DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
EL VALOR DE LA MADRE
Escribo en domingo, Día de la Madre. No tengo idea de cuándo
o cómo podré enviarlo debido a que tengo una semana sin conexión a Internet. Hasta
el teléfono está afectado con increíbles fallas comunicacionales elementales.
Incluso ayer y hoy recibo mensaje por WhatsApp fechados con varios días de
atraso y las respuestas que elaboro a algunas de ellas no salen. Se trata de un
problema serio en medio del aislamiento que estamos viviendo. Ésta es la
Venezuela de hoy, en caída libre en todos los aspectos importantes. Ahora sí es
verdad lo que en alguna oportunidad dijimos. Somos un pobre país pobre, pero el
cambio se acerca indetenible.
Perdonen los comentarios anteriores ajenos a la celebración
de este día. Hay un algo especial en todas las familias alrededor de las
Madres. Son el centro, nervio, motor, espíritu y realidad de todo cuanto puede
ser una familia. Más allá del nivel socioeconómico que tenga, la Madre ha sido
y será siempre ejemplo y guía para todos cuantos se forman a su alrededor.
En esta Venezuela de hoy quienes tenemos alguna
responsabilidad de liderazgo o dirección, deberíamos plantearnos con seriedad
el problema de la familia contemporánea. Incluso desde perspectivas ideológicas
y políticas diferenciadas, es indispensable el esfuerzo por definir posiciones
comunes y de ejecución posible desde dentro y fuera del gobierno.
La formación y desarrollo de una familia necesita de todos
los elementos primarios de la sociedad. Vivienda, educación, salud,
alimentación, entre otros. No se trata de que el gobierno de turno, cualquiera
que sea, tenga que dar o regalar lo antes señalado, pero si tiene la obligación
de ofrecer las condiciones para que las cabezas de cada familia puedan tener
acceso a lo señalado con su esfuerzo, con su trabajo, sin depender de la
deformación derivada de la demagogia o de un paternalismo que puede favorecer
circunstancialmente a quienes tienen el poder, pero que condena a las familias
a una mediocridad permanente que en nada beneficia al país.
El mejor homenaje que podemos hacer a las Madres en su Día es
asumir el compromiso de profundizar sobre la problemática familiar
contemporánea para darles todo el apoyo moral y material que merecen estas
verdaderas heroínas de todos los tiempos –
Sin embargo, tenemos que ser realistas. Para que todo
funciones como debe ser, hay que cambiar definitiva y radicalmente tanto al
régimen que ha dominado ya por más de dos décadas, sino también la mentalidad
de muchos ciudadanos que hasta de buena fe siguen creyendo en el paternalismo
del Estado. En nombre y representación de las Madres de Venezuela tenemos que
centrarnos en este objetivo inmediato. La dignificación de la Madre como máxima
representación de la familia es nuestra primera obligación. Tarea pendiente
para nuestros políticos.
Lunes, 11 de mayo de 2020
@osalpaz
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