DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
2018, AÑO DEFINITVO
El año se inicia en medio de grandes expectativas de variada
naturaleza. A favor y en contra de las luchas por la Libertad, pero de mucha
esperanza a pesar del clima de frustración y angustia de la población. Son
tantos los hechos de este enero histórico que hasta los 72 años de la fundación
del partido Socialcristiano COPEI pasó por debajo de la mesa. Controles y más
controles, expropiaciones ilegales, saqueos en las ciudades, en las carreteras
y en los campos, poca o calculada información en los medios nacionales e
incertidumbre creciente con relación a lo que sucede con las reuniones de Santo
Domingo son algunas de las circunstancias que dificultan el complejo análisis
de la situación nacional.
Pero hay un hecho cierto. Llegamos al final. Este año o se
consolida definitivamente y para una temporada tan larga como la que ya tiene
en el poder el régimen gobernante, o necesariamente tendrán que marcharse como
producto de la acción decidida y firme de los verdaderos demócratas del país,
del continente y del mundo.
Estamos a las puertas del enfrentamiento definitivo. Esto no
tiene solución electoral. Tampoco concertada en arreglos que de concretarse
dejarán en el ambiente demasiadas dudas e incredulidad creciente relativa a los
protagonistas que hasta ahora conocemos. Pronto quedarán de lado los tibios,
los “intelectuales” y “politólogos” de ocasión, los calculadores profesionales.
Empieza a concretarse un reagrupamiento de fuerzas entre los distintos sectores
del chavismo originario para enfrentar al Alto Gobierno desviado de los
objetivos iniciales. También en el mundo de la dirigencia política y social
opositora. Estos procesos tienen dinámica acelerada. Van dejando a Maduro y su
combo aislados pero conscientes de que todo se puede derrumbar en cualquier
momento. Dividen su tiempo defendiéndose con lo que les va quedando y
organizando la retirada para poner a salvo lo que puedan al producirse el
desenlace que temen.
Mientras tanto la crisis se profundizará día a día. La salud,
la alimentación, la seguridad de las personas y de los bienes, el derrumbe
definitivo de PDVSA y de todo el enorme entorno empresarial que debería
controlar harán irreversibles los caminos que se toman para liquidar este
narco-estado que deberá reformularse integralmente. La situación es tan grave
que hoy día no se sabe a quienes responden muchos cuadros de los organismos de
seguridad y represión. Esto incluye a factores activos de las fuerzas armadas
en pleno debate sobre el presente y futuro de la república.
Inicio el año con
mucha fe y optimismo racional. Estoy claro en cuanto a las dificultades
y entiendo los temores de mucha gente. Pero siento que llegó la hora para el
cambio radical que se necesita. Hay que ponerle coraje y decisión para que el
trabajo no quede en manos exclusivas del Espíritu Santo.
Lunes, 15 de enero de 2018
@osalpaz
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