DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
El pasado ya pasó, aunque no se olvide. Nos deja experiencia
producto de lecciones que no todos parecen haber aprendido. No se repetirá,
aunque nos refugiemos en principios generales de la vida en libertad y
democracia con la ilusión que se deriva de alimentar la esperanza. No basta.
En esta etapa de la vida venezolana lo más importante es el
presente. Es más, diría, sin temor a equivocarme, que el futuro ya empezó. Se
construye día a día. De lo que hagamos o dejemos de hacer diariamente depende
que avancemos o tengamos que sufrir situaciones iguales o peores a las vividas
en el pasado. Tampoco hay tiempo para demasiadas especulaciones teóricas sobre
el tema.
Los graves acontecimientos de la semana pasada,
protagonizados alternativamente por el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscal
General de la República, el Ejecutivo y los conocidos corifeos, apóstoles de la
“revolución” bolivariana, sirvieron para desenmascarar nacional e
internacionalmente al régimen dictatorial que nos gobierna. También para
terminar de darle la razón más plena a los informes de Luis Almagro, secretario
general de la OEA y a la solidaridad de los gobiernos de alrededor de 20 países
que lo acompañan en sus corajudas acciones.
Para que el futuro sea como anhelamos es indispensable la
unidad de objetivos para profundizar la lucha. No puede ser otro que el cambio
radical del régimen que deberá iniciarse con la salida de Maduro del cargo que
actualmente detenta. Si el tipo fuera algo inteligente, él mismo estaría
propiciando una salida honorable, pacífica y de amplitud nacional para iniciar
la transición que la hora reclama. Esto es posible sin violencia, persecuciones
ni arrebatos infantiles de patrioterismo similares a los propiciados por los
altos mandos cívicos y militares del presente. La disyuntiva entre la paz y la
libertad es falsa o al menos incompleta. Somos partidarios de la reconciliación
nacional, de una paz verdadera que permita la convivencia civilizada, del
perdón suficiente para que sean posibles estos factores fundamentales. Pero sin
olvidar nunca la Justicia sin la cual no habrá paz ni entendimiento entre los
venezolanos.
Aprovecho la oportunidad para sumar mi voz a las de quienes
han elevado un mensaje a la Fuerza Armada Nacional. Tienen la enorme
responsabilidad de “respetar la Constitución y leyes de la República”, de
cumplirlas y hacerlas cumplir. La Comunidad Internacional y la nación en pleno
lo esperan para que éste presente, bastante incierto hasta ahora, se convierta
en un mañana mejor para todos.
Luchemos con alegría y optimismo. El cambio va. Es indetenible
después de casi dos décadas de verdadera tragedia que ha colocado a Venezuela
entre los países más miserables del planeta.
Domingo, 2 de abril de 2017
@osalpaz
Como tú lo señalas Oswaldo estamos comenzando, en otras palabras todo esta en embrion
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