser factores que, hasta sin querer, ayuden a la tiranía. Pero no hay vuelta atrás.
Estas reflexiones me acompañan con frecuencia. Más en estos días cuando todos deberíamos entender a cabalidad el significado de la decisión de dar casa por cárcel a Leopoldo López. Es increíble como algunos, en lugar de contentarse con el reencuentro del líder de Voluntad Popular con su familia más cercana, especulan sobre supuestas “negociaciones” y obscuros entendimientos, como ladinamente pretenden hacer ver los voceros del régimen, incluido Rodríguez Zapatero. La posición de Leopoldo ha sido clara, diáfana, recta y corajuda. Las barbaridades han sido tanto el apresamiento como el irregular juicio, la condena a casi 14 años de cárcel y las constantes declaraciones del alto gobierno con Maduro a la cabeza. Lo llamaba el “monstruo de Ramo Verde”, asesino y conspirador. Ahora pretende lavarse las manos y cobardemente desvía hacia la Fiscal General la responsabilidad. En el fondo sabemos de lo que se trata. El desprestigio nacional e internacional se elevó a niveles de alta peligrosidad con el violento asalto del 5 de julio a la Asamblea Nacional, precedido por las agresiones verbales y físicas de un tal coronel Lugo al presidente del Cuerpo, Julio Borges, y otros diputados. La medida “humanitaria” pretende mejorar la imagen ante el mundo y entre nosotros, con la masiva labor desinformativa de algunas  redes informativas oficialistas.
Leopoldo no está en libertad. Sigue preso. Recluido en su casa, pero preso. Me alegro mucho por la corajuda Liliana y sus hijos, por su madre Antonieta y por su padre, el buen amigo Leopoldo López Gil, exilado en España desde hace tiempo. Así mismo lamento profundamente que algunos no entiendan lo que significa estar preso en toda su magnitud. A Leopoldo va nuestro reconocimiento por su inquebrantable lucha y por la dignidad de su familia en estos difíciles años.
Ahora, centremos la atención y el esfuerzo en las actividades a cumplir el próximo domingo 16 y en impedir el espantoso fraude constituyente planteado para el 30. Este se ha convertido en otro julio para la historia.
Lunes, 10 de julio de 2017
@osalpaz

miércoles, 5 de julio de 2017

VOLUNTAD GENERAL DE LA NACIÓN



 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

VOLUNTAD GENERAL DE LA NACIÓN

El cambio de régimen dejó de ser una simple ilusión. Es hoy una necesidad imperiosa e inaplazable, con perdón de la redundancia. Se trata de mucho más que el simple cambio de quien ejerce la función de cabeza del poder ejecutivo. Por supuesto que la salida de Maduro será el primer gran paso hacia el objetivo, pero las fuerzas democráticas tendrán que ir mucho más allá y, sin agotarse nostálgicamente en el pasado, construir la Venezuela que muchos anhelamos. Una Venezuela basada en el ejercicio activo de la Libertad responsable como República Federal Descentralizada, integrada por Estados y Municipios verdaderamente autónomos. Esto significa que dejarían de ser dependientes políticos y financieros del estado central. Todo lo contrario, la estructura central dependería de la solidez de estados y municipios. Se trata de una verdadera inversión de valores según la cual cada rama del poder público cumpliría con sus deberes y conjuntamente ejecutarían algunas tareas específicas que se adelantarían de manera concurrente.
Estas fueron algunas de las ideas básicas que tímidamente se empezaron a ejecutar en 1989 con la elección directa de gobernadores y alcaldes y después de 1990 con la normativa legal de transferencia de competencias del poder central a estados y municipios. El proceso avanzaba con firmeza en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Fue reforzado jurídica y administrativamente con Ramón J. Velásquez quien designó a Allan Brewer Carías como Ministro de Estado para la descentralización. Pero sufrió un grave estancamiento con retroceso en algunas áreas fundamentales bajo Caldera II. El problema mayor es que en estas cosas hay que creer profundamente. Por supuesto que ni Chávez y mucho menos lo que ha venido después de su extraña muerte, han compartido este esquema que traslada buena parte del poder a estados y municipios, especialmente a estos últimos, auténticos representantes del pueblo.
Avanzando sobre el tema, pueden abordarse otras áreas como la regionalización de la administración de Justicia incluido el ministerio público, defensorías y contralorías, impuestos locales al consumo y a las ventas, mientras que el impuesto sobre la renta continuaría siendo la gran fuente de ingresos del poder nacional.
El poder central continuaría teniendo funciones específicas, de manera exclusiva y excluyente en algunos casos, en materia de educación, salud, petróleo y minería, política exterior y defensa nacional. Suficiente para lucirse sin pretextos y con suficientes recursos aportados desde el interior.
No es lo único. Hay bastante material sobre estos y otros temas vinculados a la existencia de un estado auténticamente federal. Existen ideas, planes, programas concretos y gente de carne y hueso con probada capacidad para llevarlos adelante. Quiero decir, que Venezuela tiene con qué y con quienes llevar adelante la enorme tarea que impone el cambio que se avecina.
Lunes, 2 de julio de 2017
@osalpaz