DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
JULIO PARA LA HISTORIA
Escribo a la caída de la tarde de este domingo 16 de julio de
2017. Lo hago con la profunda emoción creada por la extraordinaria
manifestación de voluntad del pueblo venezolano. Millones de compatriotas
comprometidos con el cambio están terminando de expresar deseo de luchar sin
descanso contra la tiranía. Hombres y mujeres, viejos y jóvenes, profesionales
de todo tipo, empresarios de la ciudad y del campo, obreros y trabajadores de
las diversas disciplinas existentes, religiosos y seglares civiles y militares,
en fin, Venezuela entera en la calle dispuesta a dar la vida en esta lucha que
no tiene retroceso. No hay marcha atrás. Mañana comienza la etapa final. Todos
a cumplir con el mandato recibido en la consulta popular.
Todos en contra de la fraudulenta “constituyente” que
pretende elegir el régimen el próximo 30 de este mismo mes y todos a exigir y
respaldar las acciones de la Asamblea Nacional para renovar unos poderes
públicos bastante prostituidos. Vaya nuestro abrazo solidario y fraterno para
todos cuantos han hecho posible la jornada de hoy. En especial a esta
generación auroral del año 17, valiente y aguerrida, llena de mártires que
jamás serán olvidados. Su recuerdo fortalece nuestra obligación de darlo todo
para que su sacrificio no haya sido en vano.
Así como los demócratas hemos obtenido una sólida victoria,
coronada con la millonaria manifestación de voluntad de hoy, el régimen vive su
hora más menguada. Sabe que se le acabó el tiempo hasta para rectificar o
corregir los equivocados rumbos que han convertido al país en un triste y
lamentable territorio gobernado por la ineficacia y la corrupción más espantosa
de la historia. Con él tienen que irse también los tentáculos del narcotráfico,
macro y micro, que tanto daño han causado a la nación.
Nicolás Maduro tiene que comprender la inutilidad de sus
pretensiones. No ha sabido o no ha querido entenderlo. Debería saber que cuando
el pueblo habla deben callar las demás voces. Pero todo lo contrario. Cada día
añade disparates y hasta ofensas contra todos, incluidos algunos que sin ser
incondicionales cómplices, tampoco han sido sus enemigos. Se acabó. No da para
más.
Todavía hay compatriotas en colas para manifestar su voluntad
de cambio. Espero que los pocos incidentes registrados hasta ahora, algunos muy
graves, provocados por las hordas oficialistas, terminen de una vez por todas y
podamos iniciar mañana la etapa final de este proceso.
Ánimo y fe. Cabeza, corazón y coraje son los elementos
indispensables para coronar exitosamente los esfuerzos de estos meses. Pero
cuidado. Pocas cosas son peores que gobernantes enloquecidos. Pueden ser
capaces de cualquier cosa. Que no se atrevan. Será peor para ellos. Estamos
listos.
Domingo, 16 de julio de 2017
@osalpaz
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