RETO HISTÓRICO
Oswaldo Álvarez Paz
EL NACIONAL
La nación venezolana está en peligro de ser destruida. Sin
Constitución acatada por todos, sin un ordenamiento jurídico medianamente sabio
y estable, con un alto gobierno cívico-militar probadamente ineficiente y
altamente corrompido, hemos llegado a una situación que trasciende los límites
de la retórica para convertirse en la penosa realidad que tenemos la obligación
de combatir y derrotar.
El cuento y la melodía del “socialismo del siglo XXI” hoy son
aborrecidas por el ciudadano común. Otro terrible fracaso comunistoide. En
nombre de una ideología en desuso, probadamente fracasada, el régimen amenaza
con mayor represión a un ciudadano común que sufre en carne propia las
consecuencias del fracaso. Por lo que se ve y lo que se oye, no hay vuelta
atrás. El régimen no tiene intenciones de rectificar, ni siquiera en el campo
económico donde la tragedia está a la vista del mundo entero. Mucho menos en
cuanto a la tolerancia plural que caracteriza a cualquier democracia, así sea
de medio pelo. La Inseguridad de las personas y de los bienes avanza con la
misma intensidad que crece la militarización de áreas claves del país como la
alimentación y la problemática fronteriza.
Por cierto, con relación a esta última llama la atención la
activa protesta indígena, general y múltiple, desde Amazonas y la Guajira hasta
todos los rincones patrios. Representantes calificados de la Iglesia Católica
también se han incorporado a la cívica
rebelión en marcha contra el régimen. Maduro, en sus últimas intervenciones, se
nota nervioso, inseguro, disparatero, refugiado en una retórica agotada desde
hace años y sin tomar iniciativas reales y posibles para atender al menos el
menos importante de los problemas que su gobierno ha agravado. Es un prisionero
de sí mismo, de su incompetencia manifiesta para ser cabeza del poder ejecutivo
y jefe de Estado. La preocupación es enorme en el chavismo original y en serios
socialistas y comunistas que hasta ahora han acompañado al régimen, pero cada
día marcan mayores distancias con la situación actual. Asumen la
responsabilidad que les corresponde, pero se convierten en los más certeros
críticos de cuanto está sucediendo.
Llegó la hora. No hay vuelta atrás. La nación avanza en una
unidad de ser y de destino que sólo conocimos en las luchas contra la
dictadura. La invitación a incorporarse activamente está abierta a todos
cuantos anhelan un cambio profundo. Se trata de la construcción, de hecho, de
un gran movimiento de salvación nacional. Logrado el primer objetivo, la salida
de Maduro por el revocatorio o por cualquier otra de las causales
constitucionales, se profundizará en el cambio de régimen y en la vigencia
plena de la libertad y la democracia.
Sábado, 27 de agosto de 2016
@osalpaz
Saludo hermano de generación
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