DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
NOTAS SOBRE LO MISMO
Vuelvo a escribir sobre lo mismo. Lo hago a conciencia por la
necesidad que tenemos en esta Venezuela nuestra de reaccionar definitivamente
para hacer realidad el cambio necesario. Nadie en el mundo tiene dudas acerca
de la dictadura, de la restricción de los derechos humanos fundamentales,
empezando por la libertad y la seguridad personal y jurídica de la gente y, en
consecuencia, del peligro existente sobre la existencia misma.
El masivo éxodo de compatriotas, más de cuatro millones,
hacia distintas partes del planeta, especialmente buscando lo que han perdido
especialmente en países vecinos al nuestro, es un reflejo fiel de lo afirmado.
A los que seguimos aquí en esta sufrida patria y a quienes están en el
exterior, sólo nos queda tomar actuar sin vacilaciones para enrumbar hacia lo
positivo todo lo negativo del presente. Si queremos conservar lo mucho o poco
que nos queda, tenemos que despertar definitivamente e integrarnos a la lucha
que por la liberación nacional se desarrolla dentro y fuera de nuestro
territorio.
Se puede morir en vida. Cuando alguien pierde sus anhelos y
sueños, deja el camino abierto a la muerte aunque permanezca con los ojos
abiertos. Nicolás Maduro Moros tiene que ver la inutilidad de sus esfuerzos
para mantenerse en la posición usurpada. Cada día dice más disparates y
pareciera actuar en consecuencia. Ahora ataca a gente cercana a él, pero que no
son incondicionales sirvientes. Se está agotando la paciencia de todos. Como he
dicho en otras ocasiones, especialmente de aquellos que sin haber sido sus
cómplices tampoco eran sus enemigos.
El abuso de poder no ha tenido límites. Recomiendo leer el
artículo de esta semana de Miguel Henrique Otero en la edición web de El
Nacional del domingo pasado. Hace un riguroso inventario de lo que estamos
viviendo. En especial con relación a los medios de comunicación y la libertad
de expresión. Pero, en definitiva, el tipo parece un náufrago sediento y
delirante, con el sol en la frente. Está delirando, enloqueciendo. Ya no
distingue entre él y quien usa sus ropajes.
Llegamos al momento más difícil de los últimos veinte años. O
avanzan ellos o avanzamos los demócratas. El tiempo está jugando un papel muy
importante. A estas alturas no valen las medias tintas. Recordemos que la
“imparcialidad” es frecuentemente el disfraz tramposo de los oportunistas.
Ha sido propuesta una consulta popular, suerte de plebiscito
nacional, para que no queden dudas sobre la decisión de la gente. Sería al
margen de los instrumentos oficialistas conocidos y con activa participación
internacional. No es difícil prever el resultado por lo que los usurpadores se
opondrán con todo. Pero con consulta o sin ella, saldremos adelante para poner
punto final al más terrible fracaso de que tenga memoria el continente
americano.
Lunes, 19 de agosto de 2019
@osalpaz
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