DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
PROCESO IRREVERSIBLE
Todas las cartas están sobre la mesa. Por un lado un régimen
probadamente incompetente, ideologizado mediante un socialismo comunistoide,
dirigido por un grupo cada día más reducido de cómplices de tantas corruptelas
conocidas y por conocer, incapaz de mantener en términos decentes la memoria
del difunto “inmortal” y por el otro, la nación entera desbordando estructuras
políticas, económicas y sociales, expresando de manera inequívoca su deseo de
cambio radical en la dirección de los principios fundamentales de Justicia y
Libertad, base de los valores democráticos que la animan.
Régimen totalitario y tiránico. Responsable directo de la
inseguridad de personas y bienes generadora de miles de muertos y heridos por
causas diversas, de millares de exilados forzados o voluntarios, del acoso y
amenaza permanente contra todo lo que no acepte la situación incluida la
Asamblea Nacional, legítima expresión de la voluntad popular. Lamentablemente
para ellos, llegó la hora final. ¡Ya basta! Para quienes dirigen la acertada
resistencia frente a la tiranía pareciera repetirse la famosa frase de abril de
1810 según la cual “vacilar es perdernos”, hoy más vigente que entonces.
El testimonio invalorable de la Conferencia Episcopal
Venezolana, del clero en general y de cada uno de los integrantes de la
estructura eclesiástica, han orientado la lucha por los adecuados senderos de
la democracia, del pluralismo, de la decencia y de la justicia, sin la cual serán
imposibles el perdón y la paz duradera.
Se acerca la hora de la reivindicación del Derecho como
instrumento regulador de la vida en una sociedad democrática. De las relaciones
de los ciudadanos entre sí y de éstos con el Estado-gobierno. Indispensable la
existencia de un ordenamiento jurídico sabio y estable, dictado por el propio
Estado, pero al cual debe someterse fundamentalmente el propio Estado y, por
supuesto, todas las ramas del poder público que lo integran.
Conozco y siento la preocupación de muchos debido a la
incertidumbre que algunos tienen sobre el desenlace de la actual y definitiva
confrontación. Pero esta circunstancia, lejos de invitarnos a tirar la toalla
por temor o cansancio, debe servir, como está sucediendo, para avivar el
espíritu de lucha con el convencimiento de que estamos a las puertas de un
nuevo amanecer luminoso.
“Siempre habrá Venezuela”. Fue el título de un libro de
Miguel Ángel Capriles hace unas cuantas décadas. Tenía razón Don Miguel, pero
está en nuestras manos ahora que se trate de una Venezuela Mejor. Es posible y
está muy cerca la oportunidad de demostrarlo. La Nación tiene todo para tal
fin. Ideas, proyectos y programas y lo que es más importante, hombres y mujeres
formados para hacerlos realidad.
Lunes, 22 de mayo de 2017
@osalpaz
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