domingo, 3 de abril de 2016

DEMOCRACIA Y ELECCIONES



 DEMOCRACIA Y ELECCIONES
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

 Estamos siguiendo de cerca la campaña electoral que se desarrolla en Perú. Las elecciones que se avecinan son muy importantes para todos los peruanos, pero también para el resto de los pueblos del continente. Raras contradicciones se observan en muchas partes, avances y retrocesos relativos a la interpretación de principios y valores fundamentales de la democracia y la mejor forma de concretarlos en acciones concretas resultan altamente preocupantes. Lo cierto es que el destino de Perú para los próximos años está en juego.
Conviene recordar que las elecciones son un instrumento muy importante de la democracia, pero no es el único y en mi opinión, tampoco es el más importante. Sin embargo, el respeto a la voluntad popular se convierte en una obligación clave tanto para ganadores como para perdedores, en la medida que el respeto a la libertad, al pluralismo y a los derechos fundamentales de la persona humana se mantenga. En esto, el gobierno tiene la responsabilidad fundamental. La oposición tampoco podrá salirse de los cauces que todos conocemos y no muchos respetamos.
Aspiro a que Perú fortalezca el ideal democrático y se convierta en ejemplo de crecimiento y desarrollo. Para mí, la mejor política social que puede existir es una economía que funcione y sea capaz de generar oportunidades de trabajo estable y bien remunerado para todos. Es hora de deslastrarnos de complejos ideologizados y asumir al mercado como el más extraordinario mecanismo para crear riqueza y distribuirla. Es un grave error plantear como contradictorios al estado y al mercado. Es un falso dilema. Ambos pueden convivir y se necesitan desesperadamente. Al estado corresponde dictar las normas sabias y estables para ordenar la actividad económica y las actuaciones de los protagonistas. Para que el esquema funcione, el estado tiene que dar el ejemplo y ser el primero en someterse a esas leyes que él mismo dicta para todos. La seguridad jurídica no tiene sustituto. De lo contrario todo quedaría sometido al capricho, la arbitrariedad, el tráfico de influencia, las conocidas corruptelas que tanto daño han generado a nuestras naciones.
Estoy seguro de que el pueblo peruano quisiera tener un gobierno honrado y eficiente, al margen del partidismo agudo, de la exagerada concentración de poder en manos de una sola persona y el mayor grado de descentralización posible. Con estas convicciones me refiero al futuro sin hacer juicios de valor sobre el presente y el pasado. Deseo el mayor éxito posible para quienes compartan estos conceptos básicos para enfrentar los retos actuales.
@osalpaz
Viernes, 1° de abril de 2016

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