DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
INCERTIDUMBRE SOBRE EL MAÑANA
La lucha contra la dictadura genera serias incertidumbres.
Hasta hace poco estaban limitadas al desenlace de la confrontación que se
desarrolla a lo largo y ancho de Venezuela. Cada día luce más despejada. Crece
la convicción sobre la derrota definitiva de un régimen que está muy por debajo
de las expectativas internas y externas. Errores graves, desviaciones
inconcebibles para verdaderos revolucionarios de izquierda, disimulos y
mentiras fácilmente detectables lo han desviado del cumplimiento de sus
obligaciones fundamentales. Lo cierto es que la nación, es decir, el pueblo,
está sin gobierno y sin justicia, enfrentando problemas existenciales
primarios. Sin armas ni violencia, sólo con la palabra y la enorme voluntad de
cambio, la unidad necesaria para la lucha se ha configurado progresivamente.
Políticos, empresarios de la ciudad y del campo, trabajadores de todas las
áreas, académicos, mujeres y hombres, viejos y jóvenes manifiestan la decisión
de no desmayar hasta concretar el primer paso del cambio. Esto no admite
discusión. Está a la vista.
Hemos llegado a las puertas de un desenlace que puede ser
feroz tratando de evitarlo, de no convertir la lucha en una verdadera
barbaridad, pero se ha hecho casi que inevitable por la ceguera de un
oficialismo sometido a las órdenes de un castro-comunismo en plena decadencia,
pero que tiene a nuestro país como centro de una diabólica geopolítica
continental y mundial. Lo demás no le interesa. Además de todo lo señalado
estamos en presencia de una verdadera traición a los intereses nacionales.
Sin embargo, las fuerzas de la democracia dentro y fuera del
país están claras con relación al presente, aunque existan serias dudas con
relación a lo que este país será. Espero que no nos agotemos discutiendo lo que
hemos podido ser. Tanto el pasado como lo actual será anticuado frente a los
exigentes retos del porvenir. Lo peor sería que por falta de imaginación o de
coraje, las generaciones actuales intenten volver atrás. No me canso de
aconsejar a quienes puedo y lo permiten, que alejen un poco la mirada de los
detalles, que tomen algo de distancia para poder analizar los desvíos y trampas
del duro camino por recorrer, pero sin olvidar la naturaleza del objetivo
central y la dirección general indispensable para que la estrategia tenga éxito
definitivo. Tenemos que impedir que la abundancia de sombras existentes se
convierta en la verdadera realidad de hoy y de mañana.
Veamos el futuro con optimismo. La certeza de tener razón da
una fuerza que solamente puede medirse en plena lucha. Hoy como nunca antes,
sentimos la obligación de aferrarnos a los principios y valores fundamentales
de la vida en Libertad y Democracia. Falta menos que ayer.
Lunes, 5 de junio de 2017
@osalpaz
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