DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
PARECE MENTIRA PERO SUCEDE
La pobreza del debate político electoral concluido el pasado
20-M pareciera proyectarse con mayor fuerza en estos días. Todo sigue más o
menos igual, pero un poco peor. Esto incluye, por supuesto, al régimen
encabezado por un personaje funesto y negativo. Lo mejor que podría hacer es
callarse, no dar más declaraciones y dedicarse a cualquier cosa distinta a
ejercer la presidencia.
Pero lo que es igualmente empobrecedor de la política son las
múltiples declaraciones de dirigentes de la oposición oficialista, de la que no
lo es y de algunos opinadores profesionales, encuestólogos o aficionados al
arte de decir más que de hacer. La inmensa mayoría no parece haber entendido
que la impresionante abstención no fue causa originaria de ninguno de los
fenómenos recientes. Ha sido la consecuencia de los múltiples errores y
omisiones de todas las partes en pugna. Se demuestra, una vez más, la certeza
de aquella vieja sentencia según la cual los pueblos son superiores a quienes
pretenden dirigirlos. No siempre ha sido así, pero por lo que vemos en esta
dura hora histórica adquiere plena vigencia.
La tragedia venezolana es dramática. El Estado de Derecho no
existe y las instituciones fundamentales están destruidas. Todos los partidos,
nuevos y viejos, en el gobierno o en la oposición, se han venido a menos. El
ciudadano común va quedando a merced de los caprichos, arbitrariedades,
corruptelas y violencia física e institucional de quienes más poder poseen, aunque
sea circunstancialmente. Sólo tiene para protegerse el olfato y la intuición
acumulada en base a la experiencia acumulada en el tiempo, especialmente en los
últimos veinte años. Van quedando, la Asamblea Nacional por una parte y el
Tribunal Supremo de Justicia legítimo, pero en el exterior. Ambos con extremas
limitaciones condicionantes (¿?) para actuar de conformidad con las decisiones
que adoptan en la dirección correcta.
De nuevo se plantea con fuerza el tema de la UNIDAD
opositora. Será imposible sin clarificar el objetivo fundamental. Se trata del
cambio de régimen en el menor tiempo posible tratando de evitar daños mayores a
los estrictamente necesarios. Eso empieza con la salida de Maduro del cargo que
detenta y la designación inmediata, no de un gobierno de transición, sino de un
gobierno de emergencia para devolverle al país el ordenamiento necesario para
la normalidad necesaria para funcionar adecuadamente.
No se trata de convivir con este régimen. Tampoco de cuidar
espacios adquiridos ni de satisfacer aspiraciones parciales políticas o
económicas. Quienes piensan en estos términos no son bienvenidos a esta lucha.
Les pedimos, por favor que se aparten o que definitivamente tomen bando por el
régimen que acarician o del que se dejan acariciar.
Estos criterios animan a millones de civiles y a muchos
militares en expectativa vigilante. También a una Comunidad Internacional en
idéntica actitud.
Lunes, 28 de mayo de 2018
@osalpaz
[C1]osa