DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
VENEZUELA Y EL MUNDO
Para el momento de escribir estas líneas no conozco el
resultado de la reunión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
sobre el caso de Venezuela. La convocatoria fue a petición del gobierno
norteamericano sustentada por nuestro vecindario. Una clara demostración de la
preocupación creciente que en el mundo existe con relación a la dictadura
criolla, a los factores que la alimentan y a las consecuencias
extraterritoriales de cuanto sucede.
En el continente y el mundo quienes antes creían que
exagerábamos, hoy piensan que nos estamos quedando cortos para liberarnos de la
tiranía. Nadie duda de la presencia protagónica de militares y civiles cubanos
en la dirección del proceso. Tampoco de las características comprobadas de las
actuaciones del narcotráfico y de los tan conocidos como denunciados tentáculos
que operan en los más altos niveles del régimen. Además del problema
internacional que generan, están los internos. El crecimiento del consumo de
drogas ilegales y la multiplicación del microtráfico gracias a “colectivos”
específicos, es decir, pandillas que luchan por territorio y clientelas
cautivas que llevan hasta a feroces enfrentamientos entre ellos. El temor ante las
represalias genera un silencio cómplice que está a la vista de propios y
extraños.
A lo señalado podemos agregar el terrorismo de Estado y las
vinculaciones con estructuras internacionales que operan en el mundo entero,
pero con protección encubierta de importantes cuadros gubernamentales. Algo
parecido a lo que sucedía y sucede, con la guerrilla y paramilitares
colombianos con claros matices diferenciales.
Todo lo demás está sobre diagnosticado. Lo sufrimos a diario
en salud, educación, seguridad de las personas y de los bienes, en lo laboral y
social. A diario sentimos la restricción a la libertad de expresión y
comunicación, las sanciones a medios y las amenazas selectivas a los pocos que
aún conservan independencia y a sus anunciantes.
Pues bien, nada de
cuanto ocurre es por casualidad, ineficiencia o por la bruta ignorancia de los
cabecillas. Esto puede ser relativamente cierto, pero la verdad es que se trata
de un programa totalmente ideologizado. Podemos llamarlo comunista o socialista
de los siglos XX o XXI, es lo mismo: el control de todo y de todos. Para ellos
Venezuela debe ser el punto central que sustituye o complementa a la Cuba
castrista que progresivamente desaparece. Una verdadera amenaza para los
vecinos, para Estados Unidos, Europa y el mundo libre.
Es demasiado triste y penosa la migración millonaria de
compatriotas. Pero no podemos resignarnos pasivamente. Hay que reactivar la
mecha de la liberación nacional y unir esfuerzos internos y externos para
devolver la dignidad y el orgullo de ser venezolanos a los que están afuera y a
quienes estamos en este maltratado suelo.
Lunes, 10 de septiembre de 2018
@osalpaz
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