REFORMULAR LA DEMOCRACIA
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima
Los recientes sucesos electorales en varios países del
continente generan consecuencias que, junto a otras realidades no electorales,
obligan a reflexionar seriamente sobre el presente y el futuro de la democracia
como la hemos conocido hasta ahora. Lo cierto es que todo está tan relativizado
que las luchas están centradas en ambiciones de personas o grupos políticos o
no, pero los grandes ausentes son los ciudadanos comunes de los correspondientes
países.
Este problema normalmente empieza por el relajamiento del
ordenamiento jurídico. Interpretaciones caprichosas por parte de sectores
interesados en alcanzar o retener el poder por cualquier vía mantiene ocupada
la atención de los medios de comunicación con olvido, casi total de los
verdaderos problemas y necesidades de la gente.
Cuando la
Constitución es pisoteada o, simplemente, manipulada a capricho por quienes
tienen la responsabilidad de aplicarla e interpretan a su antojo las
correspondientes normas, todo empieza a derrumbarse. Una especie de decepción
creciente se va apoderando de los pueblos con desprecio, cada día mayor, hacia
los sectores políticos tradicionales o nuevos. La separación entre el país
político y el país nacional o país real, como prefería calificarlo el
inolvidable Octavio Paz, va creando un abismo cada día mayor. Por allí aparecen
de pronto fenómenos inesperados que no pocas veces conducen a los pueblos a
terribles tragedias.
Es tiempo de repensarlo todo. Revisar el funcionamiento de
nuestros sistemas de gobierno es una obligación ética y política de quienes
estén preocupados por estos temas. En general las cosas no están bien y caminan
hacia peor. No podemos permanecer de brazos cruzados frente a los peligros.
Tampoco podemos seguir las corrientes existentes y ser parte activa del
deterioro que señalamos.
Nuestras repúblicas merecen algo mejor. Dentro de estas ideas
desordenadas pienso que las Universidades tienen una enorme responsabilidad con
relación a la respuesta que debe darse. Las ideas que se necesitan y el
liderazgo adecuado para llevarlas adelante o salen de nuestras Universidades o
no saldrán de ninguna parte. Se trata de un reto específico. Por ahora estudiar
a fondo nuestros sistemas de gobierno y hacer las correspondientes propuestas
para entrar en una nueva etapa sobre principios y valores que repetimos en
teoría, pero que no encuentran vigencia plena para garantizar la vida en
libertad y democracia verdadera.
Es tiempo, entre otras cosas, de luchar por la justicia
social como instrumento para alcanzar el bien común. Sólo será posible
estimulando lo mejor de cada ser humano para que sea capaz de valerse por sí
mismo para trabajar y poder levantar dignamente una familia. La educación para
el trabajo es factor fundamental.
Viernes, 18 de noviembre de 2016
@osalpaz
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