DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez
Paz
PENDIENTES DE
COLOMBIA
Hacemos un alto en las
consideraciones semanales sobre la dramática situación venezolana. Diremos
solamente que seguimos con más de lo mismo, pero un poco peor que la semana
pasada. La preocupación de hoy está centrada en las elecciones presidenciales
de Colombia. Se realizan en un momento verdaderamente histórico, al margen de
toda retórica de ocasión.
Para nadie es un secreto mi abierta
simpatía por la fórmula encabezada por Iván
Duque. Ha logrado el apoyo activo de los expresidentes Andrés Pastrana, César
Gaviria y Álvaro Uribe, siendo este último el respaldo más sólido desde los
comienzos.
Tengo la convicción de que
Venezuela ganará mucho con el triunfo de Duque. Su programa de gobierno es tan
claro e importante como sus continuas referencias a la situación de nuestro
país. Se trata de un importante aliado para la emergencia que afrontamos.
Compartimos principios y valores fundamentales para la vida en libertad y
democracia y serán de mucha utilidad, a todos los efectos, los sólidos apoyos
que ha recibido de la sociedad organizada en distintas estructuras operativas.
Esto también es importante para Venezuela. Las tareas del futuro inmediato necesitarán
de la activa colaboración del vecindario, pero especialmente de Colombia.
La candidatura de Petro es todo
lo contrario. Por sus antecedentes y las obscuras políticas en materia interna
e internacional, resulta sospechoso y peligroso. No sabemos a qué atenernos
para el día de hoy a esta hora. Lo que imaginamos serían sus políticas
gubernamentales nos lleva a cerrar filas alrededor de Duque y a pedirle a la
enorme colonia colombiana de nuestro país que vote masivamente por él. Esta semana
es definitiva para muchas cosas trascendentes al mismo tiempo.
Pienso mucho en la enorme
cantidad de jóvenes venezolanos por nacimiento hijos de padres colombianos.
Bastantes han ido a Colombia en estos duros meses por razones existenciales.
Buscan protección y oportunidades de trabajo y estudio. La sola existencia de
ellos confirma lo que hemos repetido hasta el cansancio. Somos una misma nación
aunque contenida en dos repúblicas.
Estas consideraciones no nos
alejan de la realidad que estamos viviendo. Al contrario, sirven para
afirmarnos en la necesidad de trabajar sin descanso para alcanzar el cambio
definitivo del régimen actual. Eso pasa por la salida de Maduro del cargo de
detenta ilegítimamente. No hay tiempo que perder. Ya hemos perdido bastante.
Para este propósito hay que despojarse de todas las desviaciones electoralistas
que tanto daño han generado. La voluntad general de la nación está claramente
expresada desde hace bastante tiempo. No hacen falta más consultas. Tampoco
conversaciones misteriosas y extrañas que pudieran estar escondiendo
negociaciones impropias, contrarias al objetivo fundamental del cambio. Estamos
en una verdadera emergencia nacional. Hay que actuar en consecuencia.
Lunes, 11 de junio de 2018
oalvarezpaz gmail.com
osalpaz
Unos que se deben ir y otro que debe llegar
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