DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
DESDE EL PUENTE
ENTRE ALEGRÍA INFINITA Y LUTO
PROFUNDO
Escribo en domingo, día de la conmemoración de la
Resurrección del Cristo Redentor. Dentro de nuestra tradición es el final de la
Semana Santa, pero el inicio del cristianismo y su difusión por el mundo entero
de la época. Semana extraña de absoluto recogimiento físico en casi todo el
planeta y de tiempo para la reflexión profunda sobre lo que lo que hemos hecho, hacemos y deberíamos
hacer de ahora en adelante. Suficiente material para aprovechar el tiempo que
nos queda, de la mejor manera posible.
Muchos medios de comunicación abiertos y las llamadas redes
sociales ayudan bastante con la
trasmisión sistemática de los eventos más importantes relativos a la conmemoración
de la Resurrección del Señor. Bastantes veces acompañados con Hechos de los
Apóstoles y de sus antecedentes, es decir, de las profundas raíces
judeo-cristianas originarias de nuestra cultura. Esto significa que no hemos
perdido el tiempo, que la falta de playa, de excursiones o de vacaciones
personales o familiares ha sido sustituida por un casi que desconocido
recogimiento que estoy seguro fortalecerá nuestra fe y la unión familiar. A
pesar de todo cuanto significa esta “cuaresma” decretada desde las alturas por
los gobernantes del mundo, siento que debemos agradecerlo desde todo punto de
vista.
Es cierto que Jesús actuó y predicó sobre la base del amor en
todos los sentidos. Pero también para él la JUSTICIA tuvo un valor fundamental.
No puede haber amor verdadero sin justicia. Tampoco perdón sin justicia, ni
entendimientos políticos o sociales sin que la justicia esté presente. Cuando
la justicia desaparece abrimos la puerta a la violencia que puede derivarse de
la venganza. Debemos evitarlo siempre. En esto no hay debilidad alguna. Hay
entereza y apego ortodoxo a los principios y valores que teóricamente han
animado toda nuestra existencia. Con estos criterios he seguido muy de cerca
las últimas polémicas en el campo de la política nacional en relación con el
actuar para lograr la liberación de Venezuela y lo que simultánea y
posteriormente debe hacerse con los responsables de la tragedia.
Sin embargo quiero hacer un alto en estas líneas para
expresar mi más profunda solidaridad y el dolor que he sentido por la muerte de
un viejo y buen amigo zuliano. Me refiero a William Atencio. Acaba de fallecer
en Guayaquil, Ecuador. Me dicen que víctima del corona virus, aunque asomaba
algunos problemas previos de salud. Tenía 71 años. Está considerado como uno de
los grandes de la Gaita Zuliana. Excelente compositor y cuatrista de primera.
Buen amigo en todas las épocas. Lo conocí cuando él estudiaba en la Facultad de
Humanidades de la Universidad del Zulia. Todos los zulianos seguimos los
aportes de este maracucho de profundas raíces en la Costa Oriental del Lago,
específicamente en Campo Rojo, Tía Juana y Lagunillas.
Lunes, 13 de abril de 2020
@osalpaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario