UNA VERDADERA TRAGEDIA
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima
El mundo no termina de reaccionar ante el hecho más terrible
de los últimos tiempos. Me refiero al BREXIT que consiste en la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Las
consecuencias empiezan a estar a la vista, tanto para el país en retirada como
para todos los miembros de la comunidad europea. Como si eso fuera poco, no se
agotan en esos espacios. Se extienden al resto del mundo en todo el planeta.
Nadie está exento, de una u otra manera, de recibir el impacto de lo
acontecido.
Personalmente, si hubiese tenido que pronunciarme, lo hubiera
hecho a favor de la permanencia acompañando al Primer Ministro David Cameron, a
pesar de una creciente indignación por su manera de manejar el proceso y de las
causas que pudieron estar en la génesis de su conducta. Lo hizo muy a la
ligera. Quizás motivado por un partidismo agudo totalmente inconveniente que lo
puso por encima del interés del país que tiene la obligación de gobernar. Las
reflexiones que sirvieron de base a la campaña a favor de la permanencia fueron
débiles, muy superficiales y distantes de lo que pudo haber sido una lección de
alta pedagogía política para las viejas y nuevas generaciones. No fue así. Lo
lamento.
Entiendo las razones por las cuales ahora anuncia la renuncia
a su cargo. Le corresponderá a otro dirigir el proceso de separación de la UE.
Nada fácil, especialmente con el planteamiento de celeridad que se le está
exigiendo. Cameron consideró que satisfacer la exigencia de referéndum sobre la
permanencia en la UE, era el único camino posible en la actualidad de mantener
la unidad del Partido Conservador que lideresa. Al poner el interés de partido
por encima del interés del Reino cometió un grave error, cuyas consecuencias
afectan al mundo entero. No es la primera vez que esto sucede en la historia.
Se trata de un fenómeno bastante común, repetido muchas veces, pero siempre con
resultados trágicos para los protagonistas.
Todo lo dicho y mucho más, abrió camino a los extremos
enfrentados dentro y fuera de los conservadores. Los laboristas, por su parte
fueron mucho más discretos, pragmáticos, ambiguos.
La situación es tan grave dentro de los conservadores que
Boris Johnson, exalcalde de Londres, promotor del Brexit y aspirante a suceder
en el cargo a su viejo compañero y competidor Cameron, ahora recoge muchas
frases y consignas usadas con relativo éxito en la campaña recién finalizada.
Anunció que no se postulará para el cargo que deberá quedar vacante con la
renuncia de Camerón. La incertidumbre crece. Un precario triunfo electoral
parece convertirse en una verdadera tragedia.
Viernes, 1° de julio de 2016
@osalpaz
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