CAMBIO RADICAL URGENTE
Oswaldo Álvarez Paz
EL NACIONAL
Se ha levantado la idea de que el radicalismo agrupa a unos
fanáticos enloquecidos en los extremos de sus convicciones ideológicas o
políticas. Nada más falso e injusto. Ser radical es ir a la raíz de los
problemas sin descuidar las consecuencias de los mismos, pero si nos agotamos
en atender exclusivamente esas consecuencias, los problemas se repetirán una y
otra vez. Venezuela es un excelente ejemplo de cuanto estamos diciendo.
Llegamos a un punto en el cual las exigencias imponen la
obligación de actuar en la dirección radical que estamos señalando. El país
está muy mal y camina hacia peor. Lo más grave es que los países nunca tocan
fondo. Esto sucede sólo cuando las cosas que se hacen mal empiezan a hacerse
bien, pero de mantenerse las condicionantes que nos empujan por este barranco
sin fondo en el que estamos, volveremos a caer y se perderán los esfuerzos
realizados.
La civilización y la cultura histórica demuestran la
importancia del Derecho como instrumento regulador de la vida en sociedad, de
las relaciones entre los ciudadanos y de estos con el estado-gobierno. Es
importante destacar que el Derecho se concreta en leyes justas y sabias,
dictadas por el propio estado siendo el primero que debe someterse a ellas y
tener autoridad moral y política para exigirle a todos el cumplimiento del
ordenamiento legal establecido. El problema mayor que tenemos es que en
Venezuela se acabó el Derecho. Las instituciones del estado se burlan y
manipulan todo en servicio de quienes detentan el poder. La Constitución en la
práctica no existe. Jamás habíamos visto, en nuestra ya larga experiencia
política, a quien tiene la condición de Jefe de Estado actuando al margen y en
contra de los deberes y obligaciones que la Constitución de la República le
señala. Lo mismo podemos afirmar con relación al Tribunal Supremo de Justicia,
al Consejo Nacional Electoral o al llamado Poder Ciudadano o moral, como
impropiamente algunos lo mencionan. En estas condiciones el ciudadano está
indefenso, sometido a los caprichos del régimen y a las consecuencias de la
ineficacia y corrupción características de estos tiempos.
Por todo esto y mucho más, el cambio tiene que ser radical,
urgente y sin evadir o esquivar las necesarias confrontaciones que se presenten
en la lucha por concretarlo. La acción opositora ha estado enmarcada en los
términos constitucionales existentes. Señala varias alternativas para el
cambio. Por ahora está centrada en el referendo revocatorio que debería
celebrarse este año. La jornada a cumplir los días 26, 27 y 28 de este mes será
definitiva. Pensando en el porvenir, invito a pensar en una Asamblea Nacional
Constituyente como vía para la reconstrucción nacional sobre bases distintas y
mejores que las existentes.
Domingo, 9 de octubre de 2016
@osalpaz
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