REFORMULAR EL OBJETIVO
Oswaldo Álvarez Paz
EL NACIONAL
Venezuela necesita un cambio radical, profundo e
irreversible. Toca lo político, pero también fundamentalmente lo social y lo
económico. También lo personal y familiar. Valores y principios fundamentales
se deterioran o desaparecen, mientras el país se hunde en un mar podrido de
corruptelas y necesidades básicas no cubiertas.
Ese cambio de régimen empieza con el desplazamiento de
Nicolás Maduro de la jefatura de estado. Su mandato está viciado por ilegalidad
de origen e ilegitimidad infinita en el ejercicio del mismo. Sobre esto se ha
escrito mucho. Encabeza un gobierno malo, muy malo. Lo peor de todo es que
quien pareciera ser el peor es el jefe. De allí las variadas e interesantes
reacciones de algunos que hasta ayer parecían seguidores incondicionales del
designado por Chávez como sucesor. Le quedó grande el cargo. En sus manos se
desmorona el legado, bueno o malo, de quien cometió el más grave error de su
vida. Como consecuencia de esto y mucho más, tenemos la obligación de
reformular el objetivo, establecer las prioridades y unificar el enorme
sentimiento de cambio existente en todos los sectores, incluidos los que he
mencionado. Esto no puede ni debe continuar.
Dicho lo anterior, debemos exigir a la dirigencia democrática
unidad más auténtica, superior, claridad en el objetivo y mayor contundencia a
la hora de actuar. Me decía un viejo boxeador maracucho, amigo de muchos años,
que la oposición y específicamente la MUD y por derivación la misma Asamblea
Nacional, están como esos boxeadores estilistas que fintean pero no rematan,
con el riesgo de perder las peleas por puntos. Lo grave es que en este caso los
árbitros están al servicio del régimen. El desenlace debe ser fulminante, sin
lugar a dudas.
Este continente y el mundo entero están a la expectativa.
Todo lo que contribuya a debilitar o desviar la acción opositora debe ser
rechazado enérgicamente. No podemos caer en el absurdo de aceptar como derrotas
victorias indiscutibles a los ojos del planeta entero. Me refiero de manera
expresa al Informe Almagro sobre Venezuela y la última reunión del Consejo
Permanente de la OEA. Para los demócratas fue un enorme triunfo. Dejó sentada
una posición muy bien definida por el Secretario Genera y se lanzó a la opinión
internacional un estudio completo de la situación venezolana, de cuya
naturaleza muy pocos dudan y muchos esperan.
Lo demás vendrá por añadidura, a menos que nos embasuremos
con las tácticas dilatorias y divisionistas del régimen. Con esta gente hay
poco que hablar. Frente a ellos, mucho que hacer.
Domingo, 5 de junio de 2016
@osalpaz
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