DERECHO A LA REBELIÓN
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima
Cada tanto los pueblos son sometidos a pruebas extremas en
cuanto a su capacidad de resistencia. Sobre todo cuando está amenazada la vida
personal y familiar de sus integrantes, su alimentación, la salud y lo que es
más importante, el derecho a vivir en libertad y democracia. Esto último no se
refiere a simples consideraciones teóricas o especulativas. Se refiere a la
vigencia de la Constitución Nacional y a la existencia del Derecho como
instrumento de regulación de las relaciones de los ciudadanos entre sí y de
éstos con el estado-gobierno. Cuando todo esto desaparece y se impone, ni
siquiera una moderna dictadura del siglo XXI, sino una tradicional tiranía
amparada por el abuso de poder, la ineficacia para lo útil y la corrupción más
espantosa del mundo occidental, nace el derecho de los pueblos a la rebelión.
Se trata de seguir las líneas maestras trazadas por Santo Tomás de Aquino al
respecto y como consecuencia de ello, aceptar el derecho de los pueblos a la
legítima defensa cuando su existencia está en peligro. Se acepta con relación a
las personas individuales. Las mismas razones existen con relación a los
pueblos, a las naciones.
Es el caso de la Venezuela contemporánea. La opinión pública
internacional está tan informada como la interna. Quizás con mayores detalles
debido a la férrea censura y al chantaje a que están sometidos los pocos medios
de comunicación independientes que sobre viven a pesar de todo.
La oposición democrática, fiel intérprete de la voluntad
general de la nación, ha agotado todos los medios pacíficos, constitucionales y
democráticos, para impulsar rectificaciones de fondo y, en definitiva, para
lograr un cambio de régimen en el menor tiempo posible. Esto empieza con la
sustitución del jefe del poder ejecutivo, Nicolás Maduro. Es el primer paso.
Pero, el régimen lo sabe y ejerciendo a plenitud el control total de las ramas
electoral y judicial del poder público sabotea grotescamente todo. Ha llegado
al extremo de desconocer y hasta anular, las competencias de la Asamblea
Nacional elegida el pasado 6 de diciembre de 2015 con mayoría opositora de las
dos terceras partes.
Manifestaciones millonarias de venezolanos por el cambio se
producen en Caracas y en las capitales del interior. Se exige el cumplimiento
de los requisitos constitucionales para realizar este año un referendo revocatorio para destituir a
Maduro. El Consejo Nacional Electoral y el alto gobierno han desconocido todo y
anuncian que no habrá revocatorio este año.
La situación se agrava. La tensión llega al límite de lo
tolerable. Civiles y militares comprometidos con la democracia se preparan para
la confrontación final. Favor estar atentos.
Viernes, 23 de septiembre de 2016
@osalpaz
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