DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
LA NATURALEZA DEL CAMBIO
Dentro y fuera de Venezuela existen varias convicciones
irreversibles. La primera es muy importante. La democracia ha sido liquidada y
sustituida por una dictadura tiránica de marcada tendencia castro-comunista
aunque con rasgos propios del siglo XXI y de la realidad interna. Otra es
consecuencia de la anterior, se acabó el Derecho como instrumento regulador de
las relaciones de los ciudadanos entre sí y de éstos con el estado-gobierno.
Cuando esto sucede los pueblos quedan en manos de los caprichos, las
desviaciones políticas e ideológicas, de la ineficiencia y de la corrupción de
quienes detentan el poder político. Las pruebas están a la vista y el país
sobre diagnosticado con relación a los males que padece.
Pudiéramos continuar enumerando cosas sabidas, pero siento
que es innecesario. Sin embargo diré que mientras el régimen actual exista no
hay ninguna posibilidad de que pueda superarse la actual crisis política,
económica y social que la nación padece. Todo está mal y camina para peor. La
naturaleza del problema no es electoral. Tampoco la solución. Lo electoral es
instrumento indispensable en una verdadera democracia. No en una dictadura
tiránica. Lo que se impone es profundizar la presión interna y externa hasta
lograr la caída del régimen, bien porque entiendan la inutilidad de sus
esfuerzos de permanencia y se retiren, bien por la acción combinada de civiles
y militares comprometidos con el objetivo, bien como indeseable consecuencia de
un enfrentamiento armado con características de guerra civil que solo podrá
evitarla la salida del régimen o la rendición insólita de los sectores
democráticos. Esto último no sucederá.
A estas alturas del juego no creo en diálogos ni en
mediaciones fabricadas como tácticas desviacionistas. Esto fracasó
definitivamente. Solamente veo posibilidad de hablar para establecer las
condiciones de retirada del régimen, empezando por la cabeza del mismo. Todo lo
demás queda en manos de los sectores democráticos que deben demostrar, desde
ya, suficiente madurez y cordura para definir el sistema que se dará el país
para enfrentar los agudos problemas del día a día, estabilizar la república y
redefinir la vida en democracia sobre la base de un sabio ordenamiento jurídico
y político basado en la libertad y la seguridad de las personas y de los
bienes.
En estos años todos hemos cometido errores y también aciertos
y logros. Estamos llegando al final. En esta hora se exige absoluto
desprendimiento personal y de grupo. Respeto dentro del pluralismo que la misma
democracia exige. Hay que evitar y rechazar los ataques absurdos y desmesurados
contra dirigentes y grupos que también trabajan por el cambio. Lo inaceptable
es la traición, la cobardía o las maromas oportunistas de algunos. También
están a la vista. La nación está preparada para lo que pueda venir. ¡Tiene con
qué y con quienes!
Lunes, 21 de agosto de 2017
@osalpaz
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