DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
REFLEXIONES DESORDENADAS SOBRE LA
INDEPENDENCIA
Esta semana se cumple un aniversario más del 5 de julio de
1811, consagrado a memorizar la firma del Acta de Independencia. Han
transcurrido poco más de doscientos años y aquí estamos, en una situación de
angustiosa incertidumbre por las circunstancias que vive la nación. No existe
la serenidad indispensable para que la vida se desarrolle en condiciones de
mínima normalidad. Todo lo contrario. Hay una mezcla de factores que van desde
lo ideológico hasta lo estrictamente político, pasando por carencias tremendas
de honradez, por factores como la corrupción, la incompetencia, las ambiciones
desmedidas y otros factores que afectan al ciudadano común. Me refiero, por
supuesto a la dirigencia política y social del país, con particular acento en quienes han tenido la
responsabilidad de manejar la república en los últimos años.
Cada día me afirmo en la convicción de que este pueblo es
superior a sus dirigentes. Sufre mucho más, pero también espera más de este
liderazgo increíblemente desorientado y nada de quienes aún tienen la
conducción práctica del régimen gubernamental. La gente está clara. Desea un
cambio radical con urgencia y determinación para hacer realidad la vida en libertad
responsable, requisito básico de la independencia nacional.
No puede prolongarse la situación de los presos, perseguidos
y exilados políticos. Mucho menos la violencia física e institucional que los
genera, incluyendo las acciones que han provocado la muerte de centenares de
luchadores y, en los últimos días, de valiosos oficiales de nuestras fuerzas
armadas. Para todos ellos nuestra total solidaridad. También hacia los llamados
presos comunes, en condiciones infrahumanas en los distintos centros de reclusión.
Todo se sabe, a pesar de la manipulación y control del régimen sobre los medios
de comunicación cada día más amenazados y restringidos.
La situación general está sobre diagnosticada. También los
problemas de cada una de las actividades de la vida nacional en cada hogar
familiar. La consecuencia de todos los análisis indica que tenemos que
profundizar la lucha por el cambio.
Mientras este llamado “socialismo del siglo XXI” exista no
habrá solución. Todo caminará aceleradamente para peor como ha venido
sucediendo. Desgraciadamente no somos un país independiente, dueño de nuestro
propio destino. Estamos interferidos por varios factores externos que
determinan aspectos fundamentales del país. Entre otros la seguridad y defensa,
la identificación y extranjería y todo lo que ha convertido en una caricatura
la administración de justicia.
Entre muchas otras cosas, seremos independientes cuando
detengamos la influencia cubana, las acciones de las estructuras del
narcotráfico y la creciente presencia de factores terroristas foráneos. Lo
económico deberá ser recuperado. La mejor política social que puede haber es
una economía libre que funcione.
Lunes, 1° de julio de 2019
@osalpaz