DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
ESPERANZA EN LAS UNIVERSIDADES
El desastre venezolano pudiera llegar a ser peor. Nadie lo
duda, pero tanto en las altas esferas del régimen como de la oposición
medianamente organizada, pareciera existir un círculo vicioso donde
desenvuelven sus actividades pensando más en sí mismos y en los intereses de
cada uno de los grupos que representan. Han olvidado los compromisos superiores
mientras la nación sufre peligrosamente. Aún la resignación pesimista no se ha
apoderado de la mayoría, pero si seguimos como estamos será cuestión de un
tiempo relativamente corto.
He declarado muchas veces que las universidades públicas y
privadas reclaman nuestra atención inmediata. El deterioro del país está
llegando a ellas en cumplimiento de uno de los objetivos más importantes del
“socialismo del siglo XXI”. Una de las cosas más peligrosas que sufren es la
dependencia cada día mayor del estado-gobierno para su funcionamiento diario y
hasta para la propia existencia. En consecuencia, tenemos la obligación moral y
política de reaccionar con todas nuestras fuerzas para darle a las
universidades el apoyo y soporte que necesitan.
En las universidades está todo. La gente, las ideas, los
proyectos y programas para enfrentar los problemas en todas y cada una de las
áreas que necesitan atención a corto y mediano plazo. Aquella famosa frase que
sirvió de título a un libro de Miguel Ángel Capriles, “Siempre habrá
Venezuela”, se relativiza para mal en la medida que avanza el deterioro de la
educación superior.
Una de las cosas más importantes que debemos destacar es que
para las tareas del presente y del futuro inmediato, los hombres y mujeres que
Venezuela necesita están en las universidades o no están en ninguna parte. Si
continuamos buscando exclusivamente donde se ha hecho hasta ahora, pues
sencillamente, allí no están. Los políticos de los viejos y nuevos partidos,
sobre todo quienes se mueven en las alturas, parecieran haber olvidado las
premisas fundamentales. La política tiene que ser un verdadero apostolado. A
ella se viene a servir y no a servirse. Esto aplica fundamentalmente para las
cabezas de esa supuesta alianza cívico-militar que dirige al régimen imperante.
No hay mucho tiempo. Hemos perdido demasiado. Se agota
aceleradamente. Quisiera ver a nuestros dirigentes luchando a fondo por las
universidades autónomas tanto públicas como privadas. Junto a autoridades,
profesores, trabajadores y por supuesto, a los estudiantes de hoy que, igual a
los de ayer, están dispuestos a darlo todo por la libertad y la reconstrucción
democrática de Venezuela.
Lunes, 30 de enero de 2017
@osalpaz
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