DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
EN ESTADO DE COMA
Venezuela está en estado de coma, abandonada en un pasillo
infame de cualquiera de los hospitales del país sin poder atender ninguna de
las urgentes necesidades básicas. Tampoco tiene acceso a las unidades
especializadas de cuidados intensivos. En ellas aumenta la esperanza por la
presencia de los pocos especialistas que van quedando en el país, aunque
también con las conocidas carencias que impiden el ejercicio pleno de sus
conocimientos y habilidades prácticas.
Venezuela se niega a morir y no morirá. Los países nunca
mueren, pero siempre pueden estar un poco peor. Ese es el caso. La única
solución está en revertir hacia lo positivo las negativas tendencias del
presente. Apelar a las mejores reservas humanas de la nación es indispensable
sin demora y con el coraje necesario para provocar la salida del régimen actual
en el menor tiempo posible. Sólo así será viable la recuperación y el retorno a
una vida pletórica de libertad, progreso y democracia verdadera. Será imposible
mientras los mismos sigan haciendo lo mismo cada vez peor, como viene siendo
dicho desde hace miles de años.
A estas alturas pocas cosas me impresionan en materia
política o en el análisis del régimen que cuestionamos. Pero debo confesar que
fui víctima de un estremecimiento profundo, dañino e indignante, al escuchar
los anuncios en materia económica y social de Maduro en la mal llamada
constituyente, pocos días antes de emprender su extraño e inconstitucional
viaje oficial a Kazajistán con escala en Argel. Hasta donde yo sé, no está
autorizado por la Asamblea Nacional, única institución oficial con base de
legalidad legítima y constitucional.
Pero, más allá de estas consideraciones circunstanciales, los
anuncios fueron increíbles disparates que profundizarán la crisis y agravarán
el coma de la República. No hay propósito de enmienda. Tampoco voluntad de
rectificación. Al contrario la idea, es
ir más a fondo con los disparates de políticas probadamente perversas e
ineficaces que han logrado la proeza de colocarnos a la cola del continente
americano y en deplorables estados de hambre y miseria con relación al resto
del mundo.
Bolívar debe revolcarse en su violada tumba, entre otras
cosas, por lo que han hecho con la moneda identificada con su nombre.
Desprestigiada y manipulada hasta límites inaceptables. Ahora se ha iniciado
una campaña absurda en contra del dólar americano, base del sistema monetario
internacional. El dólar nunca ha dejado mal a nadie en ninguna parte, bien sea
naciones, personas jurídicas o personas naturales de carne y hueso. No son
descabelladas las calificadas voces de quienes hablan sobre la necesidad de
iniciar un proceso de dolarización de la economía venezolana.
Podríamos continuar profundizando sobre el tema. Pero lo
básico es la libertad plena, personal y empresarial dentro de un marco de
seguridad derivado de un orden jurídico sabio y estable.
Lunes, 11 de septiembre de 2017
@osalpaz
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