domingo, 29 de abril de 2018

YA ESTAMOS EN MAYO


 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

YA ESTAMOS EN MAYO
2018 avanza aceleradamente. Nos acercamos a la mitad de un año pleno de expectativas favorables que tenemos la obligación de concretar. Por supuesto que no me refiero a una fraudulenta elección presidencial convocada y por ejecutarse al margen del Derecho y de la más elemental decencia ética y política. Se trata de que esto que vivimos no puede continuar. El trabajo activo para lograr el cambio de régimen que Venezuela necesita y el mundo entero espera, se acerca al desenlace esperado.
Sin embargo hay factores preocupantes. Uno de ellos, muy importante, es la dispersión activa de buena parte de la dirigencia opositora. Partidos, grupos, asociaciones de diversa naturaleza, dentro y fuera del país parecieran coincidir en los planteamientos fundamentales. Las declaraciones y manifiestos son coincidentes en lo que realmente importa, pero pareciera muy difícil que lo hagan conjuntamente, que se retraten juntos, que se deje de lado toda ambición o aspiración personal y sectorial, para caminar enlazados por el mismo propósito de lograr la dimisión de Maduro y el cambio de régimen.
Excluyo de estas reflexiones aquellos convertidos en aliados conscientes o inconscientes de la dictadura. Tengo serias dudas en algunos  casos y la total convicción de que algunos sólo pagan parte de lo que están recibiendo o han recibido. Es la única explicación posible con relación a quienes no son nuevos. Tampoco inexpertos con relación a la política. Incluso algunos veteranos de tantas batallas que parecen cansados de luchar tomando el camino de arriar las sagradas banderas de la libertad y la vida en verdadera democracia. No es fácil entenderlo y muy difícil aceptarlo. Pero la vida es así.
En esta hora compleja, llena de dificultades que el ciudadano común sufre, de los múltiples problemas de la vida diaria sobre diagnosticados, no se me quita de la mente el recuerdo de los presos políticos de estos años. Incluyo en ellos tanto a los civiles como a las decenas de militares de distinto grado y variadas características. Todos ellos producto del creciente descontento que existe en todas las instancias de la vida nacional.
Pienso mucho en la desintegración familiar. Física más no espiritual. Millones de compatriotas en una diáspora desesperada buscando mejores condiciones de trabajo y de vida en el exterior. Todos con la ilusión del pronto reencuentro en mejores condiciones de vida y trabajo allá o aquí. De paso sin poder votar.
¿Porque no se habla de la corrupción, de Odebrecht, del narcotráfico, de los escándalos mundiales de principales y allegados personeros del gobierno que estremecen a diario la opinión pública internacional? Tampoco de los medios nacionales e internacionales vetados. Represión, terror, amenazas y acciones concretas no impedirán lo que tiene que suceder.
Lunes, 30 de abril de 2018
@osalpaz

domingo, 22 de abril de 2018

CLARIDAD Y TRANSPARENCIA


 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

CLARIDAD Y TRANSPARENCIA
Más del 80% de los venezolanos desea la salida de Maduro y un cambio integral de régimen en el menor tiempo posible. Sin embargo, “los rusos también juegan” y la dictadura profundiza en el uso y el abuso de poder contra esa enorme disidencia. Pero todo tiene un límite y el tiempo se acaba. El cerco se cierra sobre ellos mismos. Pretenden mantenerse sobre la base del terror, de la represión y de las mentiras e infamias contra propios y extraños.
En la coyuntura actual es equivocado y perjudicial el debate entre votar o no votar. Es difícil concederle el beneficio de la buena fe, incluso de la duda, a quienes se prestan al juego electoral de un gobierno que tiene todas las cartas marcadas a su favor. La llamada abstención no ha sido ni es causa de derrotas para la oposición. Se da como consecuencia de errores graves de la dirigencia incapaz de señalar caminos claros y como activa protesta contra la dictadura que trata de mantener una equivocada conciencia electoralista manipulada a su antojo por el poder ejecutivo, el electoral, el judicial y el mal llamado poder “moral” el cual, por sus actuaciones, pareciera todo lo contrario.
Debemos profundizar en otros caminos posibles y aprovechar al máximo el apoyo de la comunidad internacional a la necesidad del cambio. Las recientes decisiones del Tribunal Supremo de Justicia legítimo y el acuerdo de la Asamblea Nacional autorizando el correspondiente juicio contra Nicolás Maduro por corrupción, unidas a las anteriores resoluciones condenando el abandono del cargo e incumplimiento de sus deberes constitucionales crean situaciones generadoras de diversos caminos a seguir para quienes no estamos cuidando espacios ni buscando cuotas de poder para convivir con el régimen.
“Sostener y defender, cumplir y hacer cumplir la Constitución y leyes de la República” es el juramento que hacen todos nuestros oficiales y, en general, el personal de las fuerzas armadas. También los civiles al juramentarse asumiendo funciones públicas. Recordarlo no es golpismo. Tampoco instigación a la violencia. Se trata de una obligación de la cual no pueden mantenerse alejados nuestros militares así los altos mandos se encuentren en situación demasiado comprometida con el núcleo central del gobierno. Tenemos la obligación de recordarlo y exigir el cumplimiento de ese juramento.
Para enfrentar el narcotráfico y la corrupción, el hambre y las enfermedades, la desnutrición infantil, el deterioro de la planta física sanitaria y educativa, la inseguridad de las personas y de los bienes, el despelote monetario responsable de la ruina de pobres y ricos honestos y, en fin, la vuelta a la vida en libertad y democracia, necesitamos con urgencia un nuevo gobierno. Con el actual sólo habrá más de lo mismo… pero peor cada día.
Lunes, 23 de abril de 2018
@osalpaz

domingo, 15 de abril de 2018

RUTA HACIA LA LIBERTAD


 DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

RUTA HACIA LA LIBERTAD
La reciente acción concertada entre Estados Unidos, Inglaterra y Francia para detener la temeraria fabricación de armas químicas mortales en Siria no sorprendió a nadie distinto a los responsables y algunos de sus aliados políticos. Se veía venir. No valieron argumentos ni oportunidades para resolver el tema “por las buenas”. Pues bien, la geopolítica del área cambia radicalmente y con ella, también la del resto del mundo. En esta oportunidad el protagonismo ha sido de tres países probadamente democráticos, respetuosos del Derecho interno e internacional, especialmente en materia de derechos humanos. Ojalá quienes se mueven en dirección contraria asimilen la lección, midan las consecuencias de cuanto hacen y entiendan que no hay dictaduras eternas. Todas tienen principio y fin.
Aquí en Venezuela hemos sido víctimas de un golpe de estado de ejecución progresiva durante casi veinte años. Con la muerte del ordenamiento jurídico también murió la posibilidad de lograr algún progreso material. Todo lo contrario. El retroceso ha sido espantoso. El país está destrozado, en ruinas y la nación sobrevive con una mezcla de indignación, rabia y un profundo anhelo de justicia para alcanzar la vida en libertad que tanto necesitamos.
Duele mucho la ausencia de centenares de miles, de millones de compatriotas buscando maneras de sobrevivir y desde afuera poder ayudar a quienes no han podido salir. Es poco lo que podemos agregar a los múltiples diagnósticos existentes sobre la realidad nacional. Es tiempo  de concentrarnos en el trabajo indispensable para ponerle fin a la tiranía y rescatar la vigencia de los valores deteriorados y perdidos. Mientras este régimen exista no será posible resolver ningún problema. En consecuencia hay que resolverlo cambiando de régimen, iniciando con la dimisión voluntaria o forzada de quien está formalmente a la cabeza de la tiranía.
Ese es el paso fundamental inmediato. Para lo que viene después los venezolanos estamos preparados. Hay ideas, planes y programas, gente bien formada y dispuesta para el trabajo en todas las áreas de la vida nacional. Tendremos, además, la colaboración activa de la comunidad internacional incluidas las múltiples opciones políticas y financieras existentes.
“Vacilar es perdernos” dijo Bolívar en su momento. Ahora podemos decir lo mismo. Hay y seguirán existiendo, muchas trampas en el camino y algunos seguirán cayendo en la tentación de hacerle el juego al régimen equivocando los tiempos o manteniéndose aferrados a un electoralismo inútil y sin sentido. Si Maduro fuera un verdadero patriota evitaría la dura confrontación final que se avecina presentando su dimisión y abriendo la posibilidad inmediata de una transición civilizada hacia la vida en democracia y libertad.
Un fraternal recuerdo para los centenares de presos políticos, civiles y militares. También para los llamados “presos comunes”, recluidos como bestias en este desastroso sistema penitenciario tan alejado de la justicia.
Lunes, 16 de abril de 2018
@osalpaz

jueves, 12 de abril de 2018

SOY VENEZUELA Y REFLEXIONES VARIADAS


DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

SOY VENEZUELA Y REFLEXIONES VARIADAS
Las reflexiones son variadas. Una referida al deterioro de la planta física del país. Basta con tomar camino para cualquier parte y constatar el deterioro vial, la ausencia de combustible, la suciedad por caminos y carreteras, el deterioro   anímico de mucha gente y una extraña mezcla de tristeza y remota esperanza con relación al futuro inmediato que siembra incertidumbre sobre permanecer en el país o buscar un mañana mejor en otras realidades. Difícil dar consejos a buena parte de esta gente que nos interroga de buena fe. Pero así estamos.
El otro se ubica en la dirección política de la oposición. Ratifico el rechazo absoluto a la convocatoria a elecciones presidenciales en las circunstancias de forma y fondo que el régimen pretende. Prefiero decir que no entiendo la posición colaboracionista de algunos dirigentes “opositores”, incluidos algunos a quienes me han unido relación y vínculos partidistas y personales, en lo humano, dentro de diferencias conocidas propias del pluralismo democrático. Pero nunca marcadas por problemas de principios y valores fundamentales que hasta ahora compartíamos. Pareciera que no es así. La vida dirá.
Por lo demás, en estas cortas líneas es difícil profundizar sobre algunas realidades. Soy partidario de la unidad, de constituir alianzas, frentes amplios y buscar la coordinación de los factores honestamente democráticos que apuntan por el cambio de régimen. El llamado Frente Amplio Venezuela Libre ofrece una buena alternativa si las cosas se hacen con objetivos claros y estrategias definidas. Esta unidad puede ser diferenciada, pero dinámica en la búsqueda del objetivo principal con buena dirección. Con poco tiempo por delante, lo señalado está confuso y el protagonismo de algunos, real o artificial, dentro o fuera del país, pareciera indicar más de lo mismo, un poco mejor pero insuficiente. Con excepciones hasta la actividad internacional luce sin coordinación y más como legítimos esfuerzos personales. Útiles, pero el mundo exterior ya está más que informado de cuanto sucede y dispuesto a ayudar en la medida que sientan coherencia y claridad en los objetivos.
El equipo de la Alianza Nacional Constituyente que encabeza Enrique Colmenares Finol asoma iniciativas  en la dirección correcta, pero deberá medir adecuadamente los tiempos. Comparto los objetivos fundamentales, pero lo primario es colaborar para el cambio y estar listos para las tareas del futuro inmediato.
Finalmente, aparte de las universidades, las iglesias, los movimientos estudiantiles y de empresarios y trabajadores, me identifico plenamente con el movimiento SOY VENEZUELA, bajo la dirección de María Corina Machado, Antonio Ledezma y la participación calificada,  entre muchos otros de Aristigueta Gramcko, Nitu Pérez Osuna, Diego Arria, Asdrúbal Aguiar y paremos de contar.

Transparencia, credibilidad, honradez y coraje.
Lunes, 9 de abril de 2018
@osalpaz

lunes, 2 de abril de 2018

LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA


DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz

LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
Felices Pascuas. Escribo en Domingo de Resurrección, pero no estoy seguro de que estas notas puedan ser enviadas hoy. Serios problemas de internet ofrecen, una vez más, dificultades serias. Lo intentaremos a pesar de esta Venezuela en ruinas con los servicios por el suelo y la inseguridad como norma de vida para todos.
Sin embargo, la Semana Santa y el Domino de Resurrección ofrecieron variadas oportunidades para reflexionar sobre el presente y el futuro de la familia. No repetiremos situaciones sobre diagnosticadas ni queremos agotarnos en lamentos que a pesar de estar plenamente justificados no ofrecen solución alguna, ni alternativas válidas para el cambio urgente que reclama la nación.
Pensando en lo que cada uno puede hacer por el país trasmito la convicción de que lo primero es que cada cual defienda lo suyo por encima de todas las amenazas existentes. Lo más importante es la familia. A ello debemos dedicar lo mejor de nuestros esfuerzos. Esto debe cumplirse a pesar del régimen gobernante e incluso en su contra. Me refiero a las negativas políticas que en todos los campos fracasan afectando negativamente el empeño al que me refiero.
La seguridad tiene un valor indescriptible. Se trata de algo más que la seguridad de las personas y de los bienes. Incluso más que la propia seguridad jurídica, especialmente entre nosotros con un gobierno que sencillamente “mató” al Derecho, a la Constitución y al ordenamiento jurídico indispensable para que la vida transcurra con un mínimo de serenidad.
Anhelamos que cada ciudadano pueda con su esfuerzo y sin depender de nadie, formar, mantener y desarrollar una familia. Criar a los hijos, vestirlos, educarlos, curarlos si enferman y colocarlos en condiciones de triunfar por su propio esfuerzo. Es deber personal intransferible abrirles oportunidades ante la realidad por dura que sea y colocarles en las mentes, en el corazón y en las manos el instrumental básico para que puedan lograrlo. Cumplida esta tarea nuestra actividad, también la de los buenos gobiernos, será siempre supletoria. Pero el deber primario no puede dejarse en manos de terceros.
Aprovechando el día para las reflexiones creo que la generación a la cual pertenezco tiene una deuda muy grande con las nuevas en pleno desarrollo. Nosotros hemos tenido mucho más oportunidades que nuestros padres y abuelos. Ellos trabajaron duro y se sacrificaron al máximo para que nosotros pudiéramos ser lo que somos. Quienes fracasaron o se quedaron en el camino, lo hicieron por irresponsabilidad personal derivada de circunstancias intransferibles.
Las nuevas generaciones tienen mayores dificultades. Son los grandes acreedores de la historia. Nosotros somos sus deudores. Pero no me cansaré de decirles que sigan pa´lante con todo, sin depender de nadie y con gran responsabilidad personal y familiar.                                                                                                                                                                                             
Los claros mensajes del Clero en estos días, ofrecen líneas concretas para la acción.
Lunes, 2 de abril de 2018
@osalpaz