DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez
Paz
LIBERACIÒN
NACIONAL URGENTE
Es difícil pronosticar desenlaces
cuando la lucha está en pleno desarrollo. Lo sucedido la semana pasada aún no
ha concluido, pero a pesar de las dificultades, no tengo dudas en cuanto al
éxito de la indetenible tarea que por la liberación de Venezuela se realiza
dentro y fuera del país. Muy pronto seremos un país completamente libre, fuera
de toda influencia totalitaria, socialistoide, comunista a la cubana o a lo que
queda de la extinta Unión Soviética, es decir Rusia. Los venezolanos no somos
comunistas, ni seremos jamás dóciles ciudadanos dispuestos a vivir eternamente
bajo un régimen tirano y altamente corrompido. En estos veinte años, dos
décadas, se han tolerado muchas cosas con el ingenuo convencimiento de que
cuanto sucedía era temporal y que más temprano que tarde llegaría a su final.
No ha sido así. Para el día de hoy a esta hora, el 90% de la población
pareciera dispuesta a jugarse el todo por el todo para liquidar la tiranía y
recuperar a plenitud los derechos que la Constitución consagra y lo, más
importante, la dignidad que corresponde a todo ser humano y consagrar a la
familia como el núcleo fundamental de la vida republicana.
No se trata de volver atrás, ni
de agotarnos en la nostalgia de un tiempo que ya pasó y no volverá. Bueno o
malo, la idea no es reconstruir lo que estos bárbaros han destruido. Se trata
de construir una nueva, distinta y mejor etapa en comparación con todo cuanto
hemos vivido. Es perfectamente posible, pero para intentarlo tenemos que
concluir la primera etapa del proceso con la eliminación definitiva del
obstáculo mayor que se interpone: El narco régimen actual y la presencia dominante
del gobierno cubano en las áreas fundamental de la vida nacional.
Podemos hacerlo si no nos falla
la recia voluntad que lamentablemente no caracteriza a toda la oposición
política. Allí hay de todo. Se ratifica aquello mil veces repetido de que el
pueblo es superior a sus dirigentes, con excepciones por supuesto. Hemos
aplaudido con optimismo la valiente actitud de oficiales y personal de distinta
jerarquía de las fuerzas armadas desligándose de la corrupción y el crimen.
Algunos están presos, dados de baja otros y en los días recientes, en países vecinos
los acogen con afecto y reconocimiento, Pero eso no basta. Si nuestras fuerzas
armadas, todas ellas, quieren sobrevivir decentemente tienen que rebelarse ya y
desconocer definitivamente a unos mandos superiores de incalificable cobardía y
sumisión.
No se trata solamente de una
dictadura tradicional. Nunca como en este tiempo ha habido tanta penetración
del narcotráfico, del terrorismo islámico y, en general, de las diversas
estructuras del crimen organizado del mundo que se extienden aceleradamente en
esta parte del planeta tierra. Hay que entender que lo que está en juego no es
sólo la libertad sino la vida misma.
Lunes, 25 de febrero de 2019
@salpas
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