DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
LA LIBERACIÓN DE VENEZUELA
Hay muy poco que agregar a lo que todo el mundo sabe. Propios
y extraños están convencidos de la existencia de una dictadura tiránica que
mantiene al país en proceso de disolución acelerado, millones de familias
dispersas y una pobreza material y espiritual crecientes. Todo se sabe y los
males del país están sobre diagnosticados como hemos dicho muchas veces.
La inmensa mayoría anhela un cambio rápido y profundo. Han
pasado veinte años desde el inicio de la destrucción institucional y humana de
la nación. No se puede esperar más. Mucho menos tolerar acciones que desde una
supuesta “oposición” sólo sirvan para garantizar convivencia, una especie de
cohabitación aberrante.
Venezuela es tenida hoy como una amenaza para el continente y
buena parte del mundo. Esto incluye a Estados Unidos y explica buena parte de
los últimos acontecimientos en América Latina, aún en pleno desarrollo. De
acuerdo a las serias informaciones recibidas, aquí está el epicentro de toda la
subversión en desarrollo, adecuando las acciones a las circunstancias propias
de cada país convulsionado. Ahora van por Colombia y, repito una firme
convicción, todo lo que la afecte tendrá consecuencias inmediatas entre
nosotros. Es mucho lo que está en juego. Somos una misma nación así esté
contenida en dos repúblicas independientes.
Hay que salirle al paso a la desviación electoralista que
tratan de imponer desde las alturas del régimen con la insólita cooperación de
cierta dirigencia tenida como opositora hasta ahora. No es cierto que todas las
dictaduras son derrocadas por la vía del
voto. Premisa falsa. Al voto se llega después que son liquidadas y se inicia la
construcción de un sistema modernizado de libertad y verdadera democracia. Esa
consigna simplista de “votos sí, balas no”, esconde una hipocresía tremenda.
Hasta ahora, durante veinte años, las balas han sido instrumento exclusivo de
la dictadura y la manipulación fraudulenta del voto, en sopotocientas
elecciones, nos han llevado a la situación actual.
El régimen está ideologizado hacia un socialismo
comunistoide, fracasado probado en el planeta, que aspira resucitar, pero
dirigido por un grupo altamente incompetente, ignorante, corrompido y condenado
al fracaso, pero arrasando con todo lo que encuentren a su paso en la retirada.
Sin embargo, hay problemas internos gravísimos en el régimen.
Cada día son más los que temen profundamente el juicio material y ético que
seguirá a esta izquierda estéril e inmoral, protagonista del más escandaloso
fracaso sucedido en el continente americano.
Invito a marchar el próximo 16 de este mes. Atendamos la
convocatoria hecha por el presidente (e) Juan Guaidó. Esta fecha envuelve un
contenido que puede ser trascendente para la liberación del país.
Lunes, 11 de noviembre de 2019
@osalpaz
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