DE WASHINGTON A CARABOBO
Oswaldo Álvarez Paz
EL NACIONAL
La semana pasada fue extremadamente interesante. Tuvieron
lugar las dos conocidas reuniones de la Organización de Estados Americanos, en
las cuales el gobierno venezolano sufrió vergonzosas derrotas imposibles de
ocultar. El Informe del Secretario General, sencillamente impecable y de altura,
abrió el camino a los efectos de la Carta Democrática Interamericana cuya
aplicación se inició con los procedimientos conocidos. El resultado final será
cuestión de tiempo, pero la mira de la OEA está centrada en el caso venezolano,
a pesar de los insólitos arrebatos tanto de Maduro como de su obviamente
inmadura Canciller. El mundo entero conoce ahora la realidad de cuanto ocurre
por estas tierras. Entiende mucho mejor el esfuerzo opositor para ponerle punto
final a este régimen y apoya el referendo revocatorio que democráticamente, el
régimen no podrá impedir. Los vientos de cambio llegan hasta el propio mundo
del chavismo originario. Se siente traicionado y también exige la renuncia del
alto gobierno para iniciar el proceso de reconstrucción nacional.
Pero también la semana pasada celebramos los 195 años de la
Batalla de Carabobo, la cual, como en pocas oportunidades anteriores, no se
celebró en el propio campo carabobeño sino en una surte de encerrona en Fuerte
Tiuna, en el patio de las Escuelas. Jornada triste y melancólica que presagia
el cambio que se avecina. No entiendo cómo, ni por cual razón, el gobernador de
Carabobo y las fuerzas “vivas” de ese Estado, permitieron que esto sucediera.
Se trata de la más emblemática de las batallas independentistas que culminaron
con la del Lago de Maracaibo y la capitulación definitiva de Morales que puso
fin a la guerra.
Dentro de este contexto, el 24 de junio debería celebrarse
también como el día de José Antonio Páez, verdadero héroe de la Batalla,
ascendido a General de División por El Libertador en el propio campo al
terminar el enfrentamiento. Sin desconocer la verdadera naturaleza de los
distanciamientos posteriores entre Bolívar y Páez, no vacilo e considerar a
este último como el verdadero fundador de la República de Venezuela, a partir
del ejercicio de la Presidencia en 1830.
El régimen gobernante ha tratado por todos los medios,
lícitos e ilícitos, de alterar la historia para presentar a Páez como un
traidor que merece desprecio y no nuestra más profunda admiración y respeto. Su
vida y obra, su historia y merecimientos han sido eliminados en los
acomodaticios textos de historia que se imponen a nuestros niños y jóvenes. Se
trata de otro crimen contra la patria que debemos denunciar. Invito a todos los
venezolanos, viejos y jóvenes, a repasar la historia. José Antonio Páez debe
ser integralmente reivindicado.
Sábado, 25 de junio de 2016
@osalpaz
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