DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
LA MUERTE PEGA MUY DURO
Esta semana voy a alejarme, en la medida de lo posible, de la
sobre diagnosticada tragedia venezolana. Todos los temas son importantes, pero
siempre son los mismos, aunque cada día más graves que el anterior. Por eso es
conveniente señalar que los países nunca tocan fondo. Esto sólo se da cuando lo
que se hace mal finaliza y lo que debe
hacerse bien empieza. Aún no hemos llegado a eso, pero la Venezuela democrática
tiene todo listo para el momento en que termine la usurpación, primer gran paso
para la construcción del nuevo país al que aspiramos y por el cual luchamos.
Pero en medio de estas luchas permanentes por la liberación,
recibimos una de las peores noticias de los últimos tiempos. Se trata de la
muerte del amigo y compañero de toda la vida Alfredo Weil Reina. Nos conocimos
desde los remotos tiempos de la Juventud Revolucionaria Copeyana –JRC- y desde
entonces compartimos sueños, esperanzas y batallas compartidas. Entre muchas
otras, Alfredo fue mi representante ante las máximas autoridades del Consejo
Supremo Electoral, organismo en el cual trabajó por muchos años, cuando fui
candidato a la presidencia de la República en 1993. Pasada esa campaña me dio
refugio en sus oficinas particulares durante varios años. Ahora, en este
tiempo, pertenecíamos a un grupo común que se reúne todos los lunes en la
mañana en las oficinas que actualmente tiene él en La Trinidad.
En las últimas semanas padecía una fuerte gripe que no cedía
y parece que progresivamente revivía un problema cardíaco aparentemente
superado. No fue así. Informan de un infarto en la madrugada del pasado viernes
que le quitó la vida. La noticia ha sido un duro golpe plenamente vigente que
nos obliga a reflexionar sobre la existencia y el trabajo de cada uno de
nosotros. Alfredo, ingeniero y abogado, fundador de ESDATA, especializado en
asuntos electorales nos deja como legado las enseñanzas de su ejemplo, de la
consecuencia con aquello en lo cual se
cree y por lo cual se trabaja sin descanso. Tenemos la obligación de
continuar siendo fieles a ese enorme legado de dignidad. Lo seremos. No vivió
en vano. Pudo superar pruebas muy difíciles en su vida personal, pero para toda
su familia va este mensaje de la mía, lleno de amor y gratitud infinita hacia
este amigo que nos deja un vacío imposible de llenar.
No puedo continuar. La mente se llena de recuerdos, de
anécdotas, de discusiones imposibles de
sintetizar en estas palabras. Pero Alfredo, ten la seguridad de que
seremos fieles, como hemos dicho, a tus enseñanzas y a tu ejemplo.
Lunes, 18 de marzo de 2019
@osalpaz
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