DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez
Paz
EL DESENLACE
ESTÀ PRÒXIMO
No me gusta ponerle fecha
concreta a los eventos que aspiro sucedan. Tampoco señalar plazos. En el caso
de Venezuela estamos mucho más cerca del final que hace apenas un mes. Sin
embargo es imposible determinar la naturaleza de lo que pueda suceder en los
próximos días. Debemos pensar en el peor escenario posible, es decir, en una
confrontación final violenta. Si no se da, demos gracias a Dios, pero si
llegara a presentarse por obra y gracia del régimen, que no nos sorprenda.
Estamos preparados para hacerle frente a la situación y alcanzar la victoria.
La posibilidad preocupa. No la deseamos, pero puede ser inevitable.
La responsabilidad de Nicolás
Maduro Moros en lo que pueda suceder es quizás mayor que la correspondiente a
estos últimos seis años al frente del poder ejecutivo. Ya debe tener claro el
enorme rechazo de la nación a la gestión cumplida y a él personalmente. El
pueblo exige su retirada. Todos los sectores de la vida nacional se han
pronunciado, incluidos sectores de la fuerza armada nacional que contra todo pronóstico
también lo hacen. En ese mundo también se sufren los efectos de su pésima
gestión. Es parecido a lo que sucede en el mundo civil en relación a la
corrupción, la incompetencia y la pervertida realidad de cúpulas penetradas por
los tentáculos del narcotráfico y ahora vinculadas al extremismo terrorista del
Islam. También al problema colombiano. La diferencia está en que nosotros
podemos quejarnos abiertamente, protestar, hacer manifestaciones y dejar
públicamente establecida nuestra posición así tengamos que enfrentar los
efectos de la represión. Los militares no pueden hacerlo de la misma manera. Lo
hacen con mucha mayor discreción. La vigilancia hacia ellos es feroz lo que
desata una especie de conspiración del silencio que empieza a dejar de serlo.
Frente a todo esto y
necesitándose un gobierno de los mejores para la transición, Maduro debería
apartarse para poder echar las bases del futuro inmediato desde el presente. Tendrá
que hacerlo por las buenas o por las malas. No tiene más opción. Lo peor que
puede resolver es pretender quedarse sobre la base de la violencia física e
institucional. Será arrasado junto a las cúpulas podridas puestas a su servicio
contrariando la razón de ser de los poderes públicos que dicen representar.
En el mundo de la oposición
democrática tenemos que clarificar la situación actual. Recuerdo que alguna vez
José Rodríguez Iturbe habló de la situación que iba “de la traición de los
mejores a la complicidad de los peores”. El mundo entero está atento al
desarrollo de los acontecimientos y a la conducta de los falsos prudentes cuya cobardía
ha logrado quebrarles la dignidad. Hoy es 4 de febrero.
Lunes, 4 de febrero de 2019
@osalpaz
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