DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
MADURO DEBE RENUNCIAR
Hay situaciones que están a la vista, conocidas por todo el
mundo. Venezuela jamás había estado peor. Me refiero a todos los aspectos de la
vida nacional. Públicos y privados. Una tragedia de tal naturaleza que llevó al
padre Luis Ugalde S.J. en su último artículo, a escribir entre otras
importantes cosas: “…que es urgente la
renuncia de Maduro y un cambio a fondo del desastroso proceso…” Lo demás es
fácil de imaginar, pero lo importante es la línea coincidente con relación a
este objetivo primario. Sin alcanzarlo será imposible la construcción de un
nuevo país sobre la base de la libertad, el progreso y los principios
fundamentales de una verdadera democracia.
A pesar del indignante fastidio que provocan, escuchamos
atentamente todas las alocuciones de Maduro, de Cabello, de los hermanos
Rodríguez y de unos cuantos más, especialmente gobernadores, o “protectores” de
algunos Estados y no encontramos nada de fondo. Ni una palabra con relación a
la tragedia y mucho menos, diseño de alguna política destinada a resolverla con
ánimo de superación definitiva.
No se trata de un capricho. Tampoco de politiquería de
quincalla baratera. Es un grave problema de fondo que nos afecta a todos y está
unificando a los compatriotas por la base. Demócratas opositores, la mayoría de
los chavistas originarios y muchos que hasta ahora por razones de supervivencia
han estado al margen de las polémicas propias de la política, están de acuerdo
en que esto no puede ni debe continuar. La consecuencia es evidente. La base de
sustentación del régimen está muy deteriorada. Sólo puede aferrarse, como hasta
ahora, a la mentira y al disimulo, a la violencia física e institucional, al
abuso ante la incertidumbre de lo que les depara un futuro que ya empezó. ¿Qué
harán y adonde irán con recursos mal habidos bastante ubicados por el mundo
entero?
Para refirmar lo que estamos afirmando basta con recordar que
más de cinco millones de compatriotas están en el exterior. Se trata de un
record para Latinoamérica y buena parte del mundo. Regresan unos pocos y el
régimen especula como si vinieran de nuevo al paraíso terrenal que los obligó a
irse. Pura farsa mentirosa. La vida de la inmensa mayoría de los venezolanos
que están en el exterior es triste. Muy pocos se adaptan plenamente a la vida
marginal que como refugiados encuentran, pero están plenamente conscientes de
las dificultades que los obligaron a partir.
Por desgracia adicional la pandemia originada por el
coronavirus muestra en toda su magnitud la tragedia. La represión para imponer
un obligado silencio a la población y las mentiras, le están generando al
régimen resultados distintos a los que buscan. Esto es un
socialismo-comunistoide probadamente fracasado en el mundo entero.
Lunes, 20 de abril de 2020
@osalpaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario