DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
REFLEXIONES DESORDENADAS
Escribo en domingo. Aún no conozco los resultados de la
actividad electoral convocada para hoy por el régimen y avalada por importantes
personeros no formalmente oficialistas. La verdad es que no me preocupa
demasiado el tema. Todo está dado para que el régimen mantenga, con alguna
ampliación, el control de la mayoría de las estructuras municipales.
Y lo que es más grave,
desconozca la mayoritaria voluntad del pueblo zuliano que eligió recientemente
a Juan Pablo Guanipa como gobernador. A pesar de ese meritorio triunfo contra
la maquinaria oficial, lo destituyeron por negarse a prestar juramento ante esa
constituyente madurista, rechazada por fraudulenta por propios y extraños. Mi
reconocimiento a la actitud principista, honesta y propia de su condición y
herencia de este nuevo valor del liderazgo democrático. Lo inaceptable, a mi
juicio, es que desde la “oposición” avalaran las actuaciones del régimen
postulando como candidato a quien debería haber sido el primero en reconocer el
triunfo de Juan Pablo y cuestionar todo lo sucedido.
Pero, nada nos sorprende. Con verdadera indignación vemos cómo
avanza el drama de la destrucción institucional del país. Nada funciona. Todo
camina de mal para peor. Está fortalecida, día a día, nuestra convicción de que
no hay solución posible para ninguno de los problemas existentes mientras este
régimen exista. Por tanto, todos los que compartimos este criterio tenemos la
obligación de trabajar sin descanso por el cambio necesario en el menor tiempo
posible.
No me siento feliz con lo que pienso en esta hora tan difícil
y traumática. Pero si no logramos entender adecuadamente la realidad y la
magnitud de las dificultades existentes, será imposible alcanzar el objetivo.
Lo grave que muchos “opositores” lo entienden, pero actúan en dirección
contraria a sus convicciones e incluso a sus propias trayectorias. Me cuesta
mucho creer que sea por ingenuidad o por ignorancia. En algunos ni siquiera por
comodidad o cobardía. Se podría tratar de complicidad abierta o encubierta. Esto
siempre tiene un precio. Se conocerá más temprano que tarde. Recordemos que no
hay secretos eternos.
Mientras tanto ¿qué podemos pedirle al ciudadano común, al
pueblo que ciertamente sufre la situación actual?, ¿más paciencia? O, antes por
el contrario, organizarlo para actuar en base a la rebeldía constitucional y
práctica que las circunstancias exigen. Esto se dice fácil pero es
extremadamente difícil y riesgoso para quienes asuman la responsabilidad de
dirigir las acciones. Pero no hay de otra. Es ahora o será imposible detener la
destrucción de la república, ya de por sí bastante deteriorada. No olvidemos
que siempre se puede estar un poco peor. En la vida sólo se toca fondo cuando
las cosas que se hace mal empiezan a hacerse bien.
Lunes, 11 de diciembre de 2017
@osalpaz
Excelente artículo. Creo que le dieron su merecido a quien en el Zulia pactó con el régimen. Ni siquiera merece mencionarlo, todos saben de quien se trata.
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