CONFRONTACIÓN IRREVERSIBLE
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima
Todas las crisis tienen final. Pueden haber sido una
oportunidad para mirar hacia adelante, pero también una tragedia que desemboca
en violencia para corregir rumbos e idear nuevos caminos. Lo cierto es que
ninguna nación puede estar gobernada por una dictadura eternamente. Mucho menos
si entre sus características fundamentales está la corrupción y la ineficiencia
de los mandos superiores. Estos dos factores han opacado la ideologización del
proceso en que se empeñó Hugo Chávez con aquello del “socialismo del siglo
XXI”, que ya no mencionan ni por equivocación.
El régimen venezolano es el factor de desprestigio más
importante que soporta la izquierda decente del continente y del planeta
tierra. De tanto acusar del desastre a la “derecha”, al imperialismo
estadounidense y a sus aliados, el pueblo se identifica cada día más en lo que
intuye como contrario radicalmente a los esquemas gubernamentales. Conste que
personalmente no creo en eso de derechas e izquierdas. Creo en los valores
fundamentales de la vida en libertad y democracia, en la dignidad de la persona
humana y en la justicia social como instrumento para alcanzar el bien común.
En materia de esquemas
ideológicos tradicionales tanto la historia como la vida misma, enseñan lo que
funciona y también lo que no funciona. No se necesita de demasiada sabiduría
para poder distinguir unos esquemas de otros. Creo en lo que funciona y me
opongo a lo probadamente fracasado. Venezuela es un claro ejemplo de lo último.
El drama se deriva de la actitud del régimen que dirige a la
nación. Perdió el apoyo popular en diecisiete años de ejercicio habiendo
dispuesto de más recursos que sumados todos los que pudieron disponer los
presidentes a lo largo de nuestra historia republicana. Nada funciona bien y
todo camina para peor. Pero la gente no aguanta más. El hambre, la falta de
medicinas, la inseguridad de personas y bienes, el éxodo forzado de miles de
compatriotas y muchas cosas adicionales generan protestas diarias a lo largo y
ancho del país. Ahora se suman a ellas los saqueos y hasta linchamientos que
permiten prever una escalada de violencia protagonizada por el régimen para
continuar sobre la base del terror, del miedo en la población. El problema está
en que la rabia, la indignación y el coraje de la gente superan ese miedo que
pretenden sembrar con la represión y la violencia.
Está planteado un referéndum revocatorio contra Maduro.
Salida constitucional y pacífica. La oposición ha superado todos los requisitos
para hacerlo este año. El régimen apela a la fuerza y al desconocimiento de la
Constitución para impedirlo. Las cartas están sobre la mesa.
Viernes, 17 de junio de 2016
@osalpaz
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